Las autoridades de Nueva York confirmaron hoy que un hombre de origen hispano, de 68 años y residente en el barrio del Bronx, es por el momento la primera víctima mortal que el huracán "Irene" dejó el domingo a su paso por la ciudad, a donde llegó degradado a tormenta tropical. Una portavoz de la Oficina del Médico Forense de la ciudad informó a Efe que el hombre, llamado José Sierra, "se ahogó accidentalmente" y su cuerpo fue arrastrado por la corriente de las aguas que rodean la isla de City Island, que pertenece al condado del Bronx. El cuerpo de Sierra fue encontrado flotando en el agua de un puerto deportivo del área de Sunset Marina de esa isla hacia última hora de la tarde del domingo, detalló también a Efe un portavoz de la Policía de Nueva York. El hombre fue visto por última vez comprobando el estado de su embarcación en esa zona a primera hora de la mañana, justo cuando lo peor de "Irene" se dejó notar en toda la ciudad después de que el ciclón tocara tierra en el barrio de Coney Island (Brooklyn) hacia las 09.00 horas (13.00 GMT) de la mañana del domingo. El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, se había mostrado aliviado desde el domingo debido a la falta de víctimas mortales en una ciudad que se blindó por completo, cerrando la red del transporte público y los aeropuertos y ordenando la evacuación obligatoria de los habitantes de las zonas con mayor peligro de inundación. La noticia de la primera víctima mortal en la Gran Manzana llega mientras la ciudad trata de recuperar la normalidad y después de que Bloomberg pidiera a los ciudadanos que donen sangre, ya que, tras el paso de "Irene", las reservas de sangre han quedado bajo mínimos al cancelarse la operaciones. "Hay algo que los neoyorquinos pueden hacer para ayudarnos: donar sangre", dijo en una conferencia Bloomberg, quien advirtió de que las donaciones son especialmente necesarias antes del próximo puente por el Día del Trabajo en Estados Unidos. Previamente, el Banco de Sangre de Nueva York (NYBC, por su sigla en inglés), que abastece a todo el estado y Nueva Jersey, aseguró que en los últimos días se han reducido a niveles mínimos sus reservas de sangre de todos los tipos. "Anticipamos los potenciales efectos de Irene y despachamos sangre adicional a 200 hospitales", por lo que son necesarias más donaciones con rapidez, señaló en un comunicado el presidente del organismo, Rob Purvis. Purvis quiere que el público se implique como en las nevadas del último invierno, cuando la población se volcó donando y en apenas unos días se logró recuperar 8.000 unidades perdidas y necesarias para atender de media a una de cada siete personas que acuden a un hospital neoyorquino.