El presidente Rafael Correa repudió ayer la injerencia de los EE.UU., a través de la Usaid, para desestabilizar a gobiernos progresistas. No descartó que las ayudas externas vayan a un fondo manejado por el sector público, para que  de allí lo soliciten Organizaciones No Gubernamanetales (ONG), presentando proyectos  y rindiendo cuentas.  

Destacó esto en referencia al apoyo financiero (4,3 millones de dólares) que está brindando  la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), “frecuentemente vinculada con la CIA”,  a organizaciones “disfrazadas de ONG, como Grupo Faro y Fundamedios”.

En el Enlace Ciudadano de ayer, Correa trajo a colación la investigación periodística de El Telégrafo, publicada esta semana, en la que se reveló que el Grupo Faro, Fundamedios, Fundación Esquel y el Fondo Ecuatoriano Populorium Progressio (FEPP) participan del proyecto “Ciudadanía Activa”, por 1,8 millones de dólares, que tendría sesgo político para tratar, desde las bases de la sociedad civil, de desestabilizar al Gobierno y echar al traste el Decreto 982 que regula a las ONG.

Otro  proyecto apoyado por Usaid, por 2,5 millones de dólares, es el de “Fortalecimiento de la Democracia”, que, en cambio, lo ejecuta  Corporación Participación Ciudadana, entidad ligada a Fundamedios. Estas dos organizaciones, en los últimos  años, han mostrado públicamente una línea de oposición al régimen.

Respecto al proyecto “Ciudadanía Activa”, que coincidencialmente concluirá el 30 de junio de 2013 tras los comicios generales en Ecuador, abarca actividades como: aumentar las capacidades de incidencia y vigilancia de organizaciones de la sociedad civil, con talleres, foros, capacitaciones en estrategias de presión y vigilancia (lobby); “mejorar la capacidad de incidencia en políticas públicas relacionadas con el fortalecimiento de la democracia”.

Para esto, en coordinación con Fundamedios, realizan talleres, mesas redondas con periodistas, reporteros, articulistas y representantes de medios, a nivel nacional y regional, sobre la libertad de expresión y de prensa. Esas actividades deben culminar con la producción de reportajes y artículos relacionados en los medios participantes.

Correa cuestionó que las ONG reciban millonarias sumas para en realidad hacer política y oposición. “Esto es grave. Hay interferencia directa de grupos externos en países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América  (ALBA), países progresistas que no agachamos la cabeza ante el imperio, a quienes no nos han podido derrotar en las urnas, para ver si financiando seudo ONG, bajo el pretexto de fortalecer la democracia y de ser interlocutores entre el poder político y los ciudadanos, desestabilizan gobiernos”, resaltó.

Por ello recomendó: “Abrir los ojos ciudadanos del Ecuador, de la ALBA (Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua) y de América. Por eso, ya estamos analizando seriamente, entre los países de la ALBA, expulsar a la Usaid de nuestros países, porque no permitiremos  esta descarada intervención”.

“Hay que estar muy atento, pueblo ecuatoriano. Sabremos responder con responsabilidad y firmeza, no permitiremos estas injerencias externas con los vasallos criollos que tan agenciosamente se entregan a intereses extranjeros”, remarcó.

Señaló esto, además, luego de que el pasado martes EE.UU. reiteró su disposición para financiar a los grupos opositores en algunos países de la ALBA. Según Mark Feierstein, administrador adjunto para América Latina y el Caribe de la Usaid, Washington prioriza el apoyo a fuerzas opositoras que “están luchando por los derechos humanos y la democracia” en esas naciones, según lo recogió Prensa Latina.

Feierstein admitió así que la Casa Blanca mantiene una estrecha relación y entrega fondos a sectores antigubernamentales radicados en Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua. Esta confirmación se dio pese a que la oficina de la Usaid en Ecuador le negó a El Telégrafo que estén financiando tales objetivos.

Finalmente ayer Telesur informó  que la ALBA exigió, a través de un comunicado, el retiro inmediato de la Usaid, sus delegados o representantes, “por considerar que su presencia y actuación constituyen un factor de perturbación que atenta contra la soberanía y la estabilidad política de nuestros países”.