En medio de la tensión política generada por la anexión de Crimea, península que decidió en un referéndum independizarse de Ucrania, los líderes del Grupo de los siete países más industrializados (G7) resolvieron ayer suspender la cumbre de junio en Sochi y reemplazarla por otra en Bruselas como parte de las sanciones a Rusia. De esta forma, Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Gran Bretaña mantendrán un encuentro del que las autoridades rusas no participarán.

“Los líderes del G7 se reunirán nuevamente en junio en Bruselas. No participarán en Sochi”, precisó en Twitter el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, quien participó en la reunión de ayer en La Haya convocada por el presidente de EE.UU., Barack Obama, en paralelo a la Cumbre de Seguridad Nuclear. Más temprano, antes de la reunión de crisis del G7 y tras un encuentro con el primer ministro holandés Mark Rutte, Obama dijo que su país y la Unión Europea estaban “unidos para hacerle pagar a Rusia el coste de sus acciones” en Ucrania y “en su apoyo al gobierno y al pueblo ucraniano”.

La reunión se celebró a iniciativa de Obama, que la semana pasada convocó al resto de los jefes de Estado y de Gobierno del G7 para tratar la crisis ruso-ucraniana. Ese grupo de países, los más poderosos del mundo, ha regresado al formato de siete socios, en lugar de ocho, al haber excluido a Rusia de este encuentro extraordinario. (AFP/EFE)