Europa arde desde hace varias semanas. Esta vez le correspondió a Francia que desde el jueves 11 de agosto no puede apagar un incendio que ha arrasado con miles de hectáreas de parques naturales y plantaciones.  Bomberos de toda Europa luchan para contener el enorme incendio forestal, en una gran franja de bosque de pinos, mientras que alemanes y polacos se enfrentaron a una muerte masiva de peces en un río que fluye entre sus países.‎

Europa sufre una severa ola de calor y sequía que ha producido consecuencias para los agricultores y los ecosistemas que ya estaban amenazados por el cambio climático y la contaminación.‎ Francia soporta su peor sequía registrada, las llamas arrasaron los bosques de pinos durante la noche, iluminando el cielo con una intensa luz naranja en la región de Gironda, que fue devastada por las llamas el mes pasado, y en las vecinas Landas. Más de 68 kilómetros cuadrados se han quemado desde el martes.‎

Los incendios forestales franceses ya han obligado a evacuar a unas 10.000 personas y han destruido al menos 16 casas.‎ Entre tanto el Director de políticas de conservación de WWF en Polonia, dijo que parece que una fábrica liberó un químico tóxico en el agua y los bajos niveles de agua causados por la sequía han hecho que las condiciones sean mucho más peligrosas para los peces.‎

"Un evento trágico está sucediendo a lo largo del río Oder, un río internacional, y no hay información transparente sobre lo que está sucediendo", advirtió. En el norte de Serbia, en cambio, el lecho seco del lago Conopljansko ahora está lleno de peces muertos que no pudieron sobrevivir a la sequía.‎

El nivel del agua a lo largo del río Rin de Alemania corre el riesgo de caer tan bajo que podría ser difícil transportar mercancías, incluidos los artículos energéticos críticos como el carbón y la gasolina.‎

Italia experimenta su peor sequía en siete décadas, el reseco río Po ya ha causado miles de millones de euros en pérdidas a los agricultores que dependen del río más largo de Italia, para regar sus campos.‎ Este ecorre 652 kilómetros desde la ciudad noroccidental de Turín hasta Venecia. Tiene docenas de ríos tributarios, pero el norte de Italia no ha visto lluvias durante meses y la nevada de este año se redujo en un 70 por ciento, lo que afectó al caudal.

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— EcuadorTV (@EcuadorTV) August 13, 2022