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El Telégrafo
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“Los socialcristianos en ciertos sitios no han hecho ni lo mínimo”

Viviana Patricia Bonilla Salcedo. Exlegisladora, Exgobernadora de Guayas.
Viviana Patricia Bonilla Salcedo. Exlegisladora, Exgobernadora de Guayas.
17 de febrero de 2014 - 00:00 - Redacción Guayaquil

Cuando se analiza detenidamente la situación de Guayaquil, efectivamente, parece que falta todo por hacerse porque el alcantarillado está colapsado, las redes de agua potable son obsoletas, las calles no han sido bien diseñadas, las aceras son inexistentes, hay ausencia de áreas verdes, contaminación por sobre los niveles permitidos, transporte público ineficiente y sobre todo marginación de grandes sectores poblacionales. La candidata del Movimiento Alianza PAIS propone un rediseño integral de la urbe. Con todas las necesidades que Guayaquil enfrenta, Bonilla pone en evidencia que  la  administración municipal actual no utilizó $ 150 millones del  presupuesto de 2012, dinero con el que  pudo haber hecho mucho.   

¿Cuál es el modelo de ciudad que propone para Guayaquil?

Hemos elaborado 35 propuestas, en un plan que ha sido construido de forma democrática y transparente, escuchando diversos actores de la sociedad. Esto es  importante aclarar porque  no contiene  la visión nuestra de  Guayaquil, sino la de la ciudadanía, luego de haber escuchado  sus necesidades. Queremos una ciudad de vanguardia,  moderna,  que trabaje con  los barrios,  que genere oportunidades y, por supuesto, sea  segura. Las 35 propuestas están encaminadas a eso. 

¿Qué significa una ciudad de vanguardia? Ahora tenemos un modelo de ciudad... ¿cómo hará para que ese modelo deje de ser lo que es, y se convierta en un modelo de vanguardia?

Tenemos un modelo obsoleto, caduco. Frente a lo que teníamos, era lo único. Antes de la administración socialcristiana el populismo reinaba y la derecha se aprovechó de aquello. La comparación   era el algo frente a la nada. Lo poco parecía mucho. Los guayaquileños  llegamos a acostumbrarnos a que lo que recibíamos era lo que nos tocaba y era lo justo. El tiempo ha pasado y ahora ese modelo socialcristiano, al compararlo con el modelo de la Revolución Ciudadana, resulta arcaico. Se está comparando con un modelo que ha logrado equilibrar las relaciones de poder a nivel nacional. Un modelo que trabaja 24 horas al día, los 7 días de la semana, que construye grandes colegios en 6 meses. Ese es el  modelo que queremos implementar en Guayaquil.  ¿Cómo obtener esa ciudad de vanguardia? Satisfaciendo las necesidades básicas de la ciudad: alcantarillado, agua potable, calles pavimentadas, es decir resolver primero lo estructural para después  pasar por el tema de lo turístico, de un transporte de vanguardia, de una ciudad de vida, ciudad verde.

Usted habla de  cuando el populismo destruyó Guayaquil. Los socialcristianos asumieron la alcaldía y cambiaron en algo la ciudad. ¿Cómo sacar de la  gente  el concepto de que fueron ellos quienes salvaron Guayaquil? 

En ese momento no teníamos con qué comparar; ahora sí.  Creo que la mejor carta son los siete años de la Revolución Ciudadana. Aún falta mucho por hacer, pero en 7 años  se ha hecho mucho más de lo que la derecha y la partidocracia hicieron en tantos años. Tenemos un discurso coherente, muy claro. No estamos diciendo que la administración socialcristiana no haya hecho nada; ha hecho. La pregunta es si se ha hecho lo suficiente y  la respuesta es no. Se pudo haber hecho más; en algunos lugares ni siquiera se ha hecho lo mínimo.  Después de 21 años no es posible que haya familias sin lo esencial, que tengamos una administración a la que le parezca más importante pintar  murales,  hacer esculturas y monumentos antes que atender las necesidades primordiales de los seres humanos. Que les parezca más importante -a través de las fundaciones y corporaciones- lucrar para la misma argolla  en vez de construir parques, y hacer obras que beneficien a la ciudadanía.  Hay que decirlo, esa es la visión socialcristiana, la visión de la derecha, que no va a cambiar. Así son ellos, así nacieron, esa es la mentalidad que tienen, versus  la visión de la izquierda humanista que tiene  la Revolución Ciudadana. Nuestra prioridad será siempre preocuparnos por el día a  día del ciudadano, por mejorar la calidad de vida del guayaquileño.

