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El Telégrafo
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´Bashar al Asad: "Negociar no significa detener la guerra contra el terrorismo"

Desplazados sirios que huyen de las zonas asediadas por la guerra, en Alepo, se refugian en el campo Bab al-Salama, en la frontera norte de Siria con Turquía.
Desplazados sirios que huyen de las zonas asediadas por la guerra, en Alepo, se refugian en el campo Bab al-Salama, en la frontera norte de Siria con Turquía.
Foto: AFP
13 de febrero de 2016 - 00:00 - AFP

El presidente sirio, Bashar al Asad, se declaró decidido a proseguir la guerra contra los grupos insurgentes durante el tiempo que haga falta hasta retomar el control del país, en una entrevista exclusiva con la AFP.

No obstante, advirtió que los combates contra los rebeldes que intentan derrocarlo podrían ser aún “largos”. En su oficina en Damasco, Al Asad, que preside Siria desde 2000, se manifestó dispuesto a negociar con la oposición, pero también a continuar su lucha contra la rebelión armada.  

Sus declaraciones se hacen públicas después de que la noche del jueves el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, y su homólogo ruso, Serguei Lavrov, anunciaron que los principales actores involucrados en la guerra en Siria acordaron una “suspensión de las hostilidades” en el plazo de una semana y un mayor acceso de la ayuda humanitaria a los civiles.

La guerra en Siria ha causado más de 260.000 muertos en cerca de 5 años y empujó a millones de personas al exilio. “No es lógico decir que hay una parte de nuestro territorio a la que renunciaremos”, dijo en su primera entrevista concedida el jueves tras el lanzamiento de una amplia ofensiva militar en la región de Alepo (en el norte), respaldada por bombardeos de la aviación rusa.

“Que seamos capaces de hacerlo o no, es un objetivo que buscaremos sin dudar”, respondió el presidente, de 50 años, respecto a si se consideraba capaz de retomar el control de todo el país.

“Desde el inicio de la crisis, creímos firmemente en las negociaciones y en la acción política. Sin embargo, negociar no significa detener la guerra contra el terrorismo. Los dos aspectos son indispensables en Siria (...) El primero es independiente del segundo”, aseveró Al Asad.

El régimen sirio califica de “terroristas” a todos sus opositores armados, tanto a los de tendencia moderada como a los yihadistas.

La ofensiva en Alepo ha provocado el éxodo de millares de sirios hacia la cercana Turquía en busca de refugio. Para Al Asad, la “batalla principal” tiene por objetivo “cortar la ruta” entre esta provincia norteña y Tuquía, y no el de tomar la segunda ciudad del país, dividida en sectores bajo el control de los rebeldes y barrios dominados por las fuerzas del régimen.

La importancia de esta ruta estriba en que constituye “la principal vía de reabastecimiento de los terroristas”, según él apoyados por Turquía, Arabia Saudí y Catar.

Al Asad estimó que hay riesgo de intervención militar de Turquía o Arabia Saudí en Siria, pero anunció que sus fuerzas iban a “hacerle frente”. “Es una posibilidad que no puedo descartar por la sencilla razón de que (el presidente turco, Recep Tayyip) Erdogan es alguien intolerante, radical, pro Hermanos Musulmanes y que vive el sueño otomano (...) Ocurre lo mismo con Arabia Saudí. De cualquier manera dicha acción no será fácil para ellos y nosotros vamos muy probablemente a hacerle frente”, agregó durante la entrevista.

Sobre la crisis de los migrantes, afirmó que Europa debe crear las condiciones para permitir el retorno de los refugiados a su país. “Voy a pedir a los gobiernos europeos que contribuyeron directamente al éxodo (de los refugiados sirios) cuando crearon una cobertura para los terroristas y un embargo contra Siria, que ayuden a los sirios a volver a sus casas”, sostuvo.

Asimismo, Al Asad rechazó las acusaciones de la ONU contra su régimen por crímenes de guerra, a las que atribuyó motivaciones “políticas”. El mandatario aseguró categóricamente que esas denuncias “obedecen a una agenda política (...) y carecen de pruebas”.

