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El nuevo gobierno de Egipto “caza” a sus predecesores

El nuevo gobierno de Egipto “caza” a sus predecesores
05 de julio de 2013 - 00:00

El Cairo.- Egipto inauguró ayer la nueva etapa impuesta por el Ejército con un nuevo presidente interino, Adli Mansur, que ayer juró su cargo en sustitución de Mohamed Mursi, mientras sigue la búsqueda y detención de líderes de los Hermanos Musulmanes. Mansur prometió “proteger el sistema republicano” y ser el “garante de los intereses del pueblo”.

El derrocamiento de Mursi, primer presidente elegido democráticamente de la historia de Egipto, pone fin a un año de poder islamita, marcado por repetidas crisis e importantes protestas populares, y abre el camino hacia una delicada transición en el país profundamente dividido.

Mansur, quien hasta el miércoles era el presidente del Tribunal Supremo Constitucional, es el nuevo mandatario que deberá convocar y supervisar elecciones presidenciales durante un período interino, y podrá hacer declaraciones constitucionales y designar a un jefe de Gobierno con prerrogativas.

La nueva hoja de ruta establece también la suspensión temporal de la Constitución, que deberá ser reformada por un comité de expertos, y la formación de un gobierno de unidad nacional.

En el ámbito judicial, el Consejo Superior de la Magistratura restituyó ayer al fiscal general, Abdelmeguid Mahmud, en lugar del anterior, Talaat Ibrahim, nombrado por Mursi.

Persecución a islamitas

Tras el golpe militar, una de las primeras medidas que han tomado las autoridades es detener a los líderes de los Hermanos Musulmanes, el grupo islamita en el que militó Mursi hasta llegar al poder hace un año tras ganar las primeras elecciones presidenciales democráticas de Egipto.

Entre los detenidos están el guía supremo de la Hermandad, Mohamed Al Badei, quien fue capturado en la ciudad de Marsa Matrouh, a unos 200 kilómetros de la frontera con Libia, acusado de incitar a la violencia.

Hasta ayer se desconocía el paradero de Mursi, oficialmente desconocido, si bien un portavoz de los Hermanos Musulmanes, Gihad Hadad, señaló que está retenido tras haber sido trasladado al Ministerio de Defensa.

Contra el depuesto presidente pesa una orden judicial emitida ayer que prohíbe su salida del país. El islamita es investigado por las acusaciones de haber insultado al poder judicial, junto con otros ocho dirigentes de la Hermandad, a través de los medios de comunicación.

Se espera que, a partir del próximo lunes, un juez designado por el Ministerio de Justicia interrogue a Mursi por su discurso a la nación del pasado 26 de junio, cuando denunció a varios jueces porque, supuestamente, han participado en fraudes electorales en la  era del también derrocado expresidente, Hosni Mubarak.

Los Hermanos Musulmanes no van a participar en ningún trato con las nuevas autoridades de EgiptoPor su parte, la organización islamita denunció ayer la instauración de un “Estado policial” en Egipto. “Rechazamos las prácticas represivas del Estado policial, como los asesinatos, las detenciones y las restricciones a la libertad de los medios de comunicación y el cierre de los canales”, agregó el movimiento en un comunicado.

Por otra parte, los Hermanos Musulmanes anunciaron que no participarán en ningún trato con las nuevas autoridades de Egipto en respuesta a las declaraciones del presidente interino, Adli Mansur. “Rechazamos las prácticas represivas del Estado policial, como los asesinatos, las detenciones y las restricciones a la libertad de los medios de comunicación”, agregaron, en alusión a los últimos cierres de televisiones islámicas y detenciones de sus responsables.

También criticaron cualquier tipo de violencia e hicieron un llamamiento a la población para que proteste de forma pacífica en una gran manifestación prevista para hoy y denominada “Viernes del rechazo” contra el golpe de Estado militar, que derrocó a Mursi.

En general, las calles del país recobraron ayer la tranquilidad. En la plaza cairota de Tahrir, una multitud de personas continuó festejando la salida del poder de Mursi, jaleando a los aviones militares que sobrevolaban la zona con banderas egipcias y dibujando sus colores con la estela.

ESTADOS PIDEN UN ORDEN DEMOCRÁTICO

La comunidad internacional parecía dispuesta a trabajar ayer con las nuevas autoridades de Egipto, a pesar de que numerosos países pidieron un rápido regreso al orden constitucional, y ninguna potencia  occidental calificó el derrocamiento de Mohamed Mursi como golpe de Estado militar.

Una de las más fuertes reacciones fue la de Alemania, cuyo ministro de Relaciones Exteriores, Guido Westerwelle, consideró la intervención de los militares como “un fracaso mayor para la democracia en Egipto”.

Desde Túnez, donde realiza una visita oficial el presidente francés, François Hollande, llamó a “hacer todo lo posible” para reanudar el proceso de democratización en Egipto, tras el golpe de Estado militar. “Tenemos que hacer todo lo posible para que (este proceso) se pueda reanudar en base al pluralismo y la unión”, declaró.

La ministra italiana de Relaciones Exteriores, Emma Bonino, estimó que “nunca hay razones para alegrarse” al ver al Ejército en las calles, como es el caso en Egipto.

Unas horas después de que los militares destituyeran al primer presidente egipcio elegido democráticamente, el gobernante estadounidense, Barack Obama, se declaró “preocupado” por la evolución de la situación en el país árabe más poblado, al que Estados Unidos aporta una ayuda militar sustancial. (AFP)

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