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El Telégrafo
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La imagen del niño sirio ahogado impulsó a este compromiso

Europa reubica solo al 18% de los refugiados previstos en 2015

Un hombre exclama de rodillas al llegar, junto con otros refugiados y migrantes, en la isla griega de Lesbos después de cruzar el mar Egeo desde Turquía.
Un hombre exclama de rodillas al llegar, junto con otros refugiados y migrantes, en la isla griega de Lesbos después de cruzar el mar Egeo desde Turquía.
Foto: AFP
27 de septiembre de 2017 - 00:00 - Gorka Castillo. Corresponsal en Madrid

Madrid.-

Aunque las señales del fracaso aparecieron el mismo día de la votación, nadie pensó que de los 160.000 refugiados que la Unión Europea (UE) se comprometió a reubicar entre 2015 y 2017 solo alcanzaría a 28.242, el 18% del número de personas inicialmente acordado.

Ayer concluyó el plazo del acuerdo vinculante firmado por todos los estados europeos -excepto República Checa, Hungría, Eslovaquia y Rumanía-, y solo Malta, cuya cuota era de 137 personas, ha cumplido su palabra.

Finlandia se ha quedado cerca, con un 92% de las personas reubicadas respecto a la cuota establecida. Estas cifras evidencian el rotundo fracaso del compromiso adoptado por la UE para atenuar el drama que cada día golpea a miles de refugiados que esperan agolpados en campos improvisados de Grecia e Italia.

En el otro extremo se encuentran, además del bloque de países centroeuropeos, España, Francia y Austria que no alcanzan ninguno de ellos ni el 20% de las cuotas de reubicación que tenían asignadas. Llama la atención el caso español que de los 17.337 refugiados que se comprometió a acoger en 2015 solo ha recibido a 1.910 personas, el 14% de su cuota.

Desde hace algunos meses, el decepcionante desenlace era esperado por organizaciones que trabajan sobre el terreno como el Comité Español de Ayuda al Refugiado (CEAR), Médicos sin Fronteras (MSF), Intermón Oxfam o Acnur.

“Claramente es una vergüenza que pone de manifiesto la falta de voluntad de los estados para asumir un compromiso de colaboración para aliviar la situación en Grecia e Italia y un drama humanitario”, censuró ayer la responsable de CEAR, Estrella Galán.

El compromiso de acoger a 160.000 refugiados confinados en campos de reclusión de Grecia e Italia se tomó en el Consejo Europeo pocas semanas después de la espeluznante imagen del niño sirio Aylan Kurdi, ahogado ante los ojos atónitos del mundo en la orilla de una playa turca.

La crudeza de la fotografía tuvo un efecto punzante sobre la conciencia de las autoridades europeas que decidieron sacar adelante la iniciativa, pese al voto en contra de países como Hungría y Polonia.

A golpe de tragedia y de emergencia humanitaria, se creó un complejo mecanismo de reubicación de refugiados que trataba de redistribuir a las miles de personas que en 2015 seguían llegando, como Aylan, a través del Mar Egeo entre Turquía a Grecia, y por el Mar Mediterráneo desde Libia a Italia. Se impuso que cada uno de los 28 estados aceptara la acogida de una cifra específica de refugiados en función del peso de su Producto Interno Bruto (PIB) en el conjunto de la UE.

A España, por ejemplo, le correspondieron 16.231 personas; a Alemania, algo más de 31.000; y a Francia, 24.000.

De forma paralela, los países confirmaron el compromiso no vinculante de reasentar a más de 20.000 personas refugiadas en campos de Jordania, Líbano y Turquía donde hoy habitan casi 2’000.000 millones de seres humanos huidos de las guerras.

El Gobierno de España aprobó traer a 1.449 personas pero, de momento, solo han llegado 631.

El principal argumento difundido en el seno de la UE para justificar el fracaso de esta política ha sido la baja cifra de personas preparadas para ser reubicadas.

Sin embargo, organizaciones como el Comité Español del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) han criticado los “férreos requisitos” que los estados receptores están imponiendo a los solicitantes de refugio para que puedan beneficiarse del programa. Además, según la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), también se ha bloqueado la reubicación a personas de nacionalidades que superaban una tasa de reconocimiento de protección internacional.

Este criterio ha favorecido a las personas originarias de Siria, Eritrea o Yemen, pero se ha convertido en un obstáculo insalvable para otros en similares situaciones procedentes de Afganistán, Irak, Sudán o Nigeria. Por este motivo, hay unos 10.000 procedimientos de asilo paralizados sobre la mesa de las autoridades de migración europea.

En un comunicado urgente difundido ayer, la Comisión Europea recordó a los países que se comprometieron en septiembre de 2015 a reubicar a 160.000 refugiados que “es apremiante que los estados miembros sigan con el proceso incluso luego del 26 de septiembre”.

Desde las organizaciones humanitarias son más críticos. CEAR considera que “los países de la Unión Europea parecen haber dejado de lado el derecho de asilo. Y no solo aquellos gobiernos con un discurso claramente xenófobo sino casi todos. Hay una falta de voluntad política para cumplir con ese compromiso”. (I)

DATOS

El ejecutivo comunitario defiende que las ‘reubicaciones’ no han terminado. De hecho, 10.000 ‘solicitantes’ que llegaron a territorio griego e italianos antes de la fecha límite del 26 de septiembre deben ser todavía reubicados en otros países.

Frente a las críticas, el comisario europeo de Migración, Dimitris Avramopoulos, explica que la situación en el terreno cambió tras el pacto alcanzado en marzo de 2016 con Turquía, que redujo de manera drástica la llegada de migrantes a las costas griegas.

Un tercio de los 160.000 traslados previstos inicialmente se asignaron además a un nuevo programa de acogida, en concreto, de sirios presentes en suelo turco.

Sobre los migrantes llegados a Italia, la Comisión estima que estos no cumplen en su mayoría los requisitos necesarios para optar al programa de traslado. (I)

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