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El puerto de Coquimbo fue impactado por un tsunami.

A Chile le sirvió la experiencia

Un barco de pesca que se encalló tras el tsunami en el puerto de Coquimbo, al norte de Santiago. Foto: AFP
Un barco de pesca que se encalló tras el tsunami en el puerto de Coquimbo, al norte de Santiago. Foto: AFP
18 de septiembre de 2015 - 00:00 - Por Alejandro Tapia, corresponsal en Chile

Los terremotos suelen ocurrir en momentos inoportunos. Pero el movimiento telúrico que remeció a una parte importante de Chile la noche del miércoles llegó justo en las vísperas de las Fiestas Patrias (18 y 19 de septiembre). Así, muchos santiaguinos se encontraban de viaje hacia regiones o bien ya instalados en la costa. Por eso es que el terremoto de 8,4 grados Richter generó muchísima alarma y conmoción. Hasta ayer se contabilizaban al menos 11 muertos, 9 heridos y 610 damnificados.

Chile, un país sísmico, comenzó a moverse a las 19:54 y el terremoto se extendió durante más de tres minutos, lo que generó gran temor en la población. De todos modos, el devastador movimiento telúrico del 27 de febrero de 2010 sirvió como un recuerdo ingrato pero necesario para mantener la calma. Eso sí, hubo escenas de chilenos corriendo por las calles en Santiago y miles subiendo los cerros para evitar un tsunami.

A diferencia de lo que ocurrió hace cinco años, las alarmas de maremoto se encendieron de inmediato en todo el borde costero.

El terremoto afectó especialmente a la zona del norte chico. El puerto de Coquimbo amaneció ayer con barcos arriba de la costanera y el panorama era desolador. También en la localidad de Illapel, epicentro del movimiento telúrico que se sintió desde Buenos Aires a Sao Paulo. El balneario de Tongoy fue otra de las localidades que sufrieron daños considerables. Esta zona se ubica a 430 kilómetros al norte de Santiago.

El fuerte sismo se transformó en el sexto de mayor magnitud en toda la historia de Chile y provocó que la noche del miércoles más de un millón de personas fueran evacuadas para prevenir los efectos del tsunami que, horas más tarde, azotó la costa de Coquimbo, con olas que alcanzaron más de cuatro metros. “El mar ingresó más de cinco cuadras, llegó al hospital y al cuartel de bomberos. Nos tuvimos que arrancar al cerro”, afirmó Gabriel Zambra, residente de Tongoy.

A diferencia del terremoto del 27-F, el movimiento telúrico que sacudió al país fue de carácter horizontal y más superficial, mientras que el de 2010 fue más vertical y profundo, lo que generó más destrucción. El Gobierno decretó estado de emergencia y zona de catástrofe, para apurar los recursos y el contingente que envió al norte chico. Hasta ayer se evaluaba decretar estado de excepción en la región de Coquimbo para movilizar a las FF.AA., pero luego se descartó.

La propia presidenta Michelle Bachelet tenía previsto trasladarse en horas de la mañana a la región de Coquimbo junto a sus ministros para realizar una evaluación en terreno de la destrucción. La jefa de Estado destacó la buena construcción de las edificaciones chilenas, lo cual evitó más víctimas mortales, y también la celeridad con que la población evacuó el borde costero. En los últimos años se realizó una serie de ensayos de emergencia y eso ayudó a que las personas conocieran las rutas de evacuación contra tsunamis en la zona costera.

“Este es el sexto mayor terremoto en la historia de Chile y el más fuerte en el mundo durante 2015”, dijo Bachelet, antes de partir al norte. Además, recordó que se trata del octavo desastre natural en el país desde el inicio de su gobierno en marzo de 2014. “Los servicios se están reponiendo, pero aún quedan 100.000 familias sin luz. Algunos lugares están sin agua, justamente debido a la falta de servicio eléctrico. Todos los hospitales están funcionando”, agregó.

Bachelet también anunció que el Gobierno no participará en las celebraciones por las Fiestas Patrias y que dependía de cada intendente o alcalde realizar los festejos en las distintas regiones. “Como Gobierno, vamos a suspender todas las actividades festivas. Sin embargo, vamos a participar en algunas actividades rituales y acordes a esta situación. Veremos qué otras medidas vamos a tomar”.

La otra novedad de este terremoto es que se produjo justo a la ‘hora pico’ en Santiago, cuando la mayoría termina su jornada laboral. Por eso es que se suspendió el servicio del Metro. De hecho, Bachelet iba camino a su casa en la comuna de La Reina cuando ocurrió el terremoto y vigiló las primeras dos horas de la emergencia desde su hogar. Luego se trasladó al Palacio de La Moneda.

El último gran terremoto que se registró en la zona de Coquimbo tuvo lugar en 1943. Los expertos habían dicho que el próximo evento telúrico de gran magnitud debería haberse generado en 100 años más, pero se habría adelantado en 72 años.

En la mañana de ayer, muchos chilenos intentaban recuperarse de una noche de pesadilla, para comenzar un reconfortante feriado por las Fiestas Patrias. (I)

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