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El Telégrafo

La crisis en Pachakutik se agudiza con 7 expulsiones

La crisis en Pachakutik se agudiza con 7 expulsiones
16 de mayo de 2012 - 00:00

La separación de siete   dirigentes indígenas de Pachakutik fragmenta a la organización política en   Morona Santiago, Imbabura, Orellana y Chimborazo, de donde  son oriundos los expulsados. 

Rafael Antuni, coordinador nacional de Pachakutik, señaló que el  Consejo Político Nacional de la entidad decidió  declarar como personas no gratas a   Fausto Suárez, viceprefecto de Morona Santiago, Mariano Curicama, prefecto de Chimborazo, Miguel Lluco, fundador del movimiento indígena de Chimborazo,  además a Anita Vásconez y Ana Pilamunga, dirigentes de esa provincia, así como Ana Rivas, alcaldesa de Orellana, pese a que esta última,  señaló Antuni, decidió desafiliarse de manera voluntaria.

A pesar de que aún no han sido notificados con la decisión, Lluco, quien fue uno de los fundadores de Pachakutik en Chimborazo, asegura que esa “supuesta separación” no “tiene asidero legal” y sostiene que  es ilegal, inconstitucional y que  no respetó el  Código Orgánico de  la organización. Denunció que no funcionó la Comisión de Ética del movimiento y que no tuvieron derecho a ejercer su defensa. 

Para él, hay intereses “de la derecha” que motivan a la dirigencia a  desafiliarlos. Cree  que los dirigentes están equivocados, “puede ser que estén viviendo momentos críticos porque no han logrado interiorizar en sus bases o  dar una continuidad a los valores que nos plantearon a constituirnos en una organización alternativa”.

Quienes han sido expulsados preparan su defensa. Lluco precisó que,  a pesar de que no han sido notificados, el Consejo Político de la provincia -integrado por  5.000 personas- “impugnó” la decisión y enviaron una comunicación a la coordinadora nacional del movimiento, pero aún no reciben una respuesta.    

En cambio Antuni dice que Lluco y Curicama desde hace mucho tiempo  están  trabajando con la “camiseta verde... les dejamos el camino libre para que se postulen por esa línea”. Pero Curicama reitera que solo cumplen un  acuerdo político que firmaron con PAIS en  2009 y que a criterio de Lluco les ha ido muy bien. “Estamos sirviendo de manera dirigente a la gente” y por ello se pregunta “¿será que a ciertos ‘compitas’ les mueve la  desesperación de candidaturas?”.

Y este tema es precisamente uno de los que se analizarán en la Convención de la Coordinadora Plurinacional de las Izquierdas, que se realizará este próximo viernes y sábado. Antuni afirma que con PAIS ya no hubo  acuerdo y que este se rompió en ese mismo año.  “Tuvimos que volver a reinscribir al partido y recolectar de nuevo  las firmas, con miras a nuevas alianzas”, aclaró.

Pero Lluco y Curicama se mantienen en que el acuerdo sigue y que la prueba es que ellos están en cargos de elección popular, “en las comunidades nos eligieron”. En  la coordinadora están sectores como Montecristi Vive, Concertación, MPD, entre otros.  Curiosamente, el 25 de  abril de 2012, en un boletín de prensa, la Ecuarunari indica que una de las resoluciones de la organización será consultar a las provincias sobre la permanencia  en la coordinadora.

Lluco los llama “Raimundo y todo el mundo, la oposición al gobierno y no hay que oponerse por hacerlo”.  El dirigente enfatiza que él es  de Pachakutik y en las próximas elecciones participará cobijado  por la huipala. Ellos ya  inscribieron la directiva provincial  ante el Consejo Nacional Electoral y participarán por una reelección en las elecciones de 2013.  Recuerda que asambleístas como Gerónimo Yantalema se registraron como candidatos de PAIS, en las pasadas elecciones   y hoy aparecen como de Pachakutik. “¿Por qué?”, se cuestionan los dirigentes.

Antuni califica como el peor  error que ellos ocupen  cargos públicos. Lluco se defiende: “La ley no prohíbe a ningún ecuatoriano   acceder a un cargo público. Más bien es una garantía de la Constitución”. Y recuerda que en  2003, por ejemplo, Nina Pacari llegó a ser ministra de Relaciones Exteriores y Luis Macas, ministro de Agricultura, en el gobierno de Lucio Gutiérrez, gracias a un acuerdo que Lluco califica como “electoral” y lo diferencia con el  de PAIS, porque este último es “programático, ahora se habla del Plan  del Buen Vivir, en donde se garantiza la interculturalidad; no es solamente llegar a un  puesto con las elecciones sino transformaciones sociales”.

Fanny Campos, subcoordinadora nacional de Pachakutik,  habló el pasado 8 de mayo de   la separación de Daniel Suárez, quien hasta  2003 fue coordinador provincial de Pachakutik en Imbabura. Aquellas aseveraciones llamaron la atención de Suárez, quien  contó que hasta  2003 integró esas filas, a través de la Coordinadora de Movimientos Sociales, que reunió a indígenas de la Conaie;  campesinos, en donde estuvieron Rodrigo Collaguazo y Jorge Loor, además de movimientos  de mestizos, en donde estuvieron, entre otros, el alcalde Augusto Barrera, la ministra de la Política, Betty Tola  y  el asambleísta Virgilio Hernández.

Suárez  cuenta que decidieron abandonar esa línea política porque    “una mirada indigenista se enquistó  en Pachakutik”. Cuenta que hubo  intolerancia de la Conaie y la confluencia de sectores que ellos pregonaban se quedó en palabras.

Según Suárez, dirigente de Imbabura, detrás de las expulsiones hay “un afán de protagonismo por resarcir viejos amores y preocupaciones de quienes perdieron su  vigencia histórica”. El activista recuerda que solo el 1% de la población votó en  las últimas elecciones por el  movimiento. Para él, detrás de la  mirada indigenista y  excluyente estaría  Lourdes Tibán, “que tiene una visión de persecución a los dirigentes históricos”.   Ricardo Ulcuango, quien fue expulsado en  2011, los llama “la derecha que se tomó el movimiento indígena”. Reflexiona que ser expulsado de su comunidad es ilógico: “algo así como volver a nacer y  ¿cómo lo hago?”.

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