En el documento confidencial de 2010, se mira con recelo a Correa y su entorno político, pese a lo cual Chevron autorizó hacer lobby para conocer cuánto éxito tendrían si utilizaban a autoridades de Estados Unidos en ese objetivo.
Según Alec Watson, director de la consultora internacional Hills & Company, quien le dirige la carta interna a un alto funcionario de la transnacional petrolera, el Subsecretario Adjunto de Estado, Jeffrey DeLaurentis, preguntó “¿qué nos hizo pensar que Correa no reaccionaría negativamente a nuestra propuesta?”, incitado por sus asesores a quienes les disgustan todas las compañías privadas petroleras.
“Yo dije, él bien puede, pero eso no quita lo positivo del Gobierno de EE.UU. de haber expresado un interés por remover obstáculos para mejorar las relaciones. Además, él tendrá que vivir con las consecuencias de no haber aprovechado la oportunidad”.