Faltan 90 minutos, pero en Colombia parece que fuera solo uno. Eso es lo que viven en Medellín los seguidores del Atlético Nacional, que a diferencia de lo que se esperaban en Quito, aquí son más cautos con lo que puede suceder con el último partido entre Nacional e Independiente del Valle, en el Atanasio Girardot.  

El equipo ecuatoriano demostró que no se ‘arruga’ y que si el primer lance se cerró en tablas, ahora de visitante no se espera que se amilane. Ante Boca Juniors y River Plate dejó claro que los estadios con grandes hinchadas no lo intimidan.   

Ahora todo se vive con el verbo ganar. En las calles se siente que el Verde está a un paso de abrazar la gloria. El empate a un tanto en la ida en el Olímpico Atahualpa, en la capital ecuatoriana, dejó abierta una serie que se definirá en Medellín, donde se confirmará al representante de  Sudamérica en la próxima edición del Campeonato Mundial de Clubes que se jugará en diciembre, en Japón.

“Ya sabemos que Nacional no puede confiarse, ese Independiente es una verdadera culebra, son rápidos, tienen técnica y además llegan con facilidad al gol. Otro elemento es que son valientes, ya lo han demostrado, parece como si jugar de visitantes fuera igual para ellos. En verdad el ecuatoriano demuestra el nivel y progreso de ese fútbol”, sostiene el analista deportivo, Rodrigo Dueñas.

Señala el periodista que “aún se tiene en la retina que el del pasado miércoles fue un empate con sabor agridulce para la familia ‘Verdolaga’. Por un lado, porque es un resultado que deja todo igual para el juego de vuelta, con el agregado que cerrará en casa, ante su gente. Y por otra parte, porque estuvo a pocos minutos de traerse una victoria que lo tendría a las puertas del galardón continental”.

Otro elemento del que se habla en las calles, es que se creía que el gol visitante valía el doble para contabilizar en caso de empate, pero eso no es así. En la final no aplica el denominado gol visitante, como sí acontece a lo largo de la Copa. Es decir, si en el Atanasio se da un empate sin goles, o por cualquier marcador, se jugará prórroga y de persistir la igualdad, todo se definirá por la vía de los penaltis.

Nacional cerrará por tercera vez, en sus tres finales coperas, en condición de local. Tanto en 1989 como en 1995 cayó en el partido inicial, a domicilio ante Olimpia (2-0) y Gremio (3-1), respectivamente. En la primera pudo remontar y vencer por penaltis, mientras que en la segunda igualó a un tanto en la revancha.

Ahora, con casi 45.000 personas que jugarán un encuentro relevante para empujar al equipo, el Verde buscará la consagración.

“Ya estamos pensando en el próximo partido”, declaró el técnico Reinaldo Rueda (foto) una vez finalizado el primer tiempo de la final de ida. Y en esa planificación, el timonel vallecaucano ya debe estar analizando alternativas para suplir la baja sensible de Sebastián Pérez por acumulación de tarjetas.

La buena noticia será la reaparición de Alexander Mejía, caudillo del mediocampo y quien disputará su último cotejo con el club, ya que tras la final partirá al León mexicano. Para acompañar a Mejía, Rueda tiene en su abanico de  posibilidades a Diego Arias, quien tuvo un partido correcto en Quito junto a Pérez, a Elkin Blanco, y al propio Alejandro Guerra, de buen despliegue y quien puede dar una mano en marca y aportar en ataque.

En la plantilla nacionalista quedaron sensaciones encontradas tras el empate a uno en la capital ecuatoriana. Macnelly Torres, quien colocó el pase que desencadenó en el gol de Orlando Berrío, manifestó que “me voy con un sabor amargo porque faltaba poco para llevarnos una victoria que hubiera sido importante. Pero eso ya es historia y tenemos que ganar en casa para ser campeones. Con esa mentalidad enfrentaremos el partido de vuelta”.

Igual percepción tiene el lateral Daniel Bocanegra, de buena presentación en Quito: “Se perdieron dos puntos que teníamos prácticamente asegurados, fuimos superiores hasta la jugada del empate. Pero haciendo un balance no es mal resultado, en casa hemos ganado la mayoría de los partidos y vamos a darlo todo para lograr el título”.

Un dato importante: coincidencialmente, Nacional recibirá al club ecuatoriano el 27, tras el mismo número de años sin ganar una Copa Libertadores.

Ayer, el técnico Reinaldo Rueda retornó a las prácticas, donde entrenó no solo para el encuentro final de Copa, sino también para el duelo ante Fortaleza, hoy en Bogotá a las 8:00 p.m., compromiso que encararía con el equipo alterno que ha asumido los duelos de Liga.

“Nos queda un partido no más en la Libertadores, en nuestro estadio, con nuestra gente. Es una responsabilidad inmensa y queremos responder a ella, pero para eso hay que trabajar muy duro para superar a un equipo que también ha hecho méritos”, dijo el técnico verde. (I)