En medio de una de las peores crisis que atraviesa la península coreana desde el fin de la guerra de 1950-1953, Corea del Norte hizo ayer un paréntesis para conmemorar el 101 aniversario de nacimiento de Kim Il-sung, fundador del país y abuelo del actual líder, Kim Jong-un.

Las celebraciones del “Día del Sol”, la fiesta nacional más importante de Corea del Norte, fueron presididas por Kim Jong-un, quien apareció por primera vez en público desde el 1 de abril. Acompañado por miembros de la élite militar Kim Jong-un  visitó el mausoleo para ofrecer “un gran homenaje y la más humilde reverencia” a su abuelo, según la agencia oficial norcoreana KCNA.

El tercero de la dinastía Kim en dirigir el país y altos mandos militares  presentaron cestas de flores, en nombre de las principales instituciones del país con cintas cuyo mensaje rezaba “Los grandes camaradas Kim Il-sung y Kim Jong-un siempre estarán con nosotros”, informó KCNA.

Aunque el Norte no ha llevado a cabo, de momento, el lanzamiento del misil, la tensión en la península sigue viva, pues podría ocurrir en los próximos días. Pyongyang rechazó el domingo la propuesta de Corea del Sur de resolver la crisis mediante el diálogo; dijo que no tiene intención de sentarse a negociar con Seúl mientras no abandone su política de confrontación. El Gobierno del Sur ha calificado la decisión norcoreana de “muy lamentable”.