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La Cámara baja del Parlamento alemán aprobó un nuevo paquete de medidas para endurecer la legislación de asilo

La xenofobia es un fenómeno que se expande por varios países de Europa

Varias personas participan en una marcha de solidaridad por los derechos de los refugiados denominada Safe Passage (Pasaje Seguro), en Bruselas.
Varias personas participan en una marcha de solidaridad por los derechos de los refugiados denominada Safe Passage (Pasaje Seguro), en Bruselas.
Foto: AFP
29 de febrero de 2016 - 00:00 - Redacción Mundo y Agencias

Las reacciones xenófobas (miedo, rechazo al extranjero) en Alemania registran una tendencia preocupante en un momento en que la Unión Europea (UE) afronta la mayor crisis de refugiados en décadas.

Thomas de Maizire, ministro alemán del Interior, comunicó que en lo que va del año se han registrado 188 delitos contra albergues de refugiados; 112 de ellos de corte extremista y 17 incendios intencionados, y teme que la cifra aumente tras el último incendio en un albergue en Bautzen (noreste de Sajonia) donde los residentes aplaudían el incidente e intentaban impedir la actuación de los bomberos.

La oficial asociada de información pública de la Agencia de la ONU para refugiados (Acnur) Ecuador, Sonia Aguilar, destaca que un millón de personas llegaron irregularmente a Europa buscando seguridad y un lugar donde reconstruir su vida luego de que la inestabilidad política, los conflictos armados, las guerras civiles y el Estado Islámico (EI) azotaron al Medio Oriente y los alejó de sus hogares.

De esta cifra más de la mitad proceden de Siria, sumida en una devastadora guerra civil desde 2011; le sigue Eritrea, uno de los regímenes más opresores del mundo, y Afganistán, inmerso en una guerra que dura más de una década.

Para Aguilar, las expectativas de los migrantes eran ajenas a realidad. “Somos testigos de manifestaciones de rechazo, de violencia, tanto mediante políticas restrictivas y discriminatorias hasta acciones individuales o de grupos de personas”.

Por su parte, el ministro alemán de Justicia, Heiko Maas desatacó: “No podemos esperar a que tengamos los primeros muertos. Quien le prende fuego a albergues de refugiados o aplaude a quienes lo hacen no tiene justificación ni disculpa alguna”, sentenció.

Se extiende en toda Europa

Andrés Gómez Polanco, politólogo y analista internacional, añade que indudablemente la xenofobia es un fenómeno que renació en los últimos años no solo en Alemania, sino en toda Europa.

En países europeos han reaparecido partidos políticos que canalizan e incentivan el racismo como discurso político, al posesionar ideas y sentimientos antiinmigrantes y, especialmente, antiislámicos. Según Gómez, en Francia está Marine Le Pen en el Front National; en Alemania, Alternative für Deutschland; en Italia, Beppe Grillo, Movimiento 5 Estrellas; en Inglaterra a UKIP de Nigel Farage.

Por lo tanto, —señala— antes que un hecho exclusivamente alemán, es un fenómeno transversal en toda Europa, que tiene su mayor expresión en Alemania debido a que es el principal destino de los refugiados e inmigrantes, tanto legales como ilegales, por su poderío económico.

Por su parte, Stanislaw Tillich, ministro presidente de Sajonia, se comprometió a dotar de más medios a la Policía y actuar de manera decidida ante cualquier manifestación xenófoba y de acoso a los refugiados.

En este último punto, el funcionario se refiera a los “Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente” (PEGIDA, por sus siglas en alemán). Este grupo protesta cada lunes en Dresde contra la política de asilo del gobierno, la cual considera abusiva y amenazadora para la cultura alemana.

Marcel Fürstenau, corresponsal de DW en Berlín, destaca en un artículo que en vista de la situación imperante en Sajonia, los ejemplos positivos suelen quedar en segundo plano.

