Unos 14.000 teléfonos móviles hurtados en  Colombia pudo comercializar en Suramérica la red trasnacional a la que  pertenecían las 17 personas que fueron detenidas el martes durante una  redada en el país y el exterior, aseguraron hoy en Bogotá las  autoridades policiales.
 Otros 2.000 aparatos eran alistados  por esta organización para ser enviados a otros países, informó el  director de la Policía Nacional, el general Óscar Naranjo, al detallar  la primera acción del país contra la llamada "mafia de los celulares".
 Naranjo explicó a la prensa que la red fue intervenida con la llamada  Operación Mercurio, lanzada en conjunto por la Dirección de  Investigación Criminal (Dijin) y la Fiscalía General, en coordinación  con autoridades de Argentina, Brasil, Ecuador y Perú.
 Es "la  primera operación estructural contra las organizaciones dedicadas al  tráfico masivo de equipos móviles celulares en Latinoamérica", aseguró  el jefe policial, que ofreció detalles de la redada un día después de  que el presidente Juan Manuel Santos entregara un informe parcial.
 Naranjo indicó que dieciséis detenciones, una de ellas de un peruano,  se practicaron en Bogotá y la población vecina de Soacha, así como en  la ciudad central de Villavicencio, mientras que la otra, de un  colombiano, se hizo en Brasil.
 Se trata, agregó, de una  primera etapa que también llevó a solicitar a la Organización  Internacional de Policía Criminal (Interpol) a que expida cinco órdenes  de captura contra igual número de implicados, para su "búsqueda,  localización y arresto (...) en distintos países de la región".
 El jefe policial destacó que las investigaciones, que tomaron más de  un año, permitieron establecer que la banda estaba en actividad desde  2007 y tenía alcance sobre los países relacionados con la redada.
 La red, que tenía en la capital colombiana su "eje principal",  acopiaba móviles hurtados y, desde ese año, "logró comercializar cerca  de 14.000 equipos (...) en distintos países del sur del continente",  continuó Naranjo.
 Además de las detenciones, en la parte  colombiana de la operación fueron recuperados más de 2.000 teléfonos,  agregó el oficial, y observó que estos aparatos provenían de hurtos en  las calles y llegaban a centros de acopios en los que eran reembalados  antes de ser enviados al exterior.
 En el exterior "eran  sometidos a procesos de actualización, de reempaque, de reensamblaje",  prosiguió Naranjo, y señaló que luego salían al mercado en las capitales  y principales ciudades de países suramericanos.
 Con la  operación "se rompe este circuito mafioso de hurto de celulares que  alimentaba distintas ciudades de Suramérica", consideró el jefe policial  colombiano.