El presidente ruso, Vladimir Putin, decretó este lunes día de duelo nacional por los 171 fallecidos en Kuban, la región costera del mar Negro en Krasnodar, al sur de Rusia, la más azotada por el aluvión e intensas lluvias que afectan al país. 

La región Kuban está experimentando las inundaciones más devastadoras de su historia. El sábado, el agua cubrió tres distritos, y en algunos lugares, las olas alcanzaron alturas de más de siete metros.

Los datos publicados por el centro meteorológico destacan que Kuban tuvo la precipitación de cinco meses  en solo horas.

El jefe de Estado ruso sobrevoló ayer en helicóptero la localidad de Krimski, la más afectada, donde perdieron la vida 157 personas, las que se suman a nueve en Guelendzhika, dos en Novorosiisk y tres en la localidad de Baja Baganka, indicaron fuentes oficiales.

Putin dio la orden de iniciar una investigación sobre si las autoridades competentes hicieron lo suficiente para evitar la muerte de las personas por las fuertes lluvias.

En concreto, el mandatario quiere investigar lo relativo al aviso que debió haber recibido la población sobre el peligro que se cernía sobre la comarca.

Putin ordenó a las autoridades municipales y regionales "cooperar con los investigadores" para aclarar las circunstancias que desembocaron en la muerte de tantas personas. Los daños causados por el desastre podrían alcanzar los mil millones de rublos.