Ecuador, 03 de Mayo de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

El filósofo Marcos Nobre no percibe la eliminación como una catapulta hacia las protestas callejeras

Rousseff se enfrenta al reto de revertir la sensación de humillación (Video)

Un mosaico de los rostros de decepción y frustración que dejó la eliminación de Brasil del Mundial tras la derrota por goleada ante Alemania. Foto: AFP.
Un mosaico de los rostros de decepción y frustración que dejó la eliminación de Brasil del Mundial tras la derrota por goleada ante Alemania. Foto: AFP.
11 de julio de 2014 - 00:00 - Pablo Giuliano. Corresponsal desde Sao Paulo, Brasil

Justo cuando recuperaba su popularidad por el éxito de la organización del Mundial, a la presidenta Dilma Rousseff se le vino la derrota por goleada de su selección, un contundente 7-1 ante Alemania, que ha sido bautizada como el ‘Mineirazo’.

Las encuestadoras empezaron el martes, después de la tragedia ante Alemania, a evaluar el impacto del ‘mazazo’ mundial de cara a las elecciones del 5 de octubre, en las cuales la presidenta Dilma Rousseff busca la reelección.

En la historia de Brasil, dijo a EL TELÉGRAFO Marcos Coimbra, de la encuestadora Vox Populi, mundiales y política siempre anduvieron por carriles separados. En 1950, tras el ‘Maracanazo’, las elecciones las ganó Getulio Vargas, que era favorito antes de la Copa del Mundo.

Y desde la redemocratización en 1985, las elecciones coinciden con los Mundiales y nunca siguen un patrón de comportamiento: en 1994, Brasil fue campeón en Estados Unidos y venció Fernando Henrique Cardoso, reelecto en 1998 tras el subcampeonato en Francia.

El candidato oficialista perdió ante Lula da Silva en 2002 luego de conquistar el Mundial de Japón-Corea y el líder sindical fue reelecto en 2006 tras la decepción en Alemania. Lo mismo Rousseff, que era la continuidad en 2010, desafió a la eliminación en cuartos de final en Sudáfrica 2010.

¿Cuáles serán las consecuencias de la eliminación mundialista de Brasil para el gobierno? Pocos se animan a decirlas. El ministro de Comunicaciones, Paulo Bernardo, rápidamente salió a aclarar que “el partido fue un desastre histórico y la presidenta Dilma no tiene ninguna responsabilidad”.

VIDEO

La presidenta, del Partido de los Trabajadores (PT), había ganado 4 puntos y llegado al 38% de intención de voto en la última encuesta realizada en el marco de un llamado ‘buen humor’ del Mundial, aventajando por casi 20 puntos a su principal rival, Aecio Neves, senador del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).

Neves estuvo en el partido en el estadio Mineirao que él mismo como gobernador entregó a la privatización por 25 años. En el primer tiempo, abandonó el estadio, en medio del llanto de Minas Gerais, estado donde murió Brasil en 2014, pero donde nacieron tanto Rousseff como Neves.

El filósofo Marcos Nobre, quien estudia las manifestaciones populares en Brasil, no percibe la eliminación como una catapulta hacia las protestas callejeras. “El movimiento contra el Mundial no tenía que ver con el fútbol y con el equipo de Luiz Felipe Scolari, ellos atacaban a los gobiernos y a la FIFA. El gran riesgo de la elección, que viene desde el terremoto popular de junio de 2013, es que los electores no encuentren esperanza institucional. La humillación que recibió la selección sirvió para este sentimiento”.

En el gobierno evaluaban el día después de la peor derrota en la historia de los mundiales y cómo hacer con el anuncio hecho a toda pompa de que la mandataria, a raíz de la organización exitosa, iba a ser la encargada de entregar este domingo la copa al campeón del mundo en el estadio Maracaná. La presidenta, tras lamentar la derrota en semifinales, escribió en la red social Twitter: “No vamos a decaer, levanta, sacude el polvo y vamos a superar la adversidad nuevamente”.

El rival electoral, Aecio Neves, fotografiado al irse del estadio antes del final, no culpó al gobierno de la derrota y apenas se solidarizó con la tristeza generalizada. En el gobierno, dijo un asesor de la mandataria a este Diario, esperan la reacción popular el sábado en Brasilia, cuando Brasil juegue el partido por el tercer puesto, el cual nadie quiere jugar. Se esperan allí insultos tal como los recibió la mandataria en el juego inaugural entre Brasil y Croacia, que se disputó en Sao Paulo el 12 de junio pasado.

Las encuestas revelaron que la población en general no aceptó esos discursos y se solidarizó con la presidenta, debido a que el público que va a los estadios mundialistas pertenece a las clases más acomodadas y contrastan con los aficionados que tradicionalmente acuden cada fin de semana a los estadios para mirar los partidos del campeonato local.

En el mundo empresarial y de los negocios, la línea que se maneja es la que expresa en el diario económico Valor, Fernando Barbosa Filho, economista de la Fundación Getulio Vargas, quien escribió: “Este Mundial no deja ningún legado para el país. Pagamos la fiesta de los otros por segunda vez y en esta oportunidad nos fuimos por la puerta de atrás”.

El futuro de varios estadios construidos para el Mundial, como los de Manaos, Cuiabá, Brasilia y Natal, donde no existen equipos de primera división ni convocantes como el de las ciudades más futboleras del país, seguramente servirá para cuestionar los gastos del Mundial, cercanos a los 12 mil millones de dólares, un 30% de ello en financiamiento público con créditos blandos para la construcción de estadios de las 12 ciudades sede.

El ‘Maracanazo’, la derrota de 1950 por 2-1 ante Uruguay, ha pasado a la historia. La gran humillación del más grande campeón de todos los tiempos se ha escrito en Belo Horizonte. El final en términos deportivos fue el peor. Para Dilma Rousseff se abre una etapa incierta, con una campaña electoral marcada por el dolor y la tristeza nacional.

Para estar siempre al día con lo último en noticias, suscríbete a nuestro Canal de WhatsApp.

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media