Una camioneta ingresa todas las mañanas  a la Casa de la Selección. El balde  despide un aroma peculiar, que proviene de los cajones llenos de frutas -de Costa y Sierra- y fundas  con vegetales.       

Jhonny Pillao,  desde el jueves pasado, es el encargado de abastecer la alacena para el consumo de la “Tricolor”. El “ritual” lo cumple todos los días durante la estadía de los futbolistas. Consuelo Gonzalón, encargada de la cocina, elabora la lista de compras bajo la supervisión del médico Patricio Maldonado.          

El carbohidrato es fundamental en la dieta de los jugadores