Evo Morales está confiado de su segunda reelección. Junto con asegurar que solo su gobierno garantiza la “estabilidad política” de Bolivia, vaticina que obtendrá entre el “80% o 90%” de la votación en las áreas rurales de su país en las elecciones del próximo 12 de octubre.

Y el optimismo del mandatario es confirmado por las encuestas. Un reciente sondeo elaborado por Equipos Mori para el diario cruceño El Deber muestra que el 85% de los consultados cree que el candidato del oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS) ganará los comicios. En tanto, según la última encuesta de intención de voto de Ipsos, Morales tiene 59% de apoyo electoral.

Claro que el objetivo de Morales es más ambicioso. “La meta para mí es ganar con el 74%. Cada elección (debemos) aumentar 10% y está en nuestras manos”, dijo el gobernante en octubre de 2013, quien obtuvo el 64% de los sufragios en 2009. A diferencia de esas elecciones, cuando el candidato opositor Manfred Reyes Villa lo derrotó en las regiones orientales de la llamada Media Luna (Santa Cruz, Pando y Beni), esta vez Morales avanza con paso firme a imponerse en casi los 9 departamentos del país.

Además de lograr una intención de voto cercana o superior al 60% en La Paz, Potosí, Oruro y Cochabamba, el avance del MAS parecería consolidarse en Pando, Tarija y Chuquisaca. Pero se evidencia un salto significativo del oficialismo en Santa Cruz, donde en julio el apoyo a la reelección de Morales llegaba al 48%, porcentaje que en agosto subió a 56%. Según el diario paceño La Razón, solamente en Beni la oposición sería mayoritaria frente a la candidatura oficialista. Con todo, un 61% de los habitantes de esa región cree que el mandatario ganará, apuntó Equipos Mori.

“Para el gobierno hay un proceso de conquista política territorial desde el enclave andino (en 2005) cuando era una minoría regional; luego avanza con el referendo revocatorio (2008) que la oposición pierde en los valles (Cochabamba), y ahora su apuesta es el Oriente. Hay un desplome del núcleo de la oposición, que es la desarticulación de la Media Luna, que hoy ya no existe”, explicó a La Tercera el analista boliviano Jorge Lazarte. “Hay una suerte de acomodamiento de intereses mutuos entre gobierno y empresarios, donde ambos ganan: los empresarios se protegen y pueden beneficiarse de los recursos del gobierno, y el gobierno gana porque ello disloca a la oposición y le facilita la conquista de Santa Cruz, que fue el corazón de la oposición regional”, sostuvo Lazarte.