Real Madrid no tuvo reparos en superar 2-0 al Sevilla y adjudicarse la Supercopa de Europa -la segunda de su historia, ya que en 2002 ganó la primera- en un estadio del Cardiff City que estuvo lleno de fans identificados con los ‘galácticos’, en especial con Gareth Bale, el futbolista nacido en esta ciudad.

Los dirigidos por Carlo Ancelotti se plantaron con un juego más ofensivo desde el arranque del partido; incluso, tanta fue la presión en ataque de los ‘merengues’ que apenas a los 4 minutos el galés Bale puso en aprietos al arquero sevillista Beto, con un disparo desde los 30 metros. Luego fue Cristiano Ronaldo, quien avisó con una falta de tiro libre, que se marchó un poco desviado.

Y fue precisamente el luso quien abrió el marcador, a los 30’, tras recibir un centro de Bale desde el costado izquierdo. Sin embargo, en el festejo, Cristiano señaló con sus dedos al colombiano James Rodríguez, quien inició la jugada desde el medio campo y habilitó al galés.

El Sevilla, que días antes del partido su entrenador Unai Emery había indicado que preparaba un esquema defensivo para medir al Madrid, se vio obligado a salir más de su terreno para buscar el empate.

A pesar de la insistencia, el cuadro sevillista no logró anotar. El golero Iker Casillas demostró gran seguridad bajo los palos, alargando así su racha de 14 años sin perder una final con la camiseta ‘galáctica’.

Ya a los 49’, otra vez Cristiano se lució con un potente disparo desde el borde del área y prácticamente liquidó el encuentro en Cardiff. Sevilla no daba muestras de mejoría y se empeñó en no recibir más goles. El resto fue festejo para los ‘merengues’, que se fueron de Gales con su segunda Supercopa de Europa.

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