En septiembre de 2009, la dirigencia indígena, presidida por Marlon Santi, decidió romper el diálogo con el Gobierno.
El Ejecutivo decidió realizar una comisión de alto nivel para que analizara con los movimientos indígenas leyes como la de Aguas. Sin embargo, en aquel tiempo, Santi manifestó de que no trabajarán con una comisión esta temática.
Sin embargo, cinco meses después (febrero de 2010) la Conaie dio por terminado el proceso de diálogo con el Gobierno Nacional por no existir resultados en el proceso de diálogo, indicó Santi, quien hizo un llamado a todos los sectores sociales para unirse al levantamiento a través de acciones de movilización.
En esa época, el movimiento indígena no aprobó, entre otros temas, la conformación del Consejo de Participación Ciudadana y anunció el establecimiento de un Parlamento Plurinacional.
Los líderes indígenas responsabilizaron al Gobierno del “proceso sistemático de xenofobia, odio, racismo y persecución” y amenazaron con iniciar demandas nacionales e internacionales “por la defensa de los derechos colectivos desconocidos por las autoridades”.
El presidente Rafael Correa ha sido, un sinnúmero de veces, firme en su intención de dialogar con sectores que estén abiertos a conocer propuestas y debatirlas sin dogmatismos ideológicos.