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El Telégrafo
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Encuesta reveló que el líder del pt tiene 30% de votantes convencidos y 17% dispuesto a apoyarlo, es decir el 47% para ganar

La agenda judicial de Lula puede cerrarle el camino para las elecciones de 2018

El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva en una conferencia de prensa en Sao Paulo.
El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva en una conferencia de prensa en Sao Paulo.
Foto: AFP / ARCHIVO
22 de abril de 2017 - 00:00 - Pablo Giuliano. Corresponsal desde Sao Paulo, Brasil

La situación judicial del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva puede poner en riesgo una posible candidatura para las elecciones de 2018, en la que según las encuestas es amplio favorito, sobre todo luego de la declaración de un empresario condenado a 38 años de cárcel a quien consideraba su amigo.

Según Leo Pinheiro, extitular y accionista de la empresa constructora OAS, Lula le pidió personalmente en mayo de 2014 “destruir pruebas del soborno pagado al Partido de los Trabajadores (PT)” para evitar que lo alcance la Operación Lava Jato. La declaración causa conmoción en momentos en que la clase política, entre ellos el gobierno de Michel Temer y la antigua oposición, fueron denunciados por recibir dinero en el exterior.

La defensa de Lula sostiene que Pinheiro fue obligado por la Fiscalía a sentarse a negociar un acuerdo de delación premiada como hicieron los ejecutivos de Odebrecht.
“La delación premiada es algo voluntario, no una presión. Creemos que Pinheiro está siendo presionado a hacerlo”, dijo ante una consulta de EL TELÉGRAFO Cristiano Zanin Martins, abogado de Lula.

La última encuesta, de Ibope, indicó que el rechazo a los posibles contendientes fuertes de Lula aumentó. El líder del Partido de los Trabajadores (PT) tiene según Ibope el 30% de votantes convencidos y otro 17% que respondió que está dispuesto a votarlo. Este potencial que suma 47% forma parte de una nueva metodología de Ibope. El potencial de los tradicionales dirigentes del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) de Lula, Aecio Neves, José Serra y el gobernador paulista, Geraldo Alckmin, cayó del 41% a 22%, del 32% al 25%, y del 29% al 22% respectivamente. Todos tienen mayor rechazo que Lula.

Sin embargo, la encuesta fue realizada antes de las delaciones de los 77 ejecutivos de Odebrecht que están todo el día en la televisión y que hicieron trizas lo poco que quedaba de la imagen de la clase política en general a raíz de la Operación Lava Jato.

En este marco, ocho ministros de Michel Temer, más de 70 legisladores y 13 gobernadores fueron acusados.

Pero la situación de Lula, considerado según otra encuesta, del Instituto Vox Populi, el mejor presidente de la historia del país por casi la mitad de la población, puede agravarse por su desfile por los tribunales. Está procesado en cinco acciones, dos por corrupción, una por tráfico de influencia y otras dos por obstrucción de la justicia.

A modo de ejemplo de que la batalla judicial también es político mediática, de las cuatro horas que gastó el Jornal Nacional, el noticiero más visto del país, de la poderosa TV GLOBO sobre las delaciones de Odebrecht, 33 minutos estuvieron dedicados a destruir a Lula.

Merval Pereira, columnista del canal GloboNews, ya comenzó a presionar a los fiscales para una posible prisión de Lula.

En caso de que sea condenado por el juez Sergio Moro, quien comparte eventos y seminarios con los opositores a Lula y que fue condecorado dos veces por el Ejército al lado del presidente Temer en los últimos seis meses, Lula tendrá chances de correr por la presidencia. Pero si esa sentencia es confirmada por la segunda instancia, el Tribunal de Porto Alegre, no podrá hacerlo a causa de la ley de la “Ficha Limpia”. Esta normativa fue sancionada por el propio Lula en 2010.

Existe otra discusión sobre si un procesado no condenado puede estar en la línea sucesora presidencial en el Supremo Tribunal Federal (STF), algo que el año pasado apartó al entonces presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, hoy preso en Curitiba.

El propio Lula, en una declaración dada el jueves a una radio de Sergipe, nordeste más pobre del país, dejó entrever que sus aspiraciones de regresar a la presidencia luego de haberlo hecho entre 2003 y 2010 pueden estar en jaque.

“Si puedo, seré candidato. Si soy candidato, soy candidato para ganar, ya perdí mi cuota de elecciones perdidas”, dijo al recordar sus derrotas en 1989, 1994 y 1998.

La declaración del empresario Pinheiro ante el juez Moro se dio en el marco de una investigación en la cual la Fiscalía dice que un apartamento propiedad de la constructora OAS iba a ser dado a Lula a cambio de que la empresa obtuvo contratos vinculados a Petrobras.

Ese apartamento, que inicialmente no era de OAS, iba a ser comprado por la esposa de Lula pero luego la familia desistió y lo compró la constructora implicada en el escándalo. Pinheiro dijo que reformó el apartamento con dinero desviado. La propiedad está registrada a nombre de la constructora. (I)

DATOS

La encuesta fue realizada entre el 7 y 11 de abril y el margen de error es de dos puntos porcentuales, con un intervalo de confianza del 95%.

La coalición gobernante de Michel Temer alcanzó el poder el año pasado debido a la destitución de la presidenta electa, Dilma Rousseff, la sucesora específicamente seleccionada por Lula da Silva.

La investigación sobre irregularidades en la estatal Petrobras se ahondó este mes con la autorización por parte del Supremo Tribunal de 74 investigaciones de políticos de Temer, incluidos ocho ministros.

El testimonio de ejecutivos corruptos de Odebrecht alegó que los políticos del actual mandatario aceptaron sobornos a cambio de ayudar a la compañía a amañar contratos y reglamentos. (I)

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