El  modelo del actual Alcalde se basa en dar  responsabilidades del Municipio a  fundaciones. Asumiendo que  gana las elecciones,  ¿qué va a pasar con esas fundaciones, se van a eliminar, van a pasar las actividades que  realizan al Municipio, cómo va a trabajar en este tema?  

Nuestra propuesta es convertir  esas fundaciones y corporaciones en  empresas públicas municipales. No tiene por qué verse afectada la ciudadanía, todo lo contrario, habrá grandes beneficios no solamente por la calidad de servicio que  recibirá, sino porque además conocerá cómo se están utilizando los recursos del Municipio, que además es plata que da el Gobierno  y plata de todos los guayaquileños. El presupuesto que tiene el Municipio se financia de 3 formas: 40% con asignaciones que da el Gobierno Central y lo hace en base a población y a necesidades básicas insatisfechas; el otro 40% equivale a los  ingresos que tiene el Municipio, y  el otro 20% sale de los préstamos o créditos que pueda hacer. Las fundaciones y corporaciones han servido para que la actual administración municipal diga que de cada 100 dólares, 86 van a inversión y 14 a gasto corriente. Pero lo que no dice es que en esos 86 dólares  están contabilizadas las asignaciones que se les da a las fundaciones. O ¿es que acaso las fundaciones no tienen gasto corriente, no pagan a sus empleados? Lo que los guayaquileños creen que se está utilizando para obras se usa en  pago de sueldos millonarios de algunos empleados municipales.

En la propuesta de cambiar las fundaciones a empresas públicas municipales, ¿cuál sería el proceso, se despediría a los empleados, se afectaría de alguna manera los servicios, se mantendría la guardia privada dentro de los parques y zonas regeneradas?

Los servicios no tienen por qué verse afectados, de hecho parte de la campaña sucia que está haciendo el Partido Social Cristiano es decirles a todos los empleados municipales  y  a los de las fundaciones  que si ganamos  todos los empleados serán despedidos. Aprovecho la entrevista con EL TELÉGRAFO para responder aquello y decir que todos los buenos empleados, todos los que deban continuar lo harán; la gente sencilla, humilde, trabajadora, va a seguir laborando con nosotros, no debe tener temor. Los que van a salir son los de la gallada, la argolla; son  esos a los que  no se va a beneficiar. La transición va  a ser rápida porque una empresa pública no tiene por qué dejar de ser eficiente y rentable; perseguirá siempre el bien común y el interés de la ciudadanía, y no tiene que  verse afectada la  ciudadanía. 

Otro gran problema de Guayaquil es la falta de áreas verdes, es la ciudad de Ecuador con mayor  déficit de áreas verdes. ¿Cómo resolver  eso?

Guayaquil, siendo la ciudad más poblada de Ecuador, es la ciudad más inequitativa en espacios verdes por habitante. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) el espacio ideal por habitante debería ser de 9 metros cuadrados y de acuerdo al índice verde que se hizo en  2010 en Guayaquil hay  1.13 metros cuadrados por habitante, muy por debajo del índice recomendado por la OMS. Nuestra meta es tener 10 metros cuadrados por habitante, que cada guayaquileño tenga que caminar 15 minutos para llegar a un gran parque. Pero a un verdadero  parque como los que construye la Revolución Ciudadana, no un parque como los que tenemos actualmente: una palmera y un columpio. Nos dicen que han construido 1.600 parques; si fuera así Guayaquil sería la ciudad más verde del continente, y no lo es.

¿Cómo lograr esos espacios verdes, tocaría rediseñar la ciudad, por ejemplo, el Suburbio Oeste,  una de la zonas que menos áreas verdes tiene, además expropiar, cerrar calles...?

Lo haremos de dos maneras: primero vamos a trabajar de forma coordinada con el Gobierno Central que tiene planificado construir 12 parques para Guayaquil. Tenemos que trabajar así para que estos parques sean una realidad, porque  en Guayaquil  todas las obras emblemáticas que se construyen: Unidades de Policía comunitaria, Centros Infantiles del Buen vivir, centros de salud, hospitales, colegios réplica,  han sido sin la ayuda del Municipio. Como dice el Presidente, se ha trabajado a pesar de este Municipio de Guayaquil. Eso por un lado. Segundo, se requiere planificación urbana. Tenemos que adoptar todas las medidas legales que establece la Constitución. Se está siempre buscando el interés y el bienestar común para hacerlo. Aclaro que no se van a derrumbar los mercados como se está diciendo  que haremos  para hacer  parques. Eso es falso, porque con planificación urbana se pueden crear espacios verdes para la ciudad y además hay muchos lugares  que están botados. Vamos  a tratar de que exista la menor cantidad de expropiaciones, vamos a utilizar los espacios vacíos que haya para crear espacios verdes.

