La adopción del calendario gregoriano, que gobierna al mundo occidental, desde hace 430 años, no fue un hecho fortuito, sino una decisión bien intencionada. El responsable fue el papa Gregorio XIII quien impulsó el nuevo cálculo con el propósito de que el calendario coincida con las fechas litúrgicas. Así de sencillo. De este modo, el mundo católico se guió desde el año 46 a. C. por el calendario juliano, en honor al emperador Julio César.

El calendario del Papa fue una revolución ya que estableció el año de 365 días e instauró que uno de cada 4 años sería bisiesto.

Según los entendidos, ese año 46 a. C. tuvo que ser prolongado para ajustar el desfase de tiempo acumulado y duró 445 días. ¿Se imagina un año que dure tanto tiempo? Este anuario, también llamado el calendario occidental, es el más aceptado y utilizado a escala mundial. Ha sido el estándar mundial no oficial durante décadas, reconocido por instituciones internacionales como las Naciones Unidas y la Unión Postal Universal.

Pero como nada es perfecto, el calendario gregoriano actual tiene un error de 0,0003 días, lo que supone un desfase de un día cada 3.300 años.

Aunque nadie pone en duda su validez, hay otros calendarios que han sido adoptados por otras culturas. Los chinos, por ejemplo, tienen su propio calendario que es de tipo lunisolar; asignan al año la misma duración, pero en este la división de los meses va de acuerdo con las fases lunares. Tienen un mes variable que permite realizar los ajustes necesarios de modo que, tras completarse un determinado período, el año comienza en las mismas circunstancias astronómicas. Entre los calendarios lunisolares, están el israelita, el hindú, el maya y el mismo calendario eclesiástico.

El calendario chino es el más largo registro cronológico de la historia, y data de 2637 a. C. cuando se introdujo el primer ciclo del zodíaco. Un ciclo completo dura 60 años y se compone de 5 ciclos simples de 12 años cada uno. El ciclo 78 se inició en febrero de 1984, y finalizará en febrero de 2044. Según las creencias, 12 animales fueron asignados a cada uno de los 12 años, cuando Buda convocó a todos los animales frente a él antes de que partiese de la Tierra.

Calendario solar versus lunar

Todo calendario solar está basado en el año trópico, es decir, el tiempo que transcurre entre 2 pasos consecutivos de la Tierra por el equinoccio vernal —23 de septiembre— o el de primavera —21 de marzo.

En ambos días, la línea que separa la zona iluminada del planeta de la que no lo está, pasa por los 2 polos, por lo tanto coincide con un meridiano.

Los rayos del sol son perpendiculares al ecuador y la duración del día y la noche son idénticas. El tiempo que separa 2 equinoccios del mismo tipo es de 365,2422 días, es decir: 365 días, 5 horas, 48 minutos y 46 segundos. Su duración es, por tanto, unos 20 minutos menor que la del año sideral, que se debe al desplazamiento hacia el oeste del punto del equinoccio. De acuerdo con el sitio web Buzón Católico, que recoge la historia de los calendarios, se advierte que también existen calendarios lunares, los cuales están basados solo en las rotaciones y fases de la luna.

Un año lunar (tiempo que tarda nuestro satélite en completar 12 fases lunares completas) supone 354 días, 8 horas, 48 minutos y 36 segundos. El año suele dividirse en 12 meses de 29 o 30 días, totalizando 354, por lo que se debe hacer ajustes similares al conocido sistema de los años bisiestos. De los calendarios lunares, el más extendido es el musulmán.

La historia del calendario siempre fue compleja y ha estado ligada a la creciente necesidad del ser humano por disponer de un sistema exacto para medir el tiempo.

Estos sistemas son utilizados por la humanidad hace más de 10.000 millones años. Son instrumentos indispensables para apuntar días libres (vacaciones, feriados) cumpleaños, aniversarios de boda o cualquier otra fecha destacada para las diferentes sociedades.

El primer sistema de medición del tiempo que se conoce data del año 8000 a. C. y fue descubierto en un monumento mesolítico de Aberdeenshire, en Escocia. Se trata de una serie de marcas que reflejan los estadios del Sol y la Luna.

En una sociedad de cazadores-recolectores, que desconocía la agricultura y la ganadería, lo más probable es que lo usaran para determinar cuándo podían acceder a distintas presas y alimentos. No sería hasta hace 5 mil años cuando el calendario se hiciera en Mesopotamia de uso común. Era de 12 meses (354 días); cada mes tenía 29,5 días, lo que tarda la Luna en cumplir un ciclo.

Historia:

El calendario egipcio surgió a principios del tercer milenio antes de Cristo. Era, ante todo, un calendario agrícola. Fue el primer calendario solar que se conoció en toda la historia y fueron los primeros en dividir el año en 365 días.

El calendario maya es cíclico, porque se repite cada 52 años mayas. Consiste en 2 diferentes clases conocidas como cuentas de tiempo que transcurren simultáneamente: el sagrado, Tzolkin o Bucxok de 260 días; el civil, Haab, de 365 días y la cuenta larga.

El calendario musulmán es lunar. Parte del año 622 fecha en la que Mahoma tuvo que huir de la ciudad de la Meca hacia la ciudad de Medina. Está basado en ciclos lunares de 30 años.

El término calendario hindú hace referencia tanto al nacional como al conjunto de anuarios regionales que se utilizan en la India. Pueden ser solares y lunares.