La temperatura política de Brasil subirá hoy con la declaración indagatoria del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, juzgado por corrupción. El exmandatario tendrá su primer cara a cara con el juez Sergio Moro, de la operación anticorrupción Lava Jato, a quien el líder del Partido de los Trabajadores (PT) denunció por abuso de poder en el comité de derechos humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

La exmandataria Dilma Rousseff, senadores y miles de militantes a favor de Lula, candidato favorito a las elecciones de 2018, según las encuestas, llegaron a Curitiba, capital del estado de Paraná, para participar en manifestaciones, convocadas por el Frente Brasil Popular, que congrega a sindicatos y grupos sociales.

“Lula y la izquierda son perseguidos por la Lava Jato, que está criminalizando a los movimientos sociales y a las políticas sociales”, dijo Regina Cruz, de la Central Única de Trabajadores del estado de Paraná, una de los organizadores de las marchas.

También habrá una manifestación de los grupos derechistas que se han puesto a la defensa del juez Moro, el magistrado que hace tres años investigó la corrupción en

Petrobras que se extendió hacia la constructora Odebrecht, que dominaba hace más de tres décadas el pago ilegal del sistema político. Estos grupos pagaron publicidad callejera que muestra a Lula vestido de presidiario.

El encuentro será en el Tribunal Federal de Curitiba, en el sur del país, y por la primera de las cinco causas abiertas contra Lula vinculadas a la operación Lava Jato.

Moro interrogará a Lula para determinar si recibió un apartamento en Guarujá de la constructora OAS, involucrada en los sobornos de Petrobras. El dueño de OAS, Leo

Pinheiro, está preso y negocia una delación premiada. La defensa de Lula acusa a los fiscales de presionar a los detenidos para intentar involucrar a Lula. “No lo lograrán porque no hay delito”, dijo el abogado de Lula, Cristiano Zanin.

La defensa de Lula presentó un habeas corpus para suspender el interrogatorio, pero el pedido fue rechazado, con lo cual se confirmó la audiencia prevista para hoy, a las 14:30 hora local (12.30 en Ecuador).

Una condena de Lula podrá dificultar su candidatura en 2018. En Brasil, si dos instancias confirman una pena, se inhabilita a un político para candidatizarse.

La justicia brasileña también ordenó ayer suspender las actividades del Instituto Lula, fundado en 2012 por el exmandatario.

La Policía montó un estricto operativo de seguridad en Curitiba, donde habrá manifestaciones de las dos partes.  

El juez Moro pidió a sus seguidores no manifestarse para evitar violencia, durante un mensaje por Facebook. Pero en un encuentro con empresarios el lunes en la noche dijo que “no habrá nada decisivo”.

“No es un enfrentamiento, no es una guerra, sobre todo porque la audiencia es un acto banal, no hay nada decisivo que pueda ocurrir”, subrayó Moro.

El juez de la Corte Suprema, Gilmar Mendes, aliado de la derecha, criticó a Moro y su política de detenciones a cambio de una delación premiada. “No puede tratarlos como rehenes”. (I)