El flamante gobierno conservador de David Cameron enfrenta semanas de huelgas y medidas de fuerza tras sus polémicos planes de austeridad y recortes presupuestarios en el país que afectarán los servicios públicos, como salud y educación.

Los empleados de la red ferroviaria Network Rail confirmaron que realizarán un paro de actividades de 24 horas el 25 de mayo -día feriado en Gran Bretaña- como consecuencia de una fuerte disputa salarial, por garantías de trabajo y condiciones de empleo. En caso de llevarse a cabo será la primera huelga nacional de los ferroviarios británicos en más de 20 años.

Mientras tanto, miles de trabajadores petroleros del Mar del Norte indicaron que tomarán la primera medida de fuerza en décadas tras las modificaciones impuestas por el gobierno a las condiciones laborales del sector.

Por su parte, los empleados de la Galería Nacional de Londres prometieron una huelga para mañana y desde el 26 de mayo hasta el próximo 4 de junio tras los planes de privatización del sector y despidos de sindicalistas.

En el área de educación, los docentes afiliados al Sindicato de Maestros Nacionales (NUT) tienen previsto llamar a una huelga en caso de que el gobierno no incremente el presupuesto de las escuelas en Inglaterra y Gales.

La Administración de Cameron indicó previo a las elecciones generales del 7 de mayo, que planea disminuir un 12% el presupuesto en el área y así ayudar a balancear el déficit fiscal del país.

Además, el gobierno enfrenta una huelga de enfermeras, que advirtieron a las autoridades que convocarán a una medida de fuerza si se reducen los salarios del sector y se obliga a los empleados de la salud a trabajar 7 días a la semana.

El doctor Peter Carter, secretario general del Colegio Real de Enfermeras, declaró al periódico inglés The Independent: “todo ataque del gobierno” al sistema de horas y paga “será una línea roja” que las enfermeras no cruzarán.

Cameron, quien a comienzos del mes ganó sorpresivamente los comicios generales con el 36% de los votos y 331 parlamentarios en la Cámara de los Comunes, busca modificar la ley que dificulta a los trabajadores de áreas clave del sector público a participar de huelgas.

Con el Servicio Nacional de Salud británico (NHS) en crisis y sin más dinero presupuestario, los expertos se preguntan cómo se exigirá a las enfermeras y médicos que trabajen más horas.

La propuesta para reducir la paga extra que las enfermeras perciben por trabajar en las tardes y los fines de semana será considerada por el gobierno a finales del año.

En su primera gran ponencia pública tras ganar las elecciones, Cameron expresó que el NHS “estará seguro” bajo el gobierno “Tory” (conservador). El primer ministro indicó que aumentará el presupuesto del  sector en 8.000 millones de libras esterlinas ($ 12.500 millones) en 2020.

Durante su ponencia, Cameron prometió enrolar a unos 5.000 médicos de cabecera, acelerar el acceso a nuevas drogas y tratamientos, y poner mayor enfoque en el área de salud mental.

Sin embargo, el doctor Carter, quien representa a unas 420.000 enfermeras, parteras y trabajadores de la salud, dijo que cualquier “ataque a los salarios” luego de 5 años en que el nivel de salarios pagados en el NHS cayó “no será auspicioso para evitar huelgas”.

Esta sería la primera vez que el sindicato de enfermeras decide ir a la huelga, ya que el año pasado se negó a sumarse a una serie de paros realizados por miles de afiliados a los sindicatos de trabajadores públicos Unison y Unite, la mayor oleada de huelgas en el NHS desde la era de Margaret Thatcher (1979-1990).

La Asociación Médica británica se mostró escéptica por los planes del gobierno y dijo que con el dinero prometido para el presupuesto del NHS se podrá hacer muy poco en el futuro.

Cameron prometió que en los próximos cinco años de su gobierno reducirá el déficit público, que cerró en el último ejercicio fiscal a 5,2% del PIB.

La receta de su plan se centra en una consolidación fiscal sin precedentes y una rebaja del gasto público. Los ingresos representaban el 35% del PIB en 2010 y  2014, mientras que el gasto se ha desplomado de 45% a 40% del PIB en ese período.

Cameron sostuvo que el país volverá al superávit presupuestario en 2018, con independencia del daño que se puede hacer a los ya devastados servicios públicos.

En 2010, la deuda pública de Gran Bretaña ascendió a 76,3% del PIB; 4 años después subió a 89,5% del PIB, lejos del 133% de Italia, del 100% español o del 97% francés.

La semana pasada, la Comisión Europea criticó al Reino Unido por no haber actuado con la eficacia suficiente para reducir incluso más su déficit público, y propuso otorgarle dos años más a Londres, hasta 2016/2017, para que cumpla con el objetivo europeo de déficit público de 3%.

También recomendó que el déficit británico se reduzca a 4,10% en el período fiscal 2015-2016 y a  2,70% en 2016-2017. “El shock, la decepción y el enojo ante la posibilidad de otros cinco años de conservadores está llevando al movimiento de los trabajadores a una mayor determinación para actuar”, afirmó un portavoz del sindicato de empleados públicos PCS. (I)