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El líder del PP tiene garantizado 137 votos de su partido y 32 de ciudadanos

El PSOE ratifica su rechazo a Mariano Rajoy

El presidente español en funciones, Mariano Rajoy (derecha) junto al líder del Partido Socialista Español (PSOE), Pedro Sánchez.
El presidente español en funciones, Mariano Rajoy (derecha) junto al líder del Partido Socialista Español (PSOE), Pedro Sánchez.
Foto: AFP
30 de agosto de 2016 - 00:00 - Gorka Castillo. Corresponsal en Madrid

En un gesto que revela más urgencias que entendimiento, los conservadores Mariano Rajoy y Albert Rivera instaron ayer a Pedro Sánchez a que no obstruya el acuerdo de investidura firmado por ambos para convertir al candidato del Partido Popular (PP) en presidente de España. El mensaje lanzado ayer por el todavía presidente español en funciones se produjo a la conclusión de su última y desesperada reunión con el líder socialista, 30 minutos escasos de encuentro a puerta cerrada en el que trató de convencer a Sánchez de la benevolencia de su pacto con Ciudadanos y, sobre todo, de las nefastas consecuencias de su bloqueo. “Tengo 170 votos asegurados (los 137 de su partido, los 32 de Ciudadanos y uno de Canarias). ¿Quieres que repitamos otra vez las elecciones”, dijo el candidato popular.

Rajoy examina hoy ante el Congreso el documento de 44 páginas acordado con Rivera en la primera sesión de investidura, la segunda y definitiva será el viernes, sin garantía alguna de lograr los 6 votos que aún le faltan para ser proclamado oficialmente como el sexto presidente desde el fin de la dictadura.

Nacionalistas vascos y catalanes, socialistas y, por supuesto, Unidos Podemos recibieron con una mezcla de escepticismo y repulsión los 150 compromisos pactados entre el PP y la formación naranja con el objetivo de “mejorar la situación de España”. Ni siquiera la previsión de aumentar el gasto público en 28.500 millones de euros hasta 2020 sirvió para ablandar levemente la inflexible posición de Pedro Sánchez de rechazarlo. “Es un proyecto conservador, que no elimina ninguna de las medidas lesivas aprobadas en los últimos cuatro años, como la reforma laboral, y que indulta a un partido asolado por la corrupción”, argumentaron ayer fuentes socialistas que, sin embargo, pasaron de largo ante las críticas recibidas por parte de Albert Rivera sobre su negativa a aprobar unas medidas que hace unos meses estaban dispuestos a aceptar.

No fue el único que ayer censuró la postura de Sánchez. Algunos de los denominados “barones” socialistas, los líderes territoriales de la formación, volvieron a salir al escenario para explicar su salomónica posición de votar en contra en la primera sesión del miércoles para abstenerse el viernes en la segunda y permitir gobernar a Rajoy.

“Es responsabilidad del Estado y abrir la posibilidad a armar una fuerte oposición”, señaló a este diario un senador. Según fuentes del PSOE, la tensión interna en el partido de cara a la investidura es enorme debido a la batalla que ahora libran partidarios y detractores de que el actual líder socialista intente formar un ejecutivo si fracasa la opción de Rajoy. La tregua que negocian podría durar hasta el 25 de septiembre, fecha en la que se dirimen dos elecciones autonómicas cruciales en España, como las de Euskadi y Galicia, donde las opciones del PP parecen encontrarse al borde del descalabro total.

Por eso también el tiempo se presenta crucial para el acuerdo alcanzado el sábado por los dos aliados tácticos por el continuismo político en España, el PP y Ciudadanos. Si esta semana Rajoy no sale investido presidente del ejecutivo, sus posibilidades decrecerán en la misma proporción que aumentarán las de Sánchez. Al menos así lo ven en el PSOE tras las maniobras de aproximación realizadas en las últimas semanas a las fuerzas nacionalistas vascas y catalanas que en el Congreso tienen 22 representantes. En esa ecuación faltaría un acuerdo con Unidos Podemos, cuyo apoyo sigue siendo mal recibido por la dirección y buena parte de la base socialista. Así, al menos, lo manifestó este fin de semana la número dos del partido en Madrid, la magistrada Margarita Robles, al descartar un gobierno alternativo con la formación de Pablo Iglesias. “Podemos no merece nuestra confianza”, señaló al ser cuestionada por los planes que manejan si Mariano Rajoy no es finalmente investido presidente.

De lo que no hay duda es que Ciudadanos ha vuelto a demostrar su papel de partido bisagra, en el que se apoyan las dos grandes formaciones para sumar votos a su causa, y evitar así caer en la irrelevancia política. Rivera se paseó ayer por medios mostrándose como el único capaz de sentar en una mesa a PP y PSOE “porque somos los únicos que actuamos en clave de Estado y no partidista”. Algunos le censuran que si quiere ganar con ello algunos puntos, “claramente se ha equivocado”. Esto es España. Por tanto, en cada apretón de manos que ejecuta para simbolizar su acuerdo abre una grieta por donde se fugan votos. En junio, su partido perdió 8 representantes respecto a los comicios celebrados en diciembre por culpa de su acuerdo con el PSOE. (I)

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