Pese a encontrarse entre Colombia y Perú, dos  grandes productores de coca, en Ecuador se detectaron en 2010 menos de  25 hectáreas de cultivos ilícitos, según un estudio divulgado hoy en  Quito por la ONU.
 Flavio Mirella, representante para Ecuador y  Perú de la Oficina de las Naciones contra la droga y el delito, dijo a  Efe que en Ecuador "la incidencia de cultivos es incipiente.  Prácticamente hay una situación de estabilidad, no hay extensiones  notables, se ha notado que se ha erradicado lo que se ha visto".
 En comparación, en Perú se detectaron 61.200 hectáreas de cultivos  ilícitos, en tanto que en Colombia se hallaron unas 62.000 y en Bolivia  30.900, aunque esta última cifra no incluye todos los datos del año,  explicó Mirella.
 Ecuador, "como país que se encuentra entre  dos países productores, un país que tiene una infraestructura bien  desarrollada, con un sistema bancario basado en el dólar, se convierte  en una plataforma atractiva para que operen ciertos grupos delictivos de  índole trasnacional que buscan potenciar sus operaciones", señaló.
 Para Mirella, el cultivo se ha tecnificado tanto en los países  vecinos que ya no se requieren las grandes extensiones de los años 90,  sino que ahora es un tema de productividad.
 En el estudio de  la ONU, que recopila datos de 2010, se detectó una parcela de una  hectárea y media de coca en un islote ecuatoriano sobre el río San  Miguel, en la provincia de Sucumbíos, fronteriza con Colombia.
 En la provincia del Carchi no se observaron áreas con coca sino la  apertura de nuevas áreas para la instalación de cultivos. "Es  interesante notar que hay un progresivo desbosque de áreas", señaló  Mirella, al apuntar que se debe vigilar que no se usen esas áreas para  cultivos ilícitos.
 En Esmeraldas detectaron deforestación, pero Mirella recordó que en la zona se cultiva palma.
 El subsecretario de Seguridad Interna de Ecuador, Javier Córdova,  destacó que un monitoreo aéreo que cubrió unos 380 kilómetros de  frontera reveló que la "producción cocalera en el país continúa siendo  poco representativa, al evidenciarse niveles muy bajos de cultivo".
 Ello, dijo, es el resultado "de un trabajo preventivo del Gobierno  nacional, pese a cercanía y proximidad de los cultivos de coca en  Colombia y Perú".
 Destacó la importancia del informe para  delinear estrategias que conlleven a la erradicación y la prevención del  incremento de cultivos en el territorio.
 En América Latina,  "todos los países tienen matices de diferentes niveles, tanto de consumo  como de producción y transformación", mientras que respecto a las  drogas sintéticas "cada país es un posible productor porque los  laboratorios son pequeños y móviles", dijo Mirella.
 Por ello  consideró que "sin un trabajo conjunto" el esfuerzo de cada país por el  control de los estupefacientes "no será tan notable como si se  potenciara más los esfuerzos conjuntos".
 "El narcotráfico no  tiene fronteras", comentó al señalar que "al otro lado de la ecuación  está el crimen organizado, que busca espacios para trabajar". EFE
