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Terminó una espera de 50 años
La entrada en operación de todas las instalaciones y servicios del nuevo Hospital Luis G. Dávila de Tulcán, el lunes pasado, supuso el fin de una espera de alrededor de medio siglo para la población de Carchi, que anhelaba tener un centro de atención médica moderno.
Marco Ortega, director Provincial de Salud, ratificó que debieron pasar 50 años para que se lograra gestionar la construcción de un nuevo hospital, y añadió que la antigua edificación pasaría a funcionar como el Área de Salud 1, mientras que el espacio en donde todavía opera el Área 1, se convertiría en un centro de capacitación.
Por su parte, Hernán Yépez, gerente de la nueva casa de salud, afirmó que la vida útil de un hospital básico es de alrededor de 20 años y que el antiguo tenía cerca de 80 años de funcionamiento. Por ello deduce que se tiene garantizado que el moderno nosocomio funcione unos 60 años en óptimas condiciones. Las expectativas sobre la operación de la nueva infraestructura son grandes tanto entre los carchenses como entre los ciudadanos de Colombia.
Por ejemplo, Lucy Benavides, colombiana que trajo al mundo a su hija en el antiguo Luis G. Dávila, se mostró complacida de ser una de las primeras personas en ser atendidas durante el primer día de operación del hospital, aunque algunos servicios ya funcionaban desde fines del año pasado.
Según Benavides, prefiere utilizar los servicios de salud de Ecuador porque en Colombia les solicitan papeles, sacar turnos, e “incluso esos turnos a veces los dan para después de un mes”. Agregó también que en los centros de salud de su país hay médicos generales, mientras que los centros de salud ecuatorianos cuentan con pediatras, ginecólogos y otros especialistas. “La diferencia es enorme”, sentenció la mujer.
Rafael Serrano, médico residente que trabajó seis meses en el antiguo hospital, afirmó que observa un gran cambio en relación con la nueva casa de salud. La situación es diferente, señaló, al tiempo de enumerar los alcances en el área de Emergencia, que cuenta con equipos de punta para reanimación avanzada, ecógrafos, ecosonógrafos cardíacos, sala de neonatología, etc. “El equipo de tecnología es increíble, de manera que se capacitó a todo el personal de las diversas áreas para que pueda manejarlo con éxito”, sostuvo.
Y al igual que Lucy, ciudadanos ecuatorianos afirmaron el lunes pasado sentir el cambio con este hospital que cuenta con 144 camas y servicio de Consulta Externa, Farmacia, Emergencia, Laboratorio Clínico, Patología, Imagenología; además de especialidades médicas como Pediatría, Gineco-obstetricia, Medicina Interna, Cirugía, Neonatología, Unidad de Quemados, Centro quirúrgico general y obstétrico, Odontología, Medicina Física y Rehabilitación.
El hospital, que cubre un área de 18.000 metros cuadrados y requirió una inversión de $34 millones, también cuenta con una central de monitoreo compuesta por 57 cámaras de videovigilancia.
Alejandra Benítez, moradora del barrio San Miguel del Norte, ubicado en los alrededores de la casa de salud, señaló que la presencia de un hospital en el sector beneficia a muchos.