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El agua siembra, riega y cosecha desarrollo

El agua siembra, riega y cosecha desarrollo
16 de junio de 2014 - 00:00

Si hay algo en el mundo que puede detener la producción agrícola de un país, la comercialización externa de productos, la disponibilidad de alimentos en el mercado local e incluso la reducción de la pobreza, es la falta de agua.

En Ecuador, la lucha por este recurso ha sido histórica y su acceso, problemático y desigual. El sector campesino ha demandado concesiones de agua para riego y muchas comunidades lo lograron gracias a su propio trabajo. Las zonas rurales y muchas ciudades todavía esperan que se amplíe el servicio de agua potable y alcantarillado. Por esos y otros factores se discute en la actualidad el proyecto de Ley de Recursos Hídricos, Uso y Aprovechamiento del Agua, que ha causado polémica por los diversos intereses involucrados. Pero más allá de la controversia, todos coinciden en que el agua es el fundamento de la vida y de la economía.

En el mundo, el 70% del agua disponible se destina a la agricultura, el 20%, a la industria y el 10% a uso doméstico. A escala mundial, el área agrícola está compuesta por 500 millones de fincas campesinas, donde 1.500 millones de personas trabajan directamente para abastecer de alimentos a la humanidad. Sin agua, eso no sería posible.

La distribución de agua en el Ecuador

Igual que en el resto del mundo, en el Ecuador la mayor parte de la demanda de agua se concentra en el sector agrícola (gráfico 1.1). La superficie nacional cultivada es de 6,3 millones de hectáreas (ha) y la superficie potencial de riego es 3,1 millones de ha. Sin embargo, el sistema de riego que el Estado ha construido desde los años sesenta tiene capacidad para regar 1,5 millones de ha aunque la superficie efectivamente regada es de 942 mil ha. Eso deja 600 mil ha subutilizadas. Según Dennis García, subsecretario de Riego y Drenaje del Ministerio de Agricultura y Ganadería (Magap), una de las razones para esta realidad es la falta de mantenimiento de la infraestructura de riego existente.

Además, explicó García, “el problema en Ecuador es que hay un acaparamiento de agua muy grande”. De acuerdo con datos de la oficina de riego, el 97% de las unidades productivas agropecuarias (UPA) del país tiene una superficie menor a 50 ha y utiliza el 49% del agua disponible para riego, mientras que las UPA de más de 200 hectáreas, que apenas representan el 1%, ocupan casi el 30% del agua de riego. En el gráfico 1.2 se puede observar esa realidad.

Antonio Gaybor, secretario ejecutivo del Consorcio de Capacitación para el Manejo 
de los Recursos Naturales Renovables (Camaren) destacó que son los campesinos quienes han realizado sus propios sistemas de riego y han creado sus propios sistemas de gestión comunitaria. El 43% del área cultivada de riego pertenece a las comunidades, el 18% al Estado y el 40 % al sector empresarial. “Los que sostienen la soberanía alimentaria son los pequeños y medianos agricultores, pero curiosamente son ellos los que menos acceso al agua de riego tienen”, señaló.

El gráfico 1.3 muestra, en porcentajes, la distribución de las concesiones de agua autorizadas por la Secretaría Nacional del Agua (Senagua). El mayor número (36.918) corresponde a riego. Le siguen las concesiones para uso doméstico (27.130) y los abrevaderos (13.501).

 

 

La influencia de la geografía

Usos.  El 70% del agua en el mundo se destina a la agricultura; el 20%, a la industria, y el 10%, al uso doméstico.

Zonas críticas.  Los Ríos, Guayas, Santa Elena, Manabí, El Oro, Loja y Esmeraldas necesitan riego tecnificado urgente.

Metas.  Hasta 2017 se atenderán con irrigación parcelaria a 21 mil hectáreas y se construirán 25 mil microreservorios.

El Ecuador goza de ventajas geográficas que permiten producir gran variedad de alimentos durante todo el año. Gracias a su ubicación, el país cuenta con luz para que las flores crezcan sin importar la época; los páramos andinos abastecen de agua a la mayor parte de las regiones y el clima tropical fomenta el cultivo de productos de exportación. Sin embargo, las condiciones del suelo y la dispersión de la población dificultan el acceso al agua. Por ejemplo, la Amazonia es la zona que cuenta con más agua y, al mismo tiempo, la que menos población tiene, y no todo el suelo de esa zona es apto para el cultivo. A ello se suma la exigencia de construir sistemas con menos impacto ambiental por la existencia de áreas protegidas.

 

El riego y la productividad

Para los pequeños y medianos agricultores, el agua es la sangre de la tierra”, señaló el subsecretario de Riego del Ministerio de Agricultura, Dennis García.

