Fabián Narváez, quien hasta ayer fue el segundo al mando de la Fuerza Terrestre, presentó al comandante del Ejército, Jorge Peña Cobeña, su disponibilidad al cargo, el mismo que asumió hace un año.

La renuncia de Narváez se daría por su inconformidad ante el ascenso de tres coroneles al grado de generales. La semana pasada renunció también el comandante Marco Vera por la misma causa. Él fue reemplazado por Peña Cobeña.  

El problema se habría originado porque los informes del Consejo del Ejército no dieron paso a la solicitud de ascenso de los coroneles Nicolás Gortaire, José Luis Castillo y Oswaldo Moreno. Frente a eso, ellos impugnaron la decisión al Consejo Supremo de FF.AA, que está integrado por todas las ramas, donde sí se aprobó el ascenso.

La semana pasada, la ministra de Defensa, María Fernanda Espinosa, dijo que en este caso se hizo respetar la institucionalidad de las Fuerzas Armadas y la jerarquía institucional de la entidad militar.    

Este criterio es compartido por Leonardo Barreiro, jefe del Comando Conjunto de las FF.AA., quien manifestó que  el Consejo Supremo es un cuerpo colegiado representado por cinco instancias.    

Barreiro acotó que los tres coroneles que buscaron el ascenso, si bien no fueron calificados por el Consejo de Generales de la Fuerza Terrestre, tuvieron derecho a una reconsideración por parte del propio Consejo, y luego hubo una apelación al Consejo Supremo de la entidad, tras la cual el cuerpo colegiado habría hecho un  análisis con base a un informe elaborado por dos oficiales en una comisión de asuntos varios, la misma que analizó el expediente y puso a consideración la resolución.

El comandante de las FF.AA desestimó que con este caso se esté haciendo un nuevo proceso ya “que es el mismo que se realiza desde hace  años”. Ayer en su discurso de salida, durante el acto por el Día del Ejército, Vera dijo que la resolución del Consejo de Generales de la Fuerza Terrestre fue tomada por unanimidad.