El “terremoto” político en Gran Bretaña provocado tras la inesperada victoria del ‘Brexit’ en el referéndum sobre la Unión Europea (UE) llevó a una revuelta dentro del Partido Laborista, que amenaza ahora con sacar a Jeremy Corbyn de la jefatura de dicha agrupación opositora.

Varios ministros del Gabinete en la sombra que encabeza Corbyn anunciaron este domingo su renuncia en protesta por lo que consideran fue una “tibia campaña” por parte de su líder para convencer al electorado a apoyar la UE.

Entre ellos confirmaron su dimisión Heidi Alexander, Lucy Powell, Ian Murray, Kerry McCarthy, Seema Malhotra, Lillian Greenwood, y Gloria de Piero, todos con puestos ministeriales en la oposición.

La revuelta comenzó este fin de semana luego que Corbyn decidió retirar de su puesto a Hilary Benn, el ministro de Exterior en la sombra y crítico del liderazgo de Corbyn desde hace meses.

Se espera que al menos nueve ministros en la oposición renuncien a su cargo en los próximos días, aunque la ‘sangría’ podría ser incluso mayor.

Este lunes, Corbyn enfrenta además una moción parlamentaria por falta de confianza a su liderazgo, que podría obligarlo a abandonar su cargo.

Sin embargo, este sábado el jefe del Laborismo se negó a abandonar la jefatura del partido y dijo que considera es la persona adecuada para hacer frente a la crisis constitucional en el Reino Unido, como también para luchar contra los planes de ajuste y recortes del Gobierno.

En ese sentido, el ministro de Economía en la sombra, el laborista John McDonnell, dijo que Corbyn “no se irá a ninguna parte”.

McDonnell dio públicamente su apoyo al líder laborista, sumándose así a los legisldadores Andy Burnham, Diane Abbott y Emily Thornberry, que salieron a defender al veterano político izquierdista.

El Partido Laborista hizo campaña por la permanencia del Reino Unido en la UE, pero no logró convencer al electorado británico, cuyo 52% votó finalmente por el ‘Brexit’, y un 48% lo hizo a favor del ‘status quo’.

Pero Corbyn, que fue elegido en su cargo en septiembre pasado con amplia mayoría de los afiliados al Laborismo y que sin embargo tenía un historial de euro-escepticismo, fue acusado por algunos integrantes de su agrupación de no ser “suficientemente convincente” acerca de los beneficios del bloque comunitario y la necesidad de que el país siguiera permaneciendo en la UE.

Como resultado de ello, el viernes dos diputadas laboristas, Margaret Hodge y Ann Coffey, presentaron la moción parlamentaria por falta de confianza al liderazgo de Corbyn, la cual será ahora debatida por el bloque laborista en el Parlamento.

El martes está previsto que los legisladores del Laborismo voten de forma secreta para determinar si siguen creyendo que Corbyn puede quedar a la cabeza del partido o debe renunciar.

Mientras, sindicalistas y distintos gremios de trabajadores estatales pidieron por la unidad dentro del Laborismo, y llamaron a dar apoyo a Corbyn para que no renuncie.

Fuentes cercanas al líder laborista indicaron que si es forzado a abandonar su cargo, se presentará nuevamente a una campaña por el liderazgo del Laborismo, en señal de protesta por su expulsión.

Lo cierto es que este domingo al menos 180.000 personas firmaron un petitorio online apoyando a Corbyn, y reclamando que no sea expulsado de la jefatura del partido.

En una entrevista con la BBC, Benn dijo que Corbyn “es un hombre bueno y decente, pero no un líder”.

“En este momento absolutamente crítico para nuestro país tras el resultado del referéndum por la UE, el Partido Laborista necesita un liderazgo fuerte y efectivo para mantener a raya al Gobierno”, declaró el legislador.

“Pero lamentablemente ahora no tenemos eso y no hay confianza suficiente para poder ganar una elección general si Jeremy sigue como líder”, agregó.
Benn hizo así referencia a la posibilidad de que el Gobierno convoque a elecciones generales para antes de fin de año, con el fin de establecerse una nueva Administración que inicie el largo proceso de ‘divorcio’ del Reino Unido de la UE.

Sin embargo, Andy Burnham, quien está haciendo campaña para convertirse en el primer alcalde laborista del Gran Manchester, dijo que este no es el momento para que el Laborismo se sumerja “en una guerra civil”.

“Nunca participé de un derrocamiento de algún líder del Partido Laborista y no lo voy a hacer ahora”, destacó Burnham con tono desafiante.

En ese sentido, la ministra de Defensa en la sombra, Emily Thornberry, consideró que en semejante momento de crisis constitucional, política y económica para el Reino Unido, es necesario que el Laborismo “muestre liderazgo” y lleve “calma” a la población.

“Tendríamos que estar pensando primero en la nación, y no en divisiones internas dentro del Partido Laborista”, sostuvo la legisladora. (I)