“La justificada indignación, amplificada por los medios de comunicación, resuena con más fuerza y copa más espacio que la acción solidaria llevada a cabo por 100 personas íntegras en Clausnitz el fin de semana. Sajonia corre más peligro que nunca de quedar etiquetada como ultraderechista incorregible. Desgraciadamente siempre hay nuevos motivos para ello. De nada sirve mencionar que la xenofobia se puede encontrar en cualquier parte de Alemania”.

Sajonia fue uno de los feudos nazis durante la vigencia del Tercer Reich (1933-1945), posteriormente perteneció a la comunista República Democrática de Alemania (RDA) hasta 1990, cuando se dio la reunificación alemana.

Gómez explica que por ende en la sociedad de Sajonia los valores democráticos como la tolerancia, las libertades y la multiculturalidad no se han consolidado, al tener una histórica raigambre autoritaria e, incluso, totalitarista.

“Tal es así, —menciona— que este territorio alemán es el feudo de grupos políticos ultraderechistas y xenófobos como el movimiento Pegida y el neonazi Partido Nacional Alemán (NPD). Por lo cual, Sajonia es una región profundamente nacionalista, que en un contexto de crisis económica, alto desempleo e inmigración masiva; puede canalizar el nacionalismo a través de la violencia xenófoba con más intensidad que otras regiones de Alemania”.

Si bien es cierto que el sentimiento antiinmigrante es sistemáticamente característico de minorías sociales en Europa, actualmente el factor discursivo de la xenofobia es alternativa política. “Este fenómeno es único, ya que tras 8 años de crisis económica y la vigencia de una esquizofrenia social por el terrorismo yihadista, los migrantes y refugiados son construidos identitaria, discursiva y políticamente como enemigos del pueblo y los responsables del desempleo y la inseguridad”, analiza Gómez.  

Para la socióloga Gioconda Herrera la xenofobia está recuperando terreno en Alemania, pero la percepción internacional también aborda un viejo prejuicio a la ultraderechista. “Son las 2 cosas. Existe una xenofobia más fuerte a lo largo de toda Europa; por un lado los ataques en Hungría y otros países mientras que Dinamarca confisca los recursos económicos de los refugiados. Así que no es solo el pasado nazi que se reproduce en Alemania; la xenofobia aflora con más fuerza en toda esta región”.

Nuevas restricciones en vigor

Con 429 votos a favor, 147 en contra y 4 abstenciones, la Cámara baja del Parlamento alemán (Bundestag) aprobó el jueves pasado un paquete de medidas para endurecer la legislación de asilo, entre las que se destacan las restricciones a la reagrupación familiar para los refugiados que ya se encuentran en Alemania.

Herrera, profesora del departamento de sociología de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) indica que con esta medida se agudizará el problema.
“Cada vez que existen medidas restrictivas lo que hacen es fomentar que las reunificaciones familiares se vuelvan más complejas; más ilegal, más irregular y, por lo tanto, más vulnerable a la violencia y al tráfico. Incluso su traslado se volverá más riesgoso”.

Para la experta en temas de migración internacional la posible solución sería un proyecto estricto en los derechos humanos del asilo en compresión a los motivos por los que existe esta ola de refugio. Agrega una actitud mucho más proactiva de protección.

María Fernanda Carrera, coordinadora de incidencias del Comité permanente por la defensa de los derechos humanos, agrega que por otra parte no solo existe una acción de las organizaciones internacionales, sino que existen varios movimientos de la sociedad en general que está tomando como causa la defensa de los derechos humanos de esta población de los refugiados.

Sin embargo, Herrera recalca que evidentemente este tema no compete a la sociedad civil sino de los Estados. “Es urgente tomar decisiones rápidas en torno a la protección de los refugiados tanto en Europa como alrededor del mundo. Este tema crecerá hasta que se logren acuerdos claros y concretos en torno a la paz de estas naciones convulsionadas por las guerras”.

El politólogo Andrés Gómez aporta que es importante reconocer y tomar las decisiones estratégicas para adaptar a las sociedades europeas a su realidad, que es el creciente multiculturalismo.

“A través de una pedagogía social y política Europa debe entender que la pureza étnica y nacional en la era de la globalización es una quimera. El multiculturalismo es una realidad que llegó para quedarse”, recalca el experto. (I)

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