Italia estudia reducir en casi 200 el número de sus parlamentarios electos, al pasar de los actuales 945 a los 762, como parte del compromiso de la clase política italiana de reducir sus costes para el Estado en tiempos de crisis financiera.

Así lo recoge el texto de reforma dispuesto por los técnicos de los tres principales grupos parlamentarios del país, que pasará ahora a su tramitación en el Senado y del que este jueves informaron fuentes de la Unión de Democristianos y de Centro (UDC), integrante del llamado "Tercer Polo" de centroderecha.

Según este texto, la Cámara de los Diputados (baja) quedará con 508 parlamentarios (8 elegidos en la circunscripción de italianos en el extranjero), frente a los 630 actuales, mientras que el Senado (Cámara alta) reducirá el número de sus senadores a los 254 (4 por el extranjero), frente a los 315 actuales, a los que hay que añadir los seis vitalicios existentes en la actualidad, como Mario Monti.

La idea es aprobar esta medida, que también incluye el refuerzo del papel del Ejecutivo en el Parlamento y cambios en las votaciones de las mociones de censura, en los plazos apropiados para que pueda entrar en vigor ya para las próximas elecciones generales, que se celebrarán en la primavera de 2013.

En esta reforma se incluye además una rebaja en la edad mínima necesaria para poder ser elegido diputado hasta los 21 años (25 años actualmente) y a los 35 en el caso de los senadores (ahora está en los 40 años).

Esta medida se encuadra dentro de los continuos contactos para acordar las reformas necesarias para el país que mantienen los tres principales grupos parlamentarios italianos: el conservador Pueblo de la Libertad (PDL) del ex primer ministro Silvio Berlusconi, el Partido Demócrata (PD) de centroizquierda y el "Tercer Polo".

Fruto de las reuniones de sus líderes, conocidas ya como el "ABC" por sus iniciales (Angelino Alfano, Pierluigi Bersani y Pier Ferdinando Casini), es también el acuerdo al que se llegó anoche sobre la reforma del sistema de financiación y control de cuentas de los partidos políticos, tras el reciente escándalo de corrupción en el seno de la separatista Liga Norte.

Ese acuerdo contempla la institución de una Comisión para la Transparencia y el Control de las Cuentas de los partidos políticos, que supervisará los balances económicos de las formaciones y en las que, en caso de irregularidades, los presidentes de las Cámaras parlamentarias podrán imponer sanciones económicas.

Con esta reforma, que se incluirá como una enmienda en el decreto fiscal ya en tramitación parlamentaria, los partidos tendrán que publicar en internet sus cuentas e invertir su propia liquidez en títulos de deuda emitidos por el Estado italiano.

Además se obligará a que las donaciones a los partidos superiores a los 5.000 euros tengan que hacerse públicas y que las contribuciones de las formaciones políticas a fundaciones, entidades o instituciones que superen los 50.000 euros anuales se sometan al control de la citada Comisión.