Otra de sus propuestas es convertir a Guayaquil en distrito metropolitano. ¿cómo sería ese proceso?

Guayaquil cuenta con todas las características para ser distrito metropolitano, de acuerdo con lo que establece el Cootad. Si no se lo ha hecho es  por falta de  decisión y voluntad política, por no  asumir esa responsabilidad. Asumiendo las competencias de distrito metropolitano habrá desarrollo productivo, desarrollo de la investigación, innovación, transferencia de tecnología y fomento de la seguridad alimentaria regional. 

¿Qué significa esto?  Que puedan existir parques industriales en la ciudad, parques tecnológicos en los que el Municipio, en forma conjunta con el Gobierno Central,  se encargue de dar vialidad y servicios básicos para que las empresas puedan asentarse y así generar mayor empleo.

¿De dónde saldrían los recursos para todo eso... es ambicioso y posible, pero y el dinero?

Bueno, las empresas tienen que invertir, lo que vamos a  hacer en el Municipio es dar exoneraciones tributarias para motivarlas e incentivarlas para que se asienten en Guayaquil. Para dotar de servicios básicos hay el dinero. Insisto, si no se lo ha hecho no ha sido por falta de presupuesto, ha sido por falta de voluntad política. Un ejemplo, en 2012, 150 millones de dólares no se ejecutaron del presupuesto  del Municipio de Guayaquil, información que está en la propia página web. Con ese dinero se pudo haber hecho mucho.

Otro punto es el transporte público, hay vastos sectores que no tienen transporte público, ¿cómo se resuelve eso?

Nosotros no proponemos mejorar el sistema de transporte público. Nosotros proponemos transformarlo, revolucionarlo y vamos a implementar varias políticas. Primero, implementar el tren ligero o el metro para Guayaquil. Esto es una solución  de vanguardia, una solución para futuras generaciones.

¿Ese metro que menciona es un tranvía?

En algunos lugares, de acuerdo como lo determine el estudio, será un metro subterráneo, en otros  un tren de superficie, pero bajo ningún concepto  un tren elevado, porque las ciudades se deterioran mucho cuando se construyen trenes elevados. El plan estratégico de movilidad elaborado por el Ministerio de Transporte y Obras Públicas contempla  una asignación presupuestaria de 360 millones de dólares para la implementación de este transporte de vanguardia, cifra que puede variar porque en Quito la asignación que ha dado el Gobierno  es mucho mayor a la que está contemplada en este plan estratégico de movilidad. Buenos Aires inauguró  su metro hace 101 años, y en Guayaquil recién estamos hablando de un transporte público de vanguardia. Quito está construyendo su metro, Cuenca esté próxima a inaugurar su tranvía y  Guayaquil, siendo la ciudad  más poblada, no tiene un transporte de vanguardia. También hay que incrementar hasta en un 50% las unidades actuales de la metrovía,  sistema de transporte que no funciona como debería, que está subutilizado y que  bajo la visión socialcristiana jamás va a incrementar sus  unidades  porque no les conviene, porque no es rentable para ellos, porque  buscan un fin de lucro a través de la prestación de un servicio público como es la movilidad. Con nosotros, el transporte lo va a manejar una empresa pública municipal que no busca un fin de lucro, sino que lo que busca es el beneficio y  la comodidad del pasajero. Adicional a eso, habrá construcción de parqueos públicos municipales en  la ciudad y fomentaremos el uso alternativo de transporte, como es la bicicleta. 

Al aumentar el número de unidades de la metrovía también congestiona la ciudad. ¿Cómo resolver ese otro problema?

Esto se complementa con los sistemas que se van a ir creando. Una vez  que exista el metro, el tren ligero y la metrovía  se  van a ir inaugurando nuevamente más estaciones de metrovía. Actualmente la metrovía está subutilizada, no está funcionando en su máximo nivel,  es decir que si se incrementa no tiene porqué haber congestionamiento, simplemente  hay que hacerlo en base a una correcta planificación de tránsito. Se trata de transformar todo un sistema público, de utilizar las frecuencias como se debe para que la ciudadanía pueda saber en cuánto tiempo llega el bus, los horarios y qué unidad pueda coger para llegar a determinado sitio,  lo que no tenemos actualmente. Algo que está implementado en casi todos los países del mundo, pero aquí en Guayaquil no hay esa visión.   

Diferentes grupos ciudadanos piden que el Gobierno asuma el control del agua potable en Guayaquil, ¿de ganar qué pasaría con Interagua?  

