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El país vive el inicio de un cambio de época

Colombia festejó su primer día sin guerra

Durante el primer día del cese del fuego, un policía patrulla las calles en la localidad de Toribio, departamento del Cauca, zona que ha soportado continuos combates, en Colombia.
Durante el primer día del cese del fuego, un policía patrulla las calles en la localidad de Toribio, departamento del Cauca, zona que ha soportado continuos combates, en Colombia.
Foto: AFP
30 de agosto de 2016 - 00:00 - Rafael Croda, corresponsal en Bogotá

Los pueblos colombianos más golpeados por el conflicto armado interno recibieron el lunes (ayer), primer día sin guerra con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), con algarabía, música y cohetones de pólvora que iluminaban el cielo mientras repicaban las campanas de las iglesias.   

La celebración comenzó desde que los relojes marcaron las 00:00 del 29 de agosto, justo en el momento que marcó el inicio del cese bilateral y, más importante, definitivo, del fuego y hostilidades entre las Fuerzas Militares y la guerrilla de las FARC.

Era de noche, pero los habitantes de muchos puntos apartados de la geografía nacional actuaban como si el sol hubiera despuntado y un nuevo día estuviera comenzando.

Y de alguna manera era así, porque la confrontación con las FARC, la guerrilla más grande y poderosa de América Latina, se detuvo de manera oficial en ese instante tras 52 años de combates, de 220.000 muertos y de seis millones de víctimas entre desplazados, desapariciones forzadas, secuestros y violencia sexual.

En las grandes ciudades sonaron las sirenas de los cuerpos de bomberos durante los primeros minutos del lunes y a lo largo del día varias organizaciones de víctimas, dirigentes políticos y autoridades académicas convocaron a celebrar el acontecimiento.

“Es el primer amanecer de Colombia en paz con las FARC en más de medio siglo”, dijo el senador y uno de los negociadores del gobierno con esa guerrilla, Roy Barreras, en el presidencial Palacio de Nariño.

Y Sergio Jaramillo, un filósofo experto en cultura helénica y estratega del equipo de paz del gobierno del presidente Juan Manuel Santos, decía que si no muere un colombiano más habrá valido la pena todo el esfuerzo que implicó una negociación de tres años y nueve meses en La Habana, Cuba, para poner fin a la guerra con la guerrilla que lidera el comandante rebelde Timoleón Jiménez, Timochenko.  

Precisamente, Timochenko había anunciado la tarde del domingo que había dado la orden a sus mandos y unidades militares de cesar el fuego y las hostilidades contra el Estado colombiano de manera definitiva a partir de ayer lunes.

Las FARC, de hecho, mantenían un cese unilateral del fuego desde hace 13 meses. Este periodo ha sido el de menor intensidad del conflicto en sus 52 años de historia, tanto en número de víctimas como en combatientes muertos y heridos y en acciones violentas.

Y el jueves anterior, un día después de que el gobierno y las FARC concluyeron en La Habana la negociación de un Acuerdo Final de Paz, el presidente Santos ordenó a las Fuerzas Militares comenzar un cese definitivo del fuego, lo que en la práctica es un adelanto de la puesta en vigencia de ese pacto, que aún debe ser refrendado por los colombianos en las urnas en un plebiscito que se realizará el próximo 2 de octubre.

Pero como dice a EL TELÉGRAFO el doctor en historia de la Universidad Nacional de Colombia, Ricardo Sánchez Ángel, ese adelanto “es lo suficientemente importante para entusiasmar al país, para llenarnos de alegría y expectativas positivas porque, en la práctica, lo que vivimos este lunes, es un país sin conflicto con las FARC”.

Lo que está ocurriendo, asegura, “es el inicio de una etapa de nuestra historia, y esto parece estar siendo valorado en toda su dimensión en las poblaciones que más han padecido esta lucha fratricida”.    

Fiesta en el Cauca

En el suroccidental municipio de Argelia, Cauca, un municipio ubicado en el corazón de una zona neurálgica de la guerra interna colombiana, miles de personas se congregaron en la plaza central la noche del domingo y esperaron la llegada del lunes y del cese definitivo del fuego con un concierto a cargo del cantante de música vallenata Jorge Celedón.

“Aquí estuvimos de rumba hasta las cinco de la mañana, felices, porque somos un pueblo que ha sufrido mucho con este conflicto. Queremos que este cese del fuego nos permita vivir en paz de aquí en adelante y que eso signifique más oportunidades para nuestros hijos”, dijo por la vía telefónica el dirigente campesino Andrés Romero.

El alcalde de Argelia, Diego Aguilar, sostuvo que para el municipio rural “la paz significa desarrollo y la oportunidad de que muchos de nuestros campesinos salgan de la pobreza”.

En otros municipios del sur de Colombia afectados por el conflicto, como San Vicente del Caguán, sede de los frustrados diálogos con las FARC durante el gobierno del presidente Andrés Pastrana (1998-2002), la población es más cautelosa.

El párroco del lugar, Ricardo Tovar, aseguró que la esperanza de la gente es que el cese del fuego signifique, también, el fin de las extorsiones y de la violencia que ha sufrido la población civil.

La Unidad de Víctimas estima que en medio de la guerra han sido asesinados 313 habitantes de San Vicente del Caguán y otros 34.000 sufrieron desplazamiento forzoso.

Pero desde ayer lunes los frentes de las FARC y la columna móvil Teófilo Forero que rodean esa zona acallaron los fusiles y, al igual que el resto de las tropas de esa guerrilla en todo el país, suspendieron todas las actividades ilegales que utilizaban para financiar la guerra, desde su involucramiento en la producción de hoja de coca, hasta la extorsión. (I)

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El grupo será reubicado en 28 zonas

Las FARC darán al gobierno sus coordenadas

El comandante de las Fuerzas Militares, general Juan Pablo Rodríguez, explicó que ya se puso fin a cualquier acto de hostilidad y persecución con las FARC y que se puso en marcha el protocolo que tienen que cumplir ambas partes para garantizar el cese bilateral y definitivo del fuego.

Rodríguez dijo que existe un sistema de monitoreo y verificación de la finalización de hostilidades. Para ello, la guerrilla tiene que proporcionar al gobierno las coordenadas donde se encuentran sus campamentos y unidades de combate.

El consejero presidencial de paz, Sergio Jaramillo, señaló que la organización insurgente iniciará un “preagrupamiento” de tropas en diferentes puntos del país para que una misión coordinada por la ONU verifique el cumplimiento del cese al fuego e inicien, luego de la firma del Acuerdo Final de Paz, su desplazamiento a 28 puntos del país donde dejarán las armas e iniciarán su reintegración a la vida civil.

Además, cientos de jefes y guerrilleros de las FARC iniciarán su desplazamiento, desde diversas zonas del país, hacía los Llanos del Yarí (550 kilómetros al suroriente de Bogotá), donde se realizará, del 13 al 19 de septiembre, la X Conferencia Nacional Guerrillera, en la cual ese grupo rebelde aprobará el Acuerdo Final de Paz anunciado la semana anterior en La Habana y decidirá transformarse en un partido político sin armas.

Luego de esa conferencia, el presidente Santos y Timochenko firmarán la paz en un acto que se realizará en Cartagena, Colombia, o en la sede de la ONU en Nueva York. Esa ceremonia, a la que asistirán mandatarios como Rafael Correa (Ecuador), Raúl Castro (Cuba), Nicolás Maduro (Venezuela) y Michelle Bachelet (Chile), se realizará entre el 23 y el 26 de septiembre. (I)

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