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El Telégrafo
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LA PRESIDENTA CHILENA DIO DETALLES DE SUS TORTURAS

El lado más íntimo de Bachelet

La presidenta Michelle Bachelete apoyó al Partido Socialista de Chile con el fin de ayudar a los perseguidos políticos por el régimen militar de Augusto Pinochet. Foto: AFP
La presidenta Michelle Bachelete apoyó al Partido Socialista de Chile con el fin de ayudar a los perseguidos políticos por el régimen militar de Augusto Pinochet. Foto: AFP
23 de noviembre de 2014 - 00:00 - Alejandro Tapia, corresponsal en Santiago

Todas las mañanas, alrededor de las 08.30, Michelle Bachelet atraviesa parte importante de Santiago para llegar al palacio de La Moneda. Lo hace en una comitiva discreta, compuesta por dos autos Hyundai, desde el sector oriente de la capital chilena –en las faldas de la cordillera de los Andes- hasta el centro. La casa de la Presidenta chilena se ubica en el barrio de La Reina y a escasos minutos del lugar donde en 1975 fue torturada por la dictadura de Augusto Pinochet: Villa Grimaldi.

Bachelet mantiene vivo el recuerdo de su paso por este centro de torturas, pero además -por esas coincidencias inexplicables- cada mañana pasa muy cerca de este lugar. Hace algunos días, la mandataria dio una de las entrevistas más íntimas de su carrera política, en la que entregó detalles muy poco conocidos de su vida como militante socialista tras el golpe de 1973.

Aunque parte importante de la historia política de Bachelet salió a la luz durante su primera campaña presidencial de 2005 y también a través de varias biografías, sus declaraciones aún provocan impacto entre los chilenos. Bachelet no solo fue torturada junto a su madre, Angela Jeria, sino que también debió soportar en 1974 el asesinato de su padre, el exgeneral de la Fuerza Aérea, Alberto Bachelet, por haberse mantenido leal a Salvador Allende. Los propios compañeros de armas del general Bachelet lo sometieron a torturas, ya que lo veían como una amenaza. El viernes, dos exoficiales fueron condenados a dos y tres años de cárcel por delito de torturas.

Un año después de la muerte de su padre, Michelle Bachelet y su madre fueron llevadas hasta Villa Grimaldi, donde durante un mes fueron sometidas a una serie de vejámenes y violaciones a los derechos humanos. Ambas eran “sospechosas” para la dictadura. “Yo siempre he dicho que recibí tortura psicológica esencialmente y algunos golpes, pero a mí no me parrillaron”, señaló Bachelet en la entrevista con el programa “Yo, el que no conocías”, del canal Chilevisión.

Con el término “parrillar”, Bachelet se refirió al sistema de parrillas eléctricas que utilizaron los agentes de la dictadura para torturar. “Pero pienso, pucha que tuve suerte comparado con otros, que desaparecieron o murieron”, continuó Bachelet, que también confesó que después de su paso por Villa Grimaldi “pasé por un proceso de furia, indignación y rabia”.

“Al comienzo yo tenía mucho dolor. La Michelle de hoy día o de los últimos 20 años no es la misma que la que tenía 22, 23, ó 24 años. En ese momento yo tenía un dolor infinito, una rabia (…). Y no me hubiese imaginado después dialogando con esas personas que (en ese momento) pensaban que era lo mejor para el país. Yo pasé por un proceso de furia e indignación, rabia en términos emocionales. Desde la perplejidad política, de preguntarme cómo está pasando esto en nuestro país, a decir okey”, agregó.

Tras esta dramática experiencia, Bachelet y su madre fueron aceptadas como exiliadas por la entonces Alemania del Este (RDA). Según dijo a EL TELÉGRAFO Andrea Insunza, coautora junto a Javier Ortega de “Bachelet, la historia no oficial”, biografía publicada en 2013, “sabemos poco del exilio de Bachelet en la RDA. Conocemos algunos hitos de su vida personal: se casó allá, ahí tuvo a su primer hijo, pero es escasa la información acerca de las tareas políticas que desarrolló en la época”.

En la entrevista con Chilevisión, Bachelet se refirió por primera vez a la relación sentimental que mantuvo con Jaime López, un militante socialista que tras el golpe fue detenido y colaboró con la Dirección de Inteligencia Nacional (Dina), el aparato represor de Pinochet. La Presidenta contó que la última vez que  vio a López fue en la RDA, pero después su pareja volvió a Chile y lo arrestaron. Luego López logró enviarle una carta a su enamorada y Bachelet intuyó que su pareja había caído presa.

“Él entregó ciertos nombres (a la DINA) porque le dijeron que si no lo hacía, me iban a matar a mí y a mi mamá en el extranjero. Me encantaría saber qué pasó realmente, lo que pasó con él, si está desaparecido, si está muerto, si está en algún otro lado”, afirmó Bachelet. Javier Ortega, uno de sus biógrafos, señaló que “solo los años la hicieron superar esa traición”.

“No obstante, también en ella operaron razones políticas superiores apenas supo que López se había cambiado de bando. El propio López se lo cuenta en una carta, cuando ella está en la RDA, una carta personal, de amor. Ella se consterna, pero igual toma la carta y la entrega a sus superiores del Partido Socialista (PS), como prueba de que López ya no es confiable. Es decir, apenas recibe ese golpe personal decide reaccionar políticamente”.

Ortega considera que ahora Bachelet “puede hablar de temas dolorosos, como la traición de López, porque ha pasado más tiempo, pero creo que también porque está más cómoda como Presidenta, a diferencia de su primer mandato”. En ese sentido, la Mandataria también reveló que actualmente está soltera.

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