Siempre se pueden mejorar las condiciones de una concesión, siempre  se le puede exigir a la concesionaria que haga las inversiones necesarias para beneficio de todos, si no lo hace también hay la posibilidad de rescindir el contrato. Nos han dicho que el agua potable de Guayaquil es apta para el consumo humano, ¿quién puede creer eso? El agua de la toma por supuesto que es potable,  pero a la ciudadanía le llega por tuberías y es ahí donde se contamina. Entonces, ¿qué es lo que no ha hecho Interagua? No ha invertido en el mantenimiento y en reemplazar las tuberías obsoletas. Es por eso que el agua que nos llega  no es apta para el consumo humano. 

Se dice que  los sedimentos generados de la potabilización del agua van al río Guayas y esa es una de las causas de la sedimentación del río. ¿Qué sabe de eso?

Por supuesto, tengo conocimiento de que una parte del alcantarillado sanitario -hablo del perímetro urbano-   desfoga directamente en el estero Salado y obviamente eso va a la ría. No hay los controles adecuados y nuevamente es un incumplimiento por parte del Municipio de Guayaquil que maneja la normativa ambiental y que tiene que exigirle no solamente a las concesionarias de los servicios públicos, sino a todas las empresas que tienen actividad en la ciudad,  que cuiden el Estero. No tenemos registros de que el Municipio haya sancionado y peor aún clausurado una empresa por no ajustarse a la normativa ambiental.

¿Cuál es el plan para los sectores marginados, Monte Sinaí, por ejemplo?

Una de las primera propuestas cuando lleguemos a la alcaldía será ampliar el perímetro urbano hasta donde este realmente llega, para poder dotar de lo básico, de lo esencial, a las personas que viven por fuera de este y también las que habitan dentro y   no tienen agua potable, alcantarillado ni calles pavimentadas.

¿Ampliar el perímetro urbano no atraería más invasiones?

Si hay una correcta planificación urbana no tiene por qué ocurrir eso, si hay un trabajo coordinado con el Gobierno Central y alternativas, planes habitacionales dignos, no tiene por qué haberlas.

Usted ha hablado de la distritalización de Guayaquil, poner sucursales del Municipio en distintos sectores. ¿Eso no aumentaría la burocracia?

Todo lo contrario, desconcentraríamos el Municipio en las oficinas que van a existir en cada uno de los distritos, no hablamos de 20 funcionarios, hablamos de uno o dos, que puedan atender lo que se requiere. La meta es implementar trámites cero papeles, en línea, y para quienes no tengan Internet en su casa en los centros municipales habrá internet y también en los centros barriales.

Ecuador está cambiando la matriz productiva y uno de los ejes es el conocimiento, dentro de eso está la cultura. ¿Cuánto invierte Guayaquil  en cultura?

No tengo las cifras de cuánto se invierte en cultura, pero lo que sí le puedo decir es que  el cambio de la matriz productiva está muy ligado a nuestra propuesta del distrito metropolitano, porque estamos hablando de que queremos que en Guayaquil se instalen parques tecnológicos, parques industriales, que se puedan asentar industrias que definitivamente tengan que ver con las necesidades del cambio de la matriz productiva para encaminarnos hacia eso.

En Guayaquil está la Universidad de las Artes, ¿cómo concatena la ciudad con este nuevo centro?

Arte y cultura no existen en Guayaquil, el arte y la cultura tienen una visión elitista. Lo que el Municipio dice que es arte y cultura eso es; si alguien piensa diferente  le caen a garrote o simplemente no puede hacer uso del espacio público, no tiene dónde expresar  lo que  entiende como arte y cultura. Así que nosotros tenemos un programa que se llama ‘Harto Arte’  en el que vamos a promover el uso de espacios públicos, fomentar las actividades artísticas a través de los minicines y miniteatros que estarán en cada centro de desarrollo barrial, clases gratuitas, dotaremos de instrumentos  a los jóvenes, a bandas musicales, a cambio de   que toquen de forma gratuita en diferentes espacios. Queremos convertir a Guayaquil en una ciudad referente de arte y cultura de Latinoamérica.

En cuestión de teatro, por ejemplo, Quito tiene el Sucre y el México; Cuenca igual, el Sucre; en Guayaquil no hay ninguno municipal, solo el MAAC, que es del Gobierno Central. ¿Qué hacer frente a esas carencias?

Vamos a tener en los centros de desarrollo barrial un miniteatro para fomentar el teatro comunitario, el arte y la cultura. Si revisan el plan socialcristiano van a darse cuenta de que ellos pretenden fomentar el arte y la cultura construyendo monumentos y esculturas, como si el guayaquileñismo surgiera por un monumento; así no se motiva ni se fomenta la cultura. Con buenos programas, verdaderos espacios, sitios construidos y adaptados para cada una de las necesidades se fomenta el arte y la cultura en una ciudad.

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