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En la primera vuelta se registró un ausentismo del 33%

El único rival de Solís será el abstencionismo en Costa Rica

El candidato a la presidencia de Costa Rica por el Partido Acción Ciudadana (PAC), Luis Guillermo Solís (centro). Foto: EFE
El candidato a la presidencia de Costa Rica por el Partido Acción Ciudadana (PAC), Luis Guillermo Solís (centro). Foto: EFE
07 de marzo de 2014 - 00:00 - Agencias AFP/EFE

El opositor y candidato presidencial de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, emprendió ayer una atípica campaña contra el fantasma del abstencionismo en la segunda ronda electoral del 6 de abril, que podría restar legitimidad a su eventual gobierno, luego de que su rival, el oficialista Johnny Araya, desistió de la aspiración presidencial.

“No voy a pecar de ingenuo, aquí hay una decisión de Johnny Araya de no continuar como candidato activo, pero tengo clarísimo que el PLN (el gobernante Partido Liberación Nacional) no ha salido de la campaña”, declaró Solís, un historiador y académico de 55 años.

Araya, quien quedó segundo en la primera ronda de las elecciones el pasado 2 de febrero con una diferencia de menos de un punto porcentual con respecto a Solís (29,7% contra 30,6%) renunció sorpresivamente a su aspiración el miércoles pasado, una decisión calificada por analistas como un golpe a la reconocida democracia costarricense.

Varias encuestas, una divulgada por la Universidad de Costa Rica el mismo día, revelaban que el candidato opositor triplica en intención de voto al candidato oficialista en la segunda vuelta con el 62%, lo que al parecer influyó para que se retirara Araya, que alcanza solo el 20%.

Sin embargo, por disposiciones constitucionales, Johnny Araya, exalcalde capitalino de 56 años, tendrá que seguir como candidato, aunque sea inactivo, y los comicios se realizarán en la fecha señalada, confirmó el presidente del Tribunal Supremo de Elecciones, Luis Antonio Sobrado.

“Estar en política frente a un rival es difícil, pero estar frente a un fantasma es más complicado”, admitió ayer el candidato opositor, quien aseguró que se mantendrá trabajando para lograr el máximo apoyo posible a su candidatura.

Solís estimó que el retiro de Araya podría buscar un gran aumento del abstencionismo y “garantizar que el Gobierno entre muy debilitado de camino a las decisiones que hay que tomar”.

Cerca de 3 millones de electores están convocados a pronunciarse en el balotaje, pero se estimó que el porcentaje de abstencionismo, que en la primera vuelta fue del 33%, podría incrementarse.

Varios analistas coincidieron con la visión de Solís y señalaron que la aparente desaparición de una competencia entre dos candidatos podría desmotivar la participación de muchos electores en los comicios.

“Solís ahora enfrenta la lucha por bajar el abstencionismo que podría debilitar mucho su eventual victoria el 6 de abril. Necesita una gran victoria para contrarrestar el déficit de apoyo legislativo que tendrá que enfrentar”, afirmó a la AFP el analista Manuel Rojas Bolaños.

Para la segunda ronda, el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) tiene un presupuesto de 4,1 millones de dólares y el proceso se efectuará con normalidad.

Pierde la democracia
El analista político Claudio Alpizar dijo que el retiro de Araya no afecta el sistema democrático de Costa Rica, pero sí al proceso electoral y a la credibilidad de los costarricenses en la clase política, de por sí ya deteriorada.

“Lo principal es decir que nuestro sistema democrático es tan fuerte, tan sólido, que tiene la legislación correspondiente para este tipo de casos, así que tendremos elecciones, aunque tal vez un poco desteñidas”, manifestó.

Para Alpízar, “no son válidas” las razones expuestas por Araya para desistir de sus aspiraciones presidenciales sobre falta de dinero para hacer campaña, los resultados negativos de encuestas hechas por el partido y divisiones internas.

“Es una eutanasia política sabiéndose perdedor y seguramente con un margen muy alto de oposición. Prefirió retirarse antes que esperar el día de las elecciones por una posible derrota histórica del Partido Liberación Nacional”, opinó el analista.

El próximo gobernante asumirá el 8 de mayo en reemplazo de la actual mandataria Laura Chinchilla.

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