Desde la óptica productiva el agua también juega un papel fundamental, pues el riego puede triplicar la producción de un terreno. “La agricultura es inconcebible sin agua”, afirmó García. La modalidad de riego influye mucho en la productividad. Mientras más tecnificada, mejor. En un terreno sin sistema de riego tecnificado se podrían sembrar 3 productos mientras que con él, la capacidad de producción y diversificación aumentaría a 67 productos, explicó García, citando un ejemplo en Píllaro. El funcionario señaló que en el país la superficie regada por medianos y pequeños agricultores es de 300 mil hectáreas y apenas el 5% de esa superficie está tecnificada. ¿Qué pasa con aquellos agricultores que no tienen un sistema de riego? Muchos de ellos aún dependen del agua lluvia y es por eso que en los mercados locales los precios de los productos dependen de la época del año. “Con riego, un pequeño productor podría sembrar lo que quiera durante todo el año”, agregó.

Tener un sistema de riego no es sencillo pues depende de qué sistema se utilice y en qué tipo de terreno se aplique para garantizar el uso eficiente del agua. De esta forma, un sistema de riego por gravedad aumenta la productividad en un rango del 30% al 60%, con el riego por aspersión la eficiencia aumenta a un rango del 80% al 85%, en el riego por goteo la eficiencia es mayor al 90%. Las florícolas, por ejemplo, hacen un uso eficiente del agua aunque usan gran cantidad del recurso.

Los pequeños y medianos agricultores, que usan menos riego tecnificado, producen la mayor parte de alimentos en el país, por lo que un programa para ampliar este mecanismo está en marcha en la Subsecretaría de Riego.

El agua y la economía local

Según Gaybor, en el país la agricultura familiar es muy importante, sin embargo “la mayor parte del riego está concentrada en pocas manos. No va a la agricultura destinada al consumo nacional”. Mientras el sector florícola cuenta con sistemas de riego en casi 100%, los productos de consumo diario no. “El banano y la caña de azúcar se llevan la mitad del agua que se utiliza para la agricultura. Son 300 mil hectáreas de banano y cerca de 100 mil hectáreas de caña de azúcar de casi 7 millones del total de hectáreas que se cultivan en el Ecuador. Es decir, cerca del 50% del agua para la agricultura se llevan las empresas agroindustriales”.

Por su parte, García agregó que “el riego llega a la producción de agroexportación y no a la producción de consumo interno” como refleja el gráfico 2. Aunque existe la percepción de que la gran empresa agropecuaria es la que cubre la producción nacional, no es así. Por ejemplo, el 49 % de la producción de arroz es producida por medianos y pequeños agricultores, lo mismo ocurre con el 46% del maíz duro, el 76% del maíz suave, el 66% de la papa, el 91% de la cebolla blanca, el 42% del plátano o el 45% de leche. “Los medianos y pequeños agricultores garantizan la seguridad alimentaria”, enfatizó García.
Los sistemas de riego también influyen en el comercio exterior. “Ningún país podrá competir en el mercado internacional si no tiene riego”, afirmó Gaybor.

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Pendientes y planes hasta 2017

Tomando en cuenta indicadores como el tipo de suelo, la tenencia de tierra y el índice de pobreza, el Magap ha determinado áreas de atención prioritaria para implementar sistemas de riego en las provincias de Los Ríos, Guayas, Santa Elena, Manabí, El Oro, Loja y parte de Esmeraldas.
Para este año, está previsto tecnificar 21 mil ha de terreno, beneficiando a aproximadamente 21 mil familias. Entre 2015 y 2017 se espera tecnificar 21 mil ha más y construir 25 mil microreservorios.
La tecnificación se realiza mediante 2 métodos. El primero se denomina cosecha de agua de lluvia, el cual se realiza en microreservorios cubiertos por una geomembrana (un componente que evita la filtración de agua). Esto sirve para que los campesinos acumulen agua en la época de invierno para utilizarla en la época de estiaje o sequía. También se está trabajando en ampliar el uso de sistemas de riego por aspersión y goteo.

Por otro lado, la Senagua está construyendo 16 proyectos multipropósito en diferentes zonas del país que servirán para riego, generación eléctrica y para consumo humano. Las poblaciones beneficiadas serán: Guayas, El Oro, Carchi, Riobamba, Tungurahua y Cotopaxi.

Los expertos consultados coinciden en que controlar el uso ilegal del agua es otro de los desafíos del Estado. Según García, “la falta de control ha hecho que cualquier empresario cave un pozo profundo y tome el agua. Hay mucho robo de agua y eso tiene que ser regulado”.

Gaybor sostuvo que “el Ecuador está perforado desde Machala a Santo Domingo con pozos cada vez más profundos. La mayor parte de las bananeras toman agua subterránea y también de las fuentes superficiales de los ríos”.

MASQMENOS solicitó entrevistas a funcionarios de la Senagua para conocer su versión sobre estos temas, pero no recibió respuesta hasta el cierre de esta edición.

Agua y matriz productiva

La importancia del agua para el desarrollo económico se traduce también en la estrategia del Gobierno de cambiar la matriz productiva. Un ejemplo de ello es que el agua representa el elemento principal para poner en marcha a las 8 centrales hidroeléctricas que están en construcción y que permitirán transformar la matriz energética del país.

La política pública del Gobierno y las posturas de los distintos sectores serán debatidas en el Octavo Foro de Recursos Hídricos, que se realizará el 26 y 27 de junio en la Universidad Católica de Quito. Preguntas como estas guiarán la discusión: ¿cuál será el modelo de gestión de agua para riego?, ¿pueden los campesinos tener una vida digna sin acceso al agua?, ¿cómo hacer la política pública en favor de los campesinos?

