El delantero argentino Hernán Barcos se despidió este martes del Gremio brasileño, su club desde 2013, tras cerrar su fichaje con el Changchun Yatai chino, en lo que supone su regreso a la liga del país asiático donde ya jugó en 2009.

En su última rueda de prensa en Porto Alegre, un emocionado Barcos dijo que se trataba del día "más difícil" de su carrera, pero la propuesta del club chino resultó muy interesante tanto para el jugador como para el Gremio.

"Por mí, firmaría un contrato con el Gremio hasta jubilarme. El Gremio representa mucho en mi carrera. Por eso nuestra decisión de salir fue difícil. Si el Gremio estuviera en una situación (financiera) normal, me jubilaría aquí. Pero no es así. Es un hasta pronto, no un adiós", explicó un nervioso Barcos en rueda de prensa.

El Gremio, equipo que dirige el exseleccionador de Brasil Luiz Felipe Scolari, atraviesa problemas financieros como gran parte de los clubes brasileños.

La venta de Barcos podría reportarle 3 millones de dólares a los de Porto Alegre, mientras que el jugador llegaría a ganar hasta 7 millones en 2 años, según los datos que recoge el sitio GloboEsporte.

Barcos, que ahora tiene 30 años, es un trotamundos del fútbol que ya tuvo un pase por la liga china en 2009, cuando militó en Shanghai Shenhua y en el Shenzhen Ruby, donde se proclamó artillero de la competición.

El Pirata, como se le conoce por taparse un ojo al celebrar los goles, comenzó su carrera en el Racing argentino y pasó también por el Guaraní paraguayo, el Estrella Roja serbio o el Liga de Quito, con el que fue campeón de la Copa Sudamericana en 2010.

En 2012 aterrizó en Brasil, pero en las filas del Palmeiras. Un año más tarde llegaba al Gremio de Porto Alegre, de donde se va como el máximo goleador extranjero de la historia del club, con 45 tantos.