Una veintena de temblores se  registraron  la noche del lunes en Emilia Romagna, después del terremoto de magnitud 5,1 que el domingo nuevamente sacudió la región del norte de Italia, lo que  causó     pánico en  la población.

Después de algunos días de aparente tranquilidad tras los grandes terremotos del 20 y 29 de mayo, de 5,9 y 5,8 grados en la escala Richter, la tierra temblaba ayer de nuevo a las 19:20 GMT (21:20 locales)  con una intensidad de 5,1 grados.

A este sísmo le siguieron en la noche 20 réplicas con una magnitud superior a los 3 grados y que fueron advertidas entre la población, según el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología de Italia (INGV).

"Ya no se duerme", explicaban a los medios de comunicación italianos los habitantes de la provincia de Módena, donde se han localizado los epicentros de los últimos seísmos.

Miles de personas   pasan  al aire libre, en sus coches o caravanas ante el temor de posibles derrumbes, y se suman así a los cerca de 15.000 evacuados que pernoctan en las estructuras o tiendas de campañas de la Protección Civil.