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El secuestrador de Cleveland “ayudó” a buscar a su víctima
Cleveland.- Ariel Castro, el principal sospechoso por tener cautivas a tres mujeres en una casa de Cleveland, Ohio (Estados Unidos) hace casi una década, participó en la búsqueda de una de las víctimas, Gina DeJesus, quien era hija de una amiga.
Castro, de 52 años, repartió volantes con la foto de Gina, a los 14 años de edad, y tocó música en un acto de recaudación de fondos en su honor para continuar su búsqueda. Cuando los vecinos se reunieron en una vigilia con velas hace apenas un año en recuerdo de la niña, también asistió Castro. Incluso consoló a la madre de la desaparecida.
El hombre -al igual que todos los pobladores del barrio compuesto mayormente por puertorriqueños- parecía acongojado por la desaparición de Gina DeJesus en 2004.
Ahora, él y sus hermanos, Pedro, de 54 años y Oniel de 50, están detenidos como sospechosos de mantener secuestradas a DeJesus y otras dos mujeres desaparecidas desde hace una década.
Amanda Berry, de 27 años; Michelle Knight, de 32; y DeJesus, de 23; permanecieron secuestradas en la casa desde que eran adolescentes, confirmó la Policía.
Los agentes también hallaron, en la casa, una niña de 6 años de edad, que se cree es hija de Berry, dijo el subjefe policial Ed Tomba, quien no precisó quién podría ser el padre.
Ellas fueron rescatadas después de que Berry lograra sacar el brazo por una puerta y comenzara a gritar por ayuda. Un vecino, Charles Ramsey, escuchó sus gritos, rompió la puerta y ella salió junto con la niña. De inmediato fue a una casa vecina llamó al servicio de emergencias 911 y un agente se presentó minutos después en el lugar.
Ariel Castro era el dueño de la vivienda donde se encontraban las mujeres. Juan Alicea, pariente de los tres hermanos, aseguró que su familia estaba “totalmente sorprendida” después de enterarse de que las mujeres desaparecidas estaban en la casa.
Un hijo de Ariel Castro, Anthony Castro, indicó en una entrevista con el diario Daily Mail de Londres que hablaba con su padre pocas veces al año y que rara vez lo veía en su vivienda. “La casa siempre estaba cerrada”, contó Anthony. Había cerrojos en las puertas al sótano, cerrojos en el ático, cerrojos en el garaje”.
Michael McGrath, jefe de Policía de Cleveland, informó que se hallaron cadenas y cuerdas en la casa que al parecen eran usadas para maniatar a las víctimas. Las mujeres se reunieron con sus familiares la noche del martes, pero se mantienen alejadas de los medios de comunicación hasta que termine la investigación.
Conexión con otro caso
En tanto, agentes de la Policía Federal de Investigación (FBI) investigan si las tres jóvenes desaparecidas compartieron cautiverio con Ashley Summers, de quien no hay rastros desde julio de 2007.
Summers desapareció cuando tenía 14 años, en la misma zona de Cleveland, en la que se vio por última vez a las tres jóvenes halladas este lunes.
En 2009, el FBI descartó la posibilidad de que Summers se hubiera escapado de su casa voluntariamente y ahora considera que pudo ser secuestrada por Castro.
De otro lado, la Policía de Cleveland se enfrenta a críticas por no haber atendido las sospechas de los vecinos sobre lo que ocurría en la casa de Castro.
Nina Samoylicz, una vecina de los Castro, explicó al canal que hace unos dos años llamó a la Policía para informarle que había visto a una mujer desnuda gateando por el patio trasero de la vivienda antes de que un hombre la obligara a entrar de nuevo. Según Samoylicz, la Policía pensó que bromeaba y no acudió al llamado.
Israel Lugo, otro vecino, aseguró que informó en noviembre de 2011 de ruidos en las puertas de la modesta casa, cuyas ventanas estaban cubiertas con bolsas negras. Un portavoz de la Policía de Cleveland negó a la CNN que haya registros de llamadas al 911 de hace dos años que informen de comportamientos sospechosos en la casa de Castro.
Según el Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados (Ncemc), unos 4.000 casos de niños desaparecidos se encuentran sin resolver en Estados Unidos.
El director ejecutivo del programa Ncemc, Bob Lowery, explicó ayer que a diario se reportan unos 2.000 casos de desapariciones infantiles, de los cuales el 80% es por huida de los propios pequeños, mientras que menos del 1% se relaciona con secuestros similares al caso de las tres jóvenes.