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El no acatamiento de la CIDH deja en entredicho al país

Destitución de Petro transforma la política en Colombia

El destituido alcalde de Bogotá,   Gustavo Petro, muestra documentos en  la inauguración de la Casa de la Justicia. Foto: EFE
El destituido alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, muestra documentos en la inauguración de la Casa de la Justicia. Foto: EFE
23 de marzo de 2014 - 00:00 - Por Gustavo Veloza Posada, corresponsal en Bogotá

La determinación que tomó el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, de firmar la destitución del alcalde izquierdista Gustavo Petro, y negándole de paso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) las medidas cautelares para evitar ese hecho, será la medida que marque un antes y después en la política colombiana.

Así lo destacan los analistas y politólogos al señalar que la salida de Petro, que ocupaba el segundo cargo más importante del país, influirá en la forma como se desarrolla actualmente la política que de por sí está profundamente convulsionada de cara a las elecciones atípicas en Bogotá para decidir quién será el nuevo alcalde, por los próximoscomicios presidenciales del 25 de mayo y por el proceso de paz que el Gobierno adelanta, en La Habana, con los guerrilleros de las FARC.

Para la izquierda, es claro que la decisión de Santos contra Petro, “deja en claro que no se puede confiar en los sectores tradicionales que han hecho de la política un negocio, antes que un servicio”. Así lo sostiene el analista Bernardo Domínguez, quien aseguró a EL TELÉGRAFO que “de ahora en adelante, la destitución de

Petro por un funcionario administrativo como es el Procurador, va a introducir una sensación de desconfianza tanto con la justicia colombiana como con sus partidos tradicionales. ¿Quién va a creer en la votación popular si en los estrados judiciales se la pasan por la faja?”.

LO QUE SE VIENE EN EL NUEVO CAMBIO DE MANDO

De otro lado, los actores involucrados en el cambio de mando en la capital asumen nuevos papeles. La figura del alcalde encargado, Rafael Pardo, abre un debate sobre la necesidad, la urgencia y el cómo de unas elecciones atípicas, para determinar quién ocupará el cargo en el Palacio Liévano hasta el último día de 2015.

El funcionario destituido, Gustavo Petro, y luego de una reunión con el senador electo, Antonio Navarro Wolff, dijo que Progresistas sí va a presentar la terna de candidatos a Juan Manuel Santos.

El senador del movimiento, Luis Carlos Avellaneda, dijo que la agrupación tiene diez días para elaborar la terna.

Aunque el movimiento de Petro, que hoy está fusionado con Alianza Verde, debe ser el promotor del grupo significativo de ciudadanos denominado Progresistas los encargados de esta selección.

Ellos son el caricaturista Vladimir Flórez ‘Vladdo’, el excontralor Carlos Ossa Escobar y la activista de Derechos Humanos Consuelo Ahumada, como cabezas visibles del grupo que inscribió a Petro para las elecciones de 2011.

La otra decisión adoptada por los Progresistas, tal como lo confirmó el propio Avellaneda, es que el movimiento estará presente con candidato propio en las elecciones atípicas.

El alcalde Gustavo Petro aseguró que si en 2011 alcanzaron  la victoria también lo pueden hacer en los próximos comicios. Anunció que el candidato será escogido por consenso con la ciudadanía y que en las plazas de los barrios de la ciudad se decidiría la persona que aspire a mantener el poder de los Progresistas en la capital.

Avellaneda sostuvo que “lo único cierto es que los petristas no se dejarán quitar la alcaldía de Bogotá y aspiran a que las urnas les dé mandato de legitimidad para continuar con el programa de la Bogotá Humana”.
Este mismo argumento fue el que plantearon los delegados de las FARC en Cuba cuando reaccionaron a las medidas de Santos contra el alcalde de Bogotá. “Ese hecho necesariamente da un margen de desconfianza para lo que estamos negociando con el Gobierno colombiano, ya que nadie nos puede garantizar lo que acordemos en La Habana”, señala un portavoz de la guerrilla.

El politólogo Arsenio Jiménez sostuvo que “otro elemento que debe analizar el Gobierno colombiano  es que al no tener en cuenta las medidas cautelares pedidas por la CIDH, rompiendo la tradición colombiana de respetar con antelación todas las recomendaciones y exigencias con respecto a los derechos humanos, como así ha sucedido con los crímenes de militantes de izquierda, marca un hito en las relaciones internacionales con la justicia. Ahora Colombia quedará señalada en la lista de países que se pasan por delante de las medidas de la CIDH, siendo una de las naciones que suscribieron el respeto por los pactos establecidos por la Corte Interamericana. Eso debe traer consecuencias negativas”.

Sobre este concepto, el internacionalista Rodrigo Avendaño señaló a este diario que “el no acatamiento de Santos a la CIDH deja en entredicho los derechos humanos en Colombia. Ese es un hecho que ha sido repetitivo durante los últimos años, las denuncias van y vienen, tanto así que este país es el que más acumula denuncias por violaciones de los derechos de los ciudadanos y que yo sepa Gustavo Petro sigue siendo un ciudadano colombiano. Eso es grave para el país que ahora será señalado al lado de las naciones africanas y árabes que no respetan las decisiones de los tribunales internacionales”.

De otra parte y en círculos cercanos del exalcalde Petro, el pronunciamiento de la destitución presidencial fue asumida como una traición, ya que daban por descontado que Santos acataría las medidas cautelares y que la suerte del mandato progresista se jugaría en las urnas el próximo 6 de abril, fecha en la que se votaría la revocatoria del mandato, que ya fue cancelada oficialmente por la Registraduría.

Luego de tres días de análisis, el ahora exalcalde quiere promover una asamblea nacional constituyente que vuelva a “construir la democracia”.

La exfuncionaria de Bogotá y asesora de Petro, Teresa Muñoz, dijo que el apoyo masivo que los ciudadanos han dado al dirigente, así como el abstencionismo electoral y los movimientos del voto en blanco, demuestran que llegó la hora de replantear “las bases de un país que sí esté dispuesto a la paz”. Para ello, desde la próxima semana, el exalcalde estará trabajando en unas correrías por el país, que empezarán en Barranquilla, promocionando su constituyente.

Incluso, el exsecretario de Gobierno de Petro, Guillermo Alfonso Jaramillo, se refirió a las FARC, que también han pedido que se realice una asamblea constituyente para refrendar los eventuales acuerdos a los que llegue la guerrilla con el Gobierno Nacional en La Habana.

Jaramillo dijo a las FARC que tuvieran “mucho cuidado”, pues este tipo de “atropellos” iban a ocurrir también contra ellos cuando se reinserten en la vida política nacional y que tuvieran cuidado del tipo de “traiciones” a los que “los expuso el presidente Juan Manuel Santos”. Más aún, en el discurso de despedida del pasado miércoles, Petro dijo que iría a La Habana para hablar de lo que él piensa que constituye “un golpe de Estado en Bogotá”.

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