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El Telégrafo
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Lula da Silva desafía a la justicia electoral y se lanza a la reelección

Ilustración del registro de la candidatura de Luiz Inácio Lula da Silva para las elecciones presidenciales de octubre próximo. El acto fue respaldado por más de 25.000 personas en la ciudad de Brasilia.
Ilustración del registro de la candidatura de Luiz Inácio Lula da Silva para las elecciones presidenciales de octubre próximo. El acto fue respaldado por más de 25.000 personas en la ciudad de Brasilia.
Por REP
17 de agosto de 2018 - 00:00 - Pablo Giuliano. Corresponsal desde Sao Paulo, Brasil

La cuenta regresiva de las elecciones más inciertas de la historia de la democracia moderna de Brasil comenzó con la inscripción de un presidiario, nada menos que del favorito por vencer en las elecciones, y condenado a 12 años y un mes de prisión por corrupción, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010).

Cuatro horas después de que el Partido de los Trabajadores (PT) presentara la candidatura de Lula en el Tribunal Superior Electoral (TSE), con 25.000 personas en las calles, la fiscal general de Brasil, Raquel Dodge, y dirigentes opositores al expresidente, reclamaron oficialmente la impugnación.

De frente a los comicios del 7 de octubre, el TSE tiene plazos hasta septiembre para aceptar o no la impugnación de la candidatura de Lula. “El tribunal también puede actuar de oficio”, anticipó la presidenta del TSE y a la vez jueza de la Corte Suprema, Rosa Weber.

 Lula está afectado por la Ley de la Ficha Limpia, una norma promulgada en su gobierno que impide ser candidatos a los condenados en dos instancias como él, sentenciado por corrupción en la Operación Lava Jato a 12 años y un mes de prisión. Lula está preso desde el 7 de abril pasado en Curitiba y a partir de ahora el PT, además de luchar por su candidatura, buscará que sea absuelto para participar en los debates electorales, lo que ya fue rechazado en primera instancia.

“Iremos con Lula hasta las últimas consecuencias. Es el máximo líder del país, el líder de las encuestas, que dicen que gana en primera vuelta, incluso después de su detención. La ilegalidad de la Operación Lava Jato no impidió que el pueblo lo reconozca como el mejor gobernante que tuvo este país y como el máximo líder político”, dijo a EL TELÉGRAFO la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann.

Pero otra corriente del PT apuesta por admitir que Lula será inhabilitado lo antes posible y le dará oportunidad a su sustituto de subir en las encuestas. Como vicepresidente fue registrado Fernando Haddad, coordinador de la campaña y exalcalde de Sao Paulo.

“Debemos promover a Haddad en caso de que Lula sea inhabilitado”, dijo Jacques Wagner, exgobernador de Bahía, apurado para que la región más pobre del país conozca  al sustituto.

Como vicepresidenta, sea de Lula o de Haddad, será inscrita Manuela D’Avila, del Partido Comunista de Brasil, feminista encargada de buscar a los jóvenes alejados de la imagen del PT, partido con preferencia electoral, pero golpeado por el escándalo de corrupción de Lava Jato.

La estrategia del PT es que Haddad, profesor universitario, pueda recibir automáticamente los votos del exlíder sindical preso. En ese escenario las encuestas colocan a Haddad en el pelotón por el segundo puesto detrás del diputado ultraderechista Jair Bolsonaro y batallando contra  el exgobernador paulista Geraldo Alckmin y otros dos aspirantes, como el laborista Ciro Gomes y la ambientalista evangélica Marina Silva.

Lula es candidato por sexta vez en su vida: 1989, 1994, 1998, 2002 y 2006, triunfó en las dos últimas. Luego hizo sucesora a Dilma Rousseff, del PT, vencedora en 2010 y 2014 y destituida en un juicio político en 2016, lo que permitió el ascenso de Michel Temer, que se alió al Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), del expresidente Henrique Cardoso. (I)  

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