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El Telégrafo

Las afiliaciones en la ID bajaron de 600 mil a 17 mil en 21 años

Las afiliaciones en la ID bajaron de 600 mil a 17 mil en 21 años
14 de junio de 2012 - 00:00

El debilitamiento de la  Izquierda Democrática (ID) se puede traducir en el número de  afiliaciones. En 1988, cuando Rodrigo Borja llegó a la Presidencia de la República, la ID tuvo más de 600.000 afiliaciones y un poder político que se tradujo en el  80% de la representación en el Congreso Nacional y gobiernos seccionales.

En 2009, según Alejandro Flores, secretario ejecutivo del partido, hubo apenas 17.500 afiliaciones, pero aclara que para la reinscripción del partido serán 80.000, entre nuevas afiliaciones y reafiliaciones.  

En las elecciones presidenciales del 26 de abril de 2009, los problemas de la ID se hicieron más evidentes. Ese año, en las elecciones generales (asambleístas, presidente y vicepresidente, prefectos, alcaldes y concejales), el partido no logró una consolidación y representación política. 

En esa época planteó una nómina de 27 candidatos por Pichincha para la Asamblea (Andrés Páez, Patricia Echeverría, José  Bungacho, Cristina Palacios, Raúl Iza, Germania Avilés, Fabián Romero, María  Moncayo, Ernesto Jami, Andrés Palacios, Letty Díaz y Rosa Rosero), la Alcaldía de Quito (Yolanda Torres), prefectos (Eduardo Prócel y Víctor Narváez) y concejales (Daniel Cruz, Sulema Acurio, Hernán Zapata, Ligia Palacios, Marcelo Hallo, Wendy Moncayo, Joffre Pérez, Eustaquia González, Juan Carlos Andrade y Mary Valencia). De ellos solo Páez logró una curul en la Asamblea con el 1,43% de la votación, según las actas del Consejo Nacional Electoral.

Allí se detalla que la ID obtuvo 51.978 votos (25.949 de hombres y  26.029 de mujeres), frente al movimiento PAIS, que consiguió el  45,86% de la votación.

Ese año, el partido se alió al movimiento Red, Ética y Democrática (RED), encabezada por León Roldós Aguilera. Los candidatos a  asambleístas nacionales obtuvieron el 1,87% (67.917 votos) del padrón electoral. En la lista estuvieron:  Fernando Villavicencio, Carolina Mite, Juan Pasquel Beltrán, Betty Monserrate, Hernán Prado, Verónica Albuja, Rommel Reyes, Consuelo Vallejo, Lininovf González, Jeaneth López, Alfredo Romo, Delia Cedeño, Efraín Soria y Johanna Toala. Ninguno llegó a la Asamblea Nacional.

Flores indica que además de Páez constan Richard Mina, quien es alcalde del cantón Limones, en Esmeraldas; Pedro Quito, alcalde en Macará (Loja); el prefecto Franklin Cox, en Orellana; René Yandún (prefecto) y Guillermo Herrera (viceprefecto) de Carchi; además que llegaron a consolidar 33 representantes en juntas parroquiales. 

Marco Morillo, quien presidió la ID en Pichincha, comenta que la alianza con León Roldós agudizó los problemas en el 2006 y se produjo porque el candidato por la RED proponía una ideología progresista y tenía gran presencia, “como la tendencia que dejó el extinto presidente Roldós”.

Comenta que por muchos aspectos ideológicos consideraban que debían apoyarlo, pero que siempre estuvieron  advertidos por Rodrigo Borja, quien a pesar de que se alejó de la vida política  el 19 de noviembre del 2004, les advirtió que esa alianza no les  llevaría a buenos términos y “no supimos escucharlo”.

Flores, quien fue el afiliado 29 del partido, tilda a la alianza con Roldós como un “error de buena fe” y considera que la RED -en aquel momento- no tenía definición ideológica. Comenta que un sector no quizo apoyar la alianza y -quizá- por ello Páez se candidatizó para asambleísta por la ID, como consta en los registros del Consejo Nacional Electoral,  donde obtuvo 65.854 votos. 

Comenta que él se opuso a la alianza, sobre todo cuando “tuvimos que sacrificar a nuestro candidato Ramiro González”, quien fue binomio presidencial de Roldós en los comicios. Confiesa que a pesar de la importancia y trayectoria de Roldós, no era un candidato que tenía la aceptación popular. “Se confiaron en las encuestas que al inicio señalaban que tenía una gran aceptación, pero cuando saltó el resto de candidatos, bajó en las encuestas”.   

“Roldós empezó con un 30% y nos creíamos ganadores. Eso fue lo más nefasto en esa candidatura”, dice Morillo, tras anotar que ese año “hubo una mala orientación de la campaña”. Flores cree que esa alianza no “logró nada” y, por el contrario, acentuó el debilitamiento del partido, por lo que responsabiliza a los oportunistas que solo tenían fines electorales.

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