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La Fiscalía investiga amenazas de muerte en contra del afrodescendiente
Leonard le gana un pulso político a Álvaro Uribe
El joven activista comunitario Leonard Rentería afrontó en estos días lo que nunca imaginó: desde lluvia de insultos y descalificativos raciales y políticos -“comunista”, “guerrillero”, “terrorista”, le dijeron en las redes sociales- hasta amenazas de muerte que ya investiga la Fiscalía colombiana.
Nada de esto hubiera ocurrido si el sábado pasado Leonard hubiese guardado silencio. Pero no lo hizo.
Cuando estaba en un acto, en el suroccidental puerto de Buenaventura, en el que el expresidente colombiano Álvaro Uribe promovía el ‘No’ a los acuerdos de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) pidió la palabra y lo increpó, en tono respetuoso, con argumentos que emocionaron al auditorio y dejaron perplejo al exgobernante.
El joven afrodescendiente, de 26 años, le reclamó a Uribe que hiciera campaña contra los acuerdos de paz con las FARC luego de que en su gobierno (2002-2010) firmó la paz con paramilitares de extrema derecha involucrados en crímenes atroces y miles de los cuales integran hoy las bandas criminales que sembraron muerte y dolor en los barrios pobres de Buenaventura y de otras regiones del país.
Con el micrófono en la mano, Leonard se acercó al frente del auditorio, a unos pasos de donde estaban Uribe y la senadora de su partido, Centro Democrático, Susana Correa. Los señaló extendiendo el brazo y dijo a la audiencia:
“Ellos se van a ir del territorio hoy, pero los que vamos a seguir en el territorio sufriendo las secuelas de la guerra somos nosotros. ¿Saben por qué? Porque nosotros hemos puesto y seguimos poniendo los muertos”.
Los escoltas de Uribe lo miraban expectantes, listos para intervenir. Pero el joven, quien dirige en Buenaventura la Asociación Cultural Rostros Urbanos y estudia psicología en la Universidad Antonio Nariño, mantuvo la compostura y no insultó a sus interlocutores.
El auditorio, la mayoría seguidores de Uribe, lo aplaudió cuando le pidió que deje de contribuir para que las comunidades “sigan siendo envenenadas por el odio”.
El expresidente es el principal opositor del proceso de paz con las FARC y encabeza la campaña para que los colombianos digan ‘No’ a los acuerdos en el plebiscito del próximo 2 de octubre.
Mientras que la mayoría de los sondeos anticipa el triunfo del ‘Sí’, Uribe y el Centro Democrático desarrollan una campaña por el país asegurando que los acuerdos son un “pacto de impunidad” con los jefes de las FARC, lo que ha rechazado de manera reiterada el gobierno del presidente Juan Manuel Santos, pues los guerrilleros que cometieron los crímenes serán juzgados y sancionados por un tribunal especial.
Para Leonard Rentería, los promotores del ‘No’ tienen derecho a hacer proselitismo “pero me gustaría que lo hagan sin la dinámica de odios, de rencores y de promoción del miedo como lo están haciendo”.
En declaraciones por vía telefónica a EL TELÉGRAFO, el activista comunitario y hip-hopero, cuya familia huyó el año pasado de Buenaventura por la violencia de las bandas criminales, que asesinaron a su cuñado, dice que su intervención ante Uribe fue espontánea y no respondió a ningún interés político.
Los seguidores de Uribe lo insultaron, a través de Facebook y Twitter, y dijeron que fue enviado a “sabotear” ese acto en Buenaventura por Piedad Córdoba, exsenadora y dirigente de Marcha Patriótica.
“No conozco a la señora Piedad Córdoba -afirma-. Ni siquiera he estado cerca de ella, y no pertenezco a ningún partido político. No soy de izquierda, ni de derecha, sino un ser humano que siente el dolor, que ha sentido los estragos de la guerra y que lo único que quiere es la reconciliación”.
Uribe le respondió a Leonard que no está en contra de la paz, sino contra los acuerdos con las FARC y que Santos “quiere entregar el país al castrochavismo”, pero el joven no cree en esos argumentos y considera que en realidad esconden “una motivación del odio”.
Leonard no tiene miedo de lo que le pueda ocurrir. Dice que está acostumbrado “al riesgo constante, como casi todos los habitantes de los barrios pobres de Buenaventura”.
Pero activistas humanitarios pidieron al Gobierno colombiano que le brinde medidas de protección. Las autoridades respondieron favorablemente a la solicitud. (I)