Publicidad

Ecuador, 29 de Marzo de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

La nodriza sicópata asesinó a 29 niños

Los crímenes de Dagmar iniciaron con sus hijos

Los crímenes de Dagmar iniciaron con sus hijos
27 de febrero de 2015 - 00:00 - Redacción Justicia

A inicios del siglo XX, por las calles de Copenhague, en Dinamarca, paseaba el mayor asesino de su historia, una mujer llamada Dagmar Overbye, quien a sus 33 años ya había abandonado a su marido y al único hijo que le quedaba de los 3 que tuvo.

Un total de 29 pequeñas víctimas dejó esta mujer que se hacía pasar como intermediaria en adopciones para elaborar su lista de crímenes, de los cuales también fueron víctimas 2 de sus propios hijos.

Dagmar nació el 23 de abril de 1887 en Assendrup; sus padres fueron Soren Julius August Overbye y Ane Marie Petrine Kristiansdatter Johnson. Aunque no se comprobó se cree que su comportamiento criminal fue producto de una violación que habría sufrido en su niñez.

Con solo 12 años empezó a tener problemas con la ley y se fue de la casa, pues su personalidad era desequilibrada con tendencia a irritarse con facilidad y temperamento impulsivo. Sin embargo, a los 15 regresó a su hogar.

Siempre se inclinó por el robo y la mentira, ya que se protegía culpando a gente inocente de las infracciones que cometía. Como la mayoría de los sicópatas ella pasaba desapercibida y hasta tenía fama de ser una persona honrada y caritativa. No obstante, en 1909 recibió su primera condena por robar en la casa donde le dieron trabajo como sirvienta.

Luego de cumplir su condena obtuvo un empleo en un restaurante, en el que inició un romance con un compañero del que salió embarazada y tuvo a su primer bebé que murió por causas no esclarecidas.
No quería a sus hijos

En 1912 tuvo su segundo hijo y en 1913, cuando viajó a Randers para trabajar de mucama, quedó embarazada del dueño de la casa. Dagmar ya no quería tener bebés, por ello al poco tiempo de nacido le quitó la vida a Paul, como lo bautizó.

Luego del crimen se fue a Copenhague, capital de Dinamarca. Allí le dieron trabajo en una tienda de dulces, donde al poco tiempo inició una nueva relación sentimental y quedó nuevamente embarazada, pero una vez más por razones desconocidas murió la criatura.

Dagmar le tomó un extraño gusto a matar bebés, al punto que buscó casos de personas que daban en adopción a niños nacidos para cometer sus fechorías.

En aquella época no era bien visto tener hijos nacidos fuera del matrimonio y ella se hacía cargo de los pequeños por el pago equivalente a un año del salario. Dagmar prometía a cambio buscar padres sustitutos y una vida mejor para los bebés.

Fue así que elaboró su modo de operar: buscaba anuncios en el periódico, contactaba a los progenitores, cerraba el trato, esperaba que se marcharan y finalmente estrangulaba, ahogaba o quemaba a las criaturas. Según estudios de criminología, es poco frecuente encontrar una asesina en serie y si hay estas suelen ser envenenadoras, pues las mujeres evitan la sangre y la tortura. Dagmar fue la excepción.

El primer crimen bajo esta modalidad ocurrió en 1916, cuando vio  en el periódico un anuncio de Rasmine Jensen, una madre soltera que quería dar en adopción a su segundo hijo y para ello ofrecía $ 2.

Dagmar vio que aquella mujer estaba desesperada y aprovechó la oportunidad. La contactó, se apoderó del pequeño y apenas pudo lo estranguló y dejó abandonado en el inodoro de un cementerio.

Solo uno de los pequeños sobrevivió ya que por motivos desconocidos la delincuente no lo atacó y lo dejó en el portal de su vivienda. La Policía encontró al pequeño y se lo llevó, pero no revisó la casa y debido a ello no descubrieron una infinidad de evidencias en su contra.

Inicio de las investigaciones

El caso que marcó el fin de Dagmar ocurrió en 1920, fue el de Karoline Aagesen, joven que se arrepintió de dar a su hija y la buscó para pedirle que se la devolviera, sin embargo la asesina le dijo que no recordaba la dirección de la familia donde la entregó, por lo que la afectada presentó una denuncia en la Policía.

Los agentes visitaron el apartamento de Dagmar y hallaron la ropa de la bebé. Luego de revisar el inmueble encontraron un cúmulo de restos humanos junto a los leños de la chimenea. La Policía también descubrió que ella no actuaba sola y que uno de sus novios la ayudaba a cambio de una parte del dinero.

Detención y juicio

Una vez aprehendida y frente a todas las evidencias no le quedó más que confesar los asesinatos, pero por falta de pruebas solo fue condenada por 9 de los 29 que habría cometido entre 1913 y 1920.

Durante el juicio se dijo que Dagmar probablemente actuó bajo los efectos de alguna droga, pero esa hipótesis quedó descartada y los especialistas la diagnosticaron como una mujer trastornada. Ante los jueces mostró inestabilidad emocional, pues se comportaba de forma pasiva, colérica y desesperada.

Frente a esto el abogado de Dagmar alegó que ella era solo “el instrumento de una sociedad dañada y de unas madres irresponsables”, con la finalidad de obtener una sentencia absolutoria.

No obstante ningún argumento sirvió y Dagmar fue condenada a pena de muerte, pero los reyes de Dinamarca, por ser mujer, le conmutaron tal castigo por la cadena perpetua.

También la “favoreció” que su defensor convenció a la Corte de que detrás de ella habían más culpables: “los padres y madres irresponsables y los defectos culturalmente alimentados de una sociedad que, en virtud de ciertos vicios y carencias, fomentaba hasta cierto punto el nacimiento de niños fuera del matrimonio y en condiciones indebidas para su futuro desarrollo”.

Pero algo más aterrador ocurrió tras su encierro ya que se registraron las desapariciones de unos 180 niños, fue entonces cuando la sociedad se preocupó por la suerte de los pequeños a los que nadie quería.

Los actos de Dagmar fueron indiscutiblemente reprobables, pero dejó un legado de concientización que se plasmó en una ley de supervisión para los niños no planificados, la cual estuvo en pleno vigor hasta 1965.

Dagmar pagó su condena en la prisión de Christianshavn, donde falleció el 6 de mayo de 1929, a la edad de 46 años.

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media