El país requiere de un presupuesto de alrededor de 21 millones de dólares para la destrucción de 15.600 minas antipersonales hasta el año 2017, informó la ministra de Defensa, María Fernanda Espinosa, durante un recorrido por la zona suroriental de la frontera con Perú.

El comandante del Ejército, Jorge Peña; el comandante de la Tercera División de Ejército Tarqui, Roberto Vásconez Hurtado; y el subsecretario de Defensa, Óscar Troya, acompañaron a la funcionaria.

Los artefactos explosivos se encuentran sembrados en un área de  466.000 metros cuadrados y su proceso de retiro continuará a partir de julio prácticamente en solitario, puesto que el apoyo que daba la Organización de Estados Americanos (OEA)  culminará  este mes.

Ante ello, Espinosa aseveró que se deberán  redoblar los esfuerzos. “El apoyo de la OEA se cerrará este mes (junio) y habrá que buscar otras alternativas”, dijo la secretaria de Estado, quien hizo un llamado a la comunidad internacional para que la ayuda continúe.

“Vine a constatar directamente cómo va el proceso de desminado. Esto me sirve para conocer de cerca todas las necesidades, pues nuestro propósito es fortalecer el apoyo necesario (…). Los países fabricantes de las minas deben aportar en la tarea, pues la actividad demanda de muchos recursos”, añadió la ministra.

Daniela Jiménez, coordinadora del Departamento de Desminado Humanitario de la Cancillería ecuatoriana, aclaró que el apoyo que entregaba el organismo continental no era económico sino en equipamiento, vehículos, entre otros.

Las tareas del retiro de minas en Ecuador son realizadas por un equipo especializado del Cuerpo de Ingenieros del Ejército.

El teniente coronel Patricio Hidalgo  informó que al momento el país cuenta con unos 120 desminadores.

Los trabajos de desminador  humanitario están fijados como base en el Batallón 61 Santiago.

Estas tareas las inició Ecuador en el año 1998, luego de la firma de los acuerdos de paz que pusieron fin a décadas de enfrentamientos bélicos con el Perú.

De acuerdo con el informe que presentó  Gribaldo Miño, del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, durante el período 2000-2012, se  ha logrado despejar un  área de 248.573,84 m², de donde se retiraron y destruyeron 5.729 minas antipersonales, 82 restos explosivos y 1.991 minas certificadas no registradas en el área. Con ello el país habría cumplido la meta de despeje establecida, tal cual consta en su plan operativo y en el compromiso internacional.  

No obstante, en Ecuador todavía existen zonas minadas en las provincias de Zamora Chinchipe, Morona Santiago y Pastaza, que se espera sean despejadas  hasta el año 2017, lapso en el que se proyecta la destrucción de 15.595 minas antipersonales, en un área estimada de 466.872,50 m² y 26 zonas minadas.

Los terrenos desminados son entregados a las autoridades locales y a la comunidad de la zona para su libre utilización y transitabilidad.

Labor riesgosa

La capitán y médico del Ejército Mercy Morocho integra el equipo de desminado. Ella lleva tres años acompañando a quienes ejecutan la tarea. “El día a día es complicado. Sufrimos  mucha tensión y expectativa ante la posibilidad de que ocurra un accidente. La relación con mis compañeros se da paulatinamente”, indicó la oficial.

El sargento Carlos Chiriapo pertenece a la Nacionalidad Shuar. Él es uno de los héroes de la Guerra del Cenepa de 1995. Recuerda que mientras cumplían un patrullaje por el sector del destacamento Soldado Monge, uno de sus compañeros fue sorprendido por las minas sembradas por los peruanos, lo que afectó   sus extremidades inferiores.

“Tuve que llevar a mi compañero en hombros hasta el destacamento, de donde en ambulancia lo trasladaron a Quito para atenderlo. Aquí el trabajo es muy sacrificado. Permanecemos durante 22 días y salimos a descansar ocho. Llevar el traje, el casco y el equipo de desminado es muy  duro”, relató el militar.