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Bill de Blasio: socialista y alcalde de Nueva York
Este martes, Bill de Blasio fue electo alcalde de Nueva York con cerca del 73,3% de los votos. En una de las campañas más anecdóticas e inspiradoras de los últimos años, De Blasio se convirtió en el primer demócrata en ser electo alcalde desde 1989. Esto en una ciudad donde demócratas superan a republicanos 3 a 1.
Bill de Blasio es lo más cercano que Estados Unidos tiene a un candidato de izquierda. A finales de 1988, durante el primer período de Daniel Ortega, viajó a Nicaragua para distribuir medicina y víveres a familias sandinistas. De regreso a Washington fue arrestado dos veces por protestar en contra de la política exterior de Estados Unidos, para luego mudarse a Nueva York y ser voluntario en la Nicaragua Solidarity Network.
En 1994 disfrutó ilegalmente de su luna de miel en Cuba. La cara de repugnancia que el candidato republicano, Joe Lhota, mostró al pronunciar “socialista”, parecía estar cargada de décadas de adoctrinamiento conservador. Se lamentó al saber ese es el nivel al que habían llegado en la ciudad.
Pero esto va más allá del idealismo juvenil de un chico cuyos padres fueron perseguidos por el Macarthismo del Temor Rojo. Bill de Blasio se convirtió en el prototipo del hombre cosmopolita guiado por una idiosincrasia perdida en tiempos donde el cinismo es lo más cercano a la política.
Su esposa, Chirlane, es una afroamericana que mientras era cortejada por De Blasio, publicó un artículo sobre su lesbianismo. Sus hijos, Chiara y Dante, fueron a escuelas públicas en Brooklyn, lo cual lo convierte en el primer alcalde en ser beneficiario directo del sistema educativo estatal. La cocina de su casa era tan pequeña que tuvieron que pedir a un vecino que le permita filmar en su cocina un spot para televisión.
Y esto contrasta con la realidad del actual alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg, quien ha gastado cerca de 300 millones de dólares de su propia fortuna (valorada en $ 17 mil millones) para ser electo tres veces alcalde de la ciudad.
Y mientras gobernó invirtió en la expansión inmobiliaria de Manhattan. Durante su alcaldía, Nueva York vio a los ricos volverse más ricos y a los pobres más pobres. De hecho, si Manhattan fuera un país, la distancia entre el 20% más rico y el 20% más pobre fuera la misma que en países como Sierra Leone, Namibia y Lesoto.
Bill de Blasio es lo más cercano que los Estados Unidos tiene a un candidato de izquierdaDe aquí nace la propuesta de campaña de De Blasio: la Historia de Dos Ciudades (Tale of Two Cities). Porque Nueva York se ha fraccionado en la cada vez más glamorosa y ostentosa ciudad de ideal de Hollywood y aquella parte donde los turistas no llegan. Aquellos barrios donde se demuelen hospitales para dar paso a condominios. Donde la política policial de Stop and Frisk (detención y cacheo) ha singularizado a negros y latinos. Donde las evaluaciones de los colegios públicos siguen siendo deficientes.
A partir de esto, el acercamiento de la propuesta de Bill de Blasio para su alcaldía se basa en la expansión de los derechos colectivos. Una idea basada en reducir la inequidad a través de la participación activa del gobierno local para generar espacio de equidad. En ese sentido, mencionó la creación de políticas que permitan tener un nivel de vida decente a través de medidas que protejan al trabajador, como licencias por enfermedad.
También planteó la eliminación de la política de Stop and Frisk, no repensarla ni reestructurarla, como sugirieron otros candidatos, sino eliminarla. Y también propuso extender la escolaridad gratuita hasta el prekínder y crear programas extracurriculares que mantengan a los estudiantes más tiempo dentro de las escuelas. ¿Y cómo va a financiarlo? Incrementando el impuesto a aquellos que ganan más de $ 500.000 al año (incrementándolo en menos del 1%).
Pero razonables y cercanas como nos pueden parecer estas propuestas, Bill de Blasio no siempre lideró las encuestas. Y es lo que hizo a las elecciones primarias tan interesantes. Hasta julio de este año, Anthony Weiner encabezaba las encuestas para candidato a alcalde por el partido Demócrata.
Weiner era un excongresista que renunció a su cargo cuando se revelaron fotos explícitas que envió a una mujer a través de Twitter. Con un mensaje sobre segundas oportunidades, se lanzó para alcalde, únicamente para caer una vez más en un escándalo similar (la tecnología le pudo, dos veces). Ante esto, sus números cayeron y sus partidarios se dejaron conquistar por la narrativa de De Blasio. Con esta inercia llegó a situarse en segundo lugar desde donde construyó una imagen que le permitió ganar el voto femenino (y gay) a la candidata (gay) que encabezaba las encuestas, además de ganar el voto afroamericano al candidato afroamericano (que terminó segundo en las elecciones primarias).
A partir de su nominación como candidato a alcalde para el partido Demócrata, la encuesta lo ponía 40 puntos por delante de su contendedor, reflejado en los resultados electorales. A esto se sumó una avalancha de endosos por parte de celebridades locales que se unieron para recordar a la gente que fuera a votar.
Al final del día, la imagen que construyó De Blasio suena esperanzadora para una ciudad polarizada por la inequidad. En todo caso, si toda esta retórica construida por Bill de Blasio le suena parecida, hay una limitación a todo esto. Uno no puede ser alcalde de Nueva York y seguir siendo el demócrata socialista de campaña. No cuando tu nueva casa, la del alcalde, queda en el metro cuadrado más caro del mundo.
DATOS
Nueva York, la ciudad más grande de Estados Unidos con 8,3 millones de habitantes, es de aplastante mayoría demócrata y tiene una población multiétnica de 33,3% de blancos, 25,5% negros, 28,6% hispanos y 12,7% asiáticos.
Si bien Nueva York es una de las ciudades con más multimillonarios en el mundo, el 21% de su población vive bajo el umbral de la pobreza (30.944 dólares anuales para una familia de cuatro integrantes).
En los últimos veinte años ha estado gobernada por el republicano Rudolph Giuliani (1994-2001) y Bloomberg (2002-2013), según datos de AFP.