Los diálogos de paz entre el Gobierno colombiano y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) pasan por su peor momento. El presidente Juan Manuel Santos advirtió a este grupo que mientras no se vean gestos de buena voluntad, los negociadores designados por el Ejecutivo permanecerán en el país. El ELN, por su parte, dice que los diálogos no avanzarán bajo amenazas.

Ahora, en medio de la tensión creciente, la Dirección Nacional y el Comando Central de esa guerrilla anunció  -mediante volantes y las redes sociales- que desde el próximo 10 de febrero, a las 6:00, y hasta el día 13 del mismo mes, se realizará un paro armado en todo el territorio nacional.

De acuerdo con el comunicado, divulgado por el comandante Uriel, quien en Twitter se identifica como “La voz editorial del Frente de Guerra Occidental Omar Gómez -ELN”, el paro armado se adelanta por la “continuidad del terrorismo de Estado y el incremento de la persecución a los dirigentes populares y la judicialización de la protesta social; como también la negativa del Gobierno para darle continuidad al Quinto Ciclo de conversaciones en Quito”.

En los paros armados, la guerrilla suele restringir el desplazamiento de vehículos por carreteras y la movilidad de las personas, amenazando con ataques a quienes transiten por las vías de una determinada región.

Según el comunicado, acatando la orden del mando superior del ELN, en el Chocó y el occidente colombiano, el paro armado será efectivo en las carreteras y ríos, como en el mar y las rutas aéreas. Explican que las órdenes de operaciones se ejecutarán teniendo en cuenta los protocolos de seguridad y protección de la población.

Y rematan con una advertencia: “Hacemos el llamado a los transportistas y pasajeros para que se abstengan de viajar y evitarse inconvenientes”.

En ese sentido, el senador Iván Cepeda, autorizado por el Gobierno para buscar fórmulas que permitan que los diálogos continúen, rechazó el anuncio hecho por la guerrilla porque aquello dificulta las cosas. “Vamos a ver cómo se sigue resolviendo este impasse y estas dificultades para lograr el objetivo, que es el alto al fuego para que el Quinto Ciclo pueda avanzar”.

División en la guerrilla
La publicación de este comunicado deja ver que en el interior del ELN hay división. En diálogo con El Espectador, Carlos Velandia, excomandante del ELN y actual gestor de paz, señaló que “los sectores mayoritarios del ELN no encuentran argumentos para convencer a los grupos más pequeños y por eso se registran las divisiones”.

El senador Cepeda indicó que, durante la primera etapa del cese al fuego, el ELN demostró que puede tener unidad de mando. “Por eso, creo que, pese a las diferencias, la unidad en el interior de esa guerrilla se puede lograr”.

El presidente Santos, quien dejará el poder en agosto, congeló el 29 de enero las negociaciones con el que es considerado el último grupo rebelde activo en Colombia, a raíz de una serie de atentados contra la Policía. Las negociaciones se iniciaron en febrero de 2017 en la capital ecuatoriana.  

Los guevaristas, que se levantaron en armas contra el Estado en 1964, atacaron con explosivos tres estaciones policiales y mataron a siete uniformados, además de herir a decenas de ellos.

El enfrentamiento entre las partes recrudeció tras el final, el 9 de enero, de una tregua de 101 días. La fuerza pública mató o capturó a decenas de presuntos rebeldes desde el fin del alto al fuego, según el comandante de las Fuerzas Armadas, general Alberto Mejía. (I)