"En este 1 de Mayo nuestro homenaje a todas las personas, a todos los hombres y mujeres que con el sudor de su frente, con dignidad, honestidad, trabajan para llevar un pan a la boca de sus hijos, para llenar la olla familiar", manifestó el presidente Rafael Correa al saludar a los trabajadores en su día.

Ante miles de seguidores miembros de movimientos sociales y centrales sindicales, que se congregaron en la Plaza de la Independencia, el Jefe de Estado reiteró el compromiso de su Gobierno con la clase trabajadora.

"Esta día que sepan que nosotros estamos con esta clase trabajadora y no son palabras, lo hemos dicho, son convicciones y yo les podría decir (en lo personal) de toda la vida", sostuvo.

En ese sentido reiteró que lo que se ha proclamado con convicción es "la supremacía del trabajo humano sobre el capital". 

"Lo que se vivió en la larga y triste noche neoliberal es la supremacía absoluta del capital sobre el trabajo humano, al cual se lo convirtió en una herramienta más de lucro, cuando ese ser humano es el fin mismo de todas cosas y particularmente de la producción", acotó.

Criticó a las marchas contra el régimen que "no tienen nada que ver con la defensa de la clase trabajadora" y responden a "oportunismos políticos" y "agendas politiqueras".

"Prohibido olvidar. Recuerden como llegamos al Gobierno, con la explotación laboral generalizada, tercerización, contratos por horas que pagaban menos que el salario mínimo", acotó.

Recordó que durante su administración la afiliación al seguro social aumentó en un millón de trabajadores, se reivindicaron los derechos de las empleadas domésticas "que ganaban 80 dólares del salario básico, sin décimos terceros ni afiliación al IESS; sin vacaciones, sin nada".

El Jefe de Estado recalcó, sin embargo, que "todavía falta mucho para acabar de dignificar el trabajo humano, muchísimo. Hemos caminado mucho, pero falta mucho por recorrer".

También mencionó que la calidad de empleo ha mejorado significativamente, al haberse "eliminado esas formas ilegítimas, pero legalizadas por los gobiernos de siempre, por la partidocracia y el neoliberalismo de explotación laboral".

" Hoy tenemos la mayor cobertura de la historia del ingreso familiar con respecto a la canasta básica, 92%, debe ser más del 100 por ciento, pero antes era apenas del 60 o 65 por ciento", sostuvo.

"Tenemos las tasas de desempleo más bajas de la historia, el subempleo también se ha reducido y se puede considerar como otra medida de calidad del empleo", agregó. 

Explicó que el subempleo no es solo aquel que trabaja menos de la jornada laboral de 40 horas y quiere trabajar tiempo completo, "eso es lo que se llama el subempleo visible".

Señaló que los cálculos también cuantifica el subempleo invisible que es la persona que trabajando 40 horas, ganando más de un salario básico, quiere trabajar aún más.

"En consecuencia cuando se reduce ese subempleo es porque las personas ya están más satisfechas con su ingreso, su trabajo actual. La disminución del subempleo es otra medida que demuestra la mejora en la calidad del empleo", reiteró.

Además, mencionó que Ecuador lidera a nivel regional la inclusión de los discapacitados en los puestos de trabajo, el acceso a un trabajo digno. Por ello resaltó la gestión del vicepresidente Lenín Moreno. 

"La inclusión ha sido muy importante. Estamos tomando medidas inéditas, revolucionarias. Quitémonos de la cabeza los primitivismos de los garroteros que hablan en nombre de todos y no representan a nadie", puntualizó.

También se refirió a la que calificó como "una medida revolucionaria, única en América Latina y en el mundo de reparto de utilidades".

Ahora se les ha hecho caer en cuenta a los empleadores que el salario mínimo no es el salario justo.  "Nadie puede decir que su empresa es rentable pagando ese mínimo", recalcó al explicar que se estableció que ninguna empresa puede declarar utilidades hasta que el último trabajador haya ganado el salario digno, que está cerca de los 350 dólares".

"Esto es revolución. Ya empezamos este año con este sistema (...) No permitiremos que se base la rentabilidad de la empresa sobre la explotación laboral, sobre el hombro de nuestros trabajadores", dijo. 

En otro punto, aclaró que su Gobierno no está contra el sindicalismo, sino "contra los abusos, vengan de donde vengan, más aún de ciertas argollas corruptas de supuestos líderes laborales que sirven a determinados partidos políticos y que ordeñaron cual vaca amarrada al Estado".

"Por supuesto que estamos con el sindicalismo, por supuesto que estamos con la organización laboral. Y no son palabras, son hechos. Antes de nuestro gobierno en promedio se creaban 12 sindicatos, ahora ese promedio es seis veces mayor, 70 en promedio por año", acotó.