El sistema frontal que azotó el fin de semana a la zona central de Chile se dejó sentir con especial fuerza en Santiago, donde no es tan común que en abril llueva con tal intensidad como ocurrió el fin de semana, con 48 horas de temporal. Pero hubo una imagen que bien podría resumir lo que sucedió: el río Mapocho, que atraviesa la capital chilena desde la cordillera de los Andes hacia la costa, se desbordó en el acomodado barrio de Providencia, inundando parte importante de las calles de ese lugar, justo por donde pasa la Costanera Norte, el túnel subterráneo que va debajo del río y que se suponía era una moderna autopista.

Aunque los santiaguinos aún recuerdan los desbordes del Mapocho en los años 80, en plena dictadura de Augusto Pinochet, la imagen del río corriendo por las más importantes avenidas de la ciudad impactó a muchos. Ello, porque desde el aire conmovió ver cómo la parte más moderna de la ciudad, con el recién inaugurado edificio Costanera Center -de 300 metros y el más alto de América Latina- como principal emblema, estaba completamente bajo el agua.

En medio de este caos, la empresa Aguas Andina suspendió el suministro de agua potable el fin de semana, lo que afectó a nada menos que 4 millones de personas.

Además, las clases para los escolares se suspendieron ayer, mientras que una vez que las lluvias amainaron, las autoridades se deshacían en explicaciones, buscando responsables. El más cuestionado por la ciudadanía fue el intendente Claudio Orrego, jefe de la zona metropolitana donde se ubica Santiago. Esto, porque si bien el frente de mal tiempo fue anunciado con gran anticipación, muchos le cuestionan no haber sido estricto con la fiscalización de los trabajos que se realizan en la Costanera Norte, que pretende unirse con la Costanera Sur.

Precisamente los primeros reportes, que explican el por qué las calles de la comuna de Providencia se convirtieron en un brazo más del río Mapocho, apuntan a un canal provisorio que fue diseñado para un caudal de un máximo de 80 metros cúbicos por segundo, que fue largamente superado por los 120 a los que llegó el Mapocho en su caudal máximo de lluvias. Así, esto hizo rebasar los túneles en la Costanera Norte y Sur.

También por los trabajos había acopio de material y movimientos de tierra adyacentes a la carretera concesionada, ya que se sabía que llovería con fuerza en Santiago. Por eso ya se inició una investigación al interior del Ministerio de Obras Públicas para determinar por qué no se fiscalizó si esas obras se habían realizado. Bajo el agua quedó también una nueva ciclovía que corre a un costado del cauce del Mapocho. El intendente Orrego señaló que la responsable es la empresa concesionaria Costanera Norte, que tiene a su cargo las obras del Plan Santiago Centro Oriente, que busca mejorar la conectividad vial en esta congestionada zona.

“Se advirtió a la empresa. El jueves de la semana pasada estuve en terreno diciéndoles que había una posibilidad de desborde producto de la lluvia. Todos sabemos que el Mapocho es un cauce sensible, que crece en invierno y, sin embargo, tuvimos una inundación que paradójicamente no fue arriba. El río no se desbordó por arriba, como el año 1982, se desbordó por abajo, porque las labores de emergencia y prevención que hizo la empresa fueron malas. Aquí hay una responsabilidad concreta de Costanera Norte”, señaló Orrego.

A su vez, el ministro del Interior, Jorge Burgos, también apuntó a la empresa privada: Qué duda cabe que lo ocurrido no es por efectos de la naturaleza, sino que por efectos de la imprevisión de la empresa que está realizando los trabajos”. La Presidenta Bachelet debió suspender su agenda y hasta ayer el saldo del temporal eran dos muertos, 10 desaparecidos y 359 damnificados, según cifras de la Oficina Nacional de Emergencias (Onemi). Además hay 21 albergado y 429 personas aisladas en las regiones de O’Higgins, Metropolitana y Valparaíso. (I)

Sardinas varadas invadieron zona del río Queule

Los expertos del Instituto de Fomento Pesquero (IFOP) iniciaron los análisis con criterios científicos del varamiento masivo de sardinas en la localidad costera de Queule, en el sur de Chile, informó ayer la institución a través de un comunicado.

“El Instituto se encuentra investigando todas las causas probables”, explicó el director de IFOP, Leonardo Núñez, quien explicó que miembros del instituto se encuentran en la zona tomando muestras de los ejemplares varados.

Algunos de los ejemplares ya han sido enviados a universidades de la zona con el objetivo de establecer las causas probables del fenómeno.

Millones de ejemplares muertos de esta especie, con un volumen superior a 10.000 toneladas, invadieron la desembocadura del río Queule y la caleta del pueblo pesquero del mismo nombre hace algunos días.

El gobierno de Chile declaró el área como “zona de riesgo sanitario inminente” puesto que el olor a putrefacción de los peces en descomposición está afectando la salud de los vecinos del pueblo.

Según las investigaciones del IFOP el fenómeno registrado en Queule afectó a 4 especies distintas, sardina (Strangomera bentincki), anchoveta (Engraulis ringens), róbalo (Eleginops maclovinus) y pejerrey (Odontesthes regia). (I)