 

Agua, pobreza y salud

 

La pobreza por ingresos cayó de 37% en 2006 a 25% en 2013. La pobreza por necesidades básicas insatisfechas bajó de 51% en 2005 al 38% en 2013.

El agua es parte esencial en la cadena de producción de la agricultura y la industria, pero también lo es para la calidad de vida de la gente. El acceso a agua potable y alcantarillado se relaciona directamente con el indicador de pobreza por necesidades básicas insatisfechas.

En 2012, el Estado gastó casi $ 97 millones en el tratamiento de enfermedades causadas por la falta de agua potable y alcantarillado como el cólera y el dengue.

Ana María Larrea, secretaria Técnica para la Erradicación de la Pobreza de la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades) explicó que el componente de agua potable y alcantarillado representa el 64% del índice de pobreza extrema y el 38% del de pobreza.

Larrea señaló que una cobertura del 95% de agua potable y alcantarillado en todo el país, permitiría erradicar la pobreza extrema por necesidades básicas insatisfechas. “Ningún cantón en Ecuador tiene una cobertura del 100% de agua y alcantarillado”, indicó. En 2013, la cobertura de agua potable a escala nacional fue del 75%. El 92% en el área urbana y el 39% en la rural. En cuanto a alcantarillado, se alcanzó a cubrir el 63% del territorio. El 80% en el sector urbano y el 26% en el rural.

Según datos de la Senplades, la pobreza por ingresos se redujo del 37% en 2006 al 25% en 2013, mientras que la pobreza por necesidades básicas insatisfechas bajó del 51% en 2005 al 38% en 2013. En este último indicador, “el país no está entre los mejores de la región. Estamos acostumbrados a estar en los primeros puestos en varias cosas. Por ejemplo, estamos en el primer puesto de erradicación de la pobreza y en la reducción de las desigualdades, (...) pero en (acceso a) agua potable y alcantarillado, el Ecuador está en el séptimo lugar de 9 países de América Latina”, manifestó Larrea.

Según la funcionaria, la deuda se origina en los municipios y prefecturas y espera que las autoridades, que se posesionaron el 14 de mayo, prioricen obras para aumentar el acceso de la población a servicios básicos. Larrea dijo que para cubrir todo el déficit de agua potable y alcantarillado el país requiere $ 6.000 millones.

La falta de agua potable y alcantarillado trae consecuencias para la salud de la población y en especial para los niños. “Ecuador tiene serios problemas en desnutrición infantil, si bien la desnutrición global ha disminuido en el Ecuador, la desnutrición crónica no lo ha hecho”, explicó Larrea. El 6% de la población infantil sufre desnutrición global (peso bajo). Sin embargo, el 25% padece desnutrición crónica (los niños no alcanzan la talla adecuada para su edad). El agua es un recurso muy importante para combatir la desnutrición porque con ella se evitan las enfermedades diarreicas agudas de las cuales los niños no se pueden recuperar. La desnutrición causa trastornos cerebrales que se reflejan en problemas de aprendizaje irreversibles y rezago escolar. Ello conlleva que los afectados no sean capaces de generar ingresos para su familia en el futuro, con lo que la pobreza persistirá. Según la Senplades, la dotación de agua potable y alcantarillado disminuye en 38% la desnutrición.

Otras enfermedades también están relacionadas con el agua no segura (no potable o contaminada) y falta de alcantarillado. En 2012, se registraron 11 enfermedades por esta causa. Hubo 14 casos de cólera, 862 de leptospirosis, 707.848 de diarrea y gastroenteritis y 13.630 de dengue clásico, por mencionar algunas. El Estado gastó más de $ 97 millones en tratar estas enfermedades en los hospitales públicos.

El Gobierno ha establecido como objetivos alcanzar el 83% de cobertura de agua potable y 75% de alcantarillado en todo el país hasta 2017. En 2021 se esperará que la cobertura sea total. Es por eso que las políticas de la Senplades se concentran en dotar de agua potable y alcantarillado, especialmente a las áreas rurales. Según las autoridades esto no es fácil porque cada zona requiere de estudios y sistemas diferentes de acuerdo con condiciones geográficas específicas.

Larrea añadió que también se están implementado métodos alternativos para mejorar la calidad del agua de consumo humano. En algunos cantones de Loja, Zamora y Machala se han implementado soluciones alternativas, por ejemplo, que cada hogar tenga una bomba de potabilización en su vivienda.

Para los pequeños y medianos agricultores, el agua es ‘la sangre de la tierra’, relató García. Para las autoridades es la base de la producción y la clave para la erradicación de la pobreza.

Desde Holanda, Arjen Y. Hoekstra, experto en gestión del agua y creador del concepto de ‘huella hídrica’ concedió una entrevista a MÁSQMENOS, para explicar este concepto y su importancia. Le invitamos a leer esta entrevista para saber cuál es la huella hídrica del Ecuador y de productos que consumimos a diario como la pizza, la leche o la carne.

 

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