“Las instituciones onusianas están esencialmente dominadas por las potencias occidentales y la mayoría de sus informes están politizados”, y “no muestran pruebas”, sostuvo. “Es por ello que no temo   a sus amenazas y alegaciones”, respondió cuando los periodistas de la AFP le preguntaron si no temía rendir cuentas ante un tribunal internacional.

Respecto a Francia, Al Asad llamó a París a “cambiar de política en Siria para combatir el terrorismo”. Y minimizó la partida de Laurent Fabius de la cartera de Exteriores francesa, al afirmar que “el cambio de personalidades no es realmente algo de gran importancia (...) es el de política” lo que cuenta. (I)

Datos

Cerca de 5 años después del comienzo de la guerra civil, Alepo no se parece en nada a la ciudad que era, conocida por su dinamismo económico y su gastronomía. Sus famosos zocos fueron destruidos por los combates y la ciudad se encuentra dividida en dos desde 2012.

A inicios de este mes, la ONU cifró en medio millón de personas que se encontraban en localidades asediadas en Siria. Pero sería superior a un millón, según la ONG holandesa PAX y la estadounidense The Syria Institute. Naciones Unidas indicó que más de 51.000 civiles se han desplazado en la provincia de Alepo desde el 1 de febrero.

La CIA afirma que el grupo Estado Islámico (EI) empleó armas químicas en varias oportunidades en el campo de batalla y puede fabricar pequeñas cantidades de cloro y gas mostaza.

Bombardeos contra el Estado Islámico no se suspenderán durante la tregua

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El acuerdo sobre un cese de hostilidades en Siria negociado por las grandes potencias se anuncia frágil, pero constituye una etapa indispensable para tratar de reactivar el proceso de paz en Ginebra, según varios actores clave.

Al término de intensas negociaciones, Estados Unidos, Rusia y otros 15 países llegaron a un acuerdo sobre un cese de hostilidades que, de concretarse, podría ser la primera etapa en el camino del fin de este conflicto que desde marzo de 2011 causó la muerte de más de 260.000 personas.

“Acordamos la suspensión de las hostilidades en todo el país en el plazo de una semana”, declaró el jueves el jefe de la diplomacia estadounidense, John Kerry (foto), al término de una reunión del Grupo Internacional de Apoyo a Siria (GIAS) en Múnich, en el sur de Alemania.

Los 17 países integrantes del grupo acordaron también intensificar en los próximos días la ayuda humanitaria hacia las ciudades asediadas por el régimen de Damasco, los rebeldes o el grupo Estado Islámico (EI), por vía terrestre o aérea.

Los occidentales consideran que Rusia, principal aliado del Gobierno sirio en la ofensiva contra los rebeldes, debe mostrar ejemplo con la ejecución del acuerdo.

“Las palabras deben ser seguidas de hechos” y “Rusia tiene la principal responsabilidad” en ese dominio, declaró la portavoz del Gobierno alemán, Christine Wirtz.

“Tenemos ahora la posibilidad de salvar el proceso de paz pero al mismo tiempo esperamos que el período hasta un alto el fuego no sea utilizado para intensificar los bombardeos”, agregó la portavoz alemana refiriéndose a los ataques de la aviación rusa en Alepo y su región.

Por su parte, un dirigente de la oposición declaró que un eventual cese de hostilidades dependerá de los grupos armados rebeldes en el terreno.

“El proyecto de un cese temporario de las hostilidades será examinado por las facciones rebeldes en el terreno”, declaró George Sabra, del Alto Comité de Negociaciones (ACN), órgano constituido por representantes de los principales partidos de la oposición y los grupos rebeldes.

La tregua acordada en Múnich excluye a los grupos yihadistas como el Estado Islámico (EI) y el Frente Al Nosra, rama siria de Al Qaeda, y por ende el bombardeo de esos grupos.

“Continuaremos combatiéndolos, al igual que la coalición dirigida por Estados Unidos”, destacó el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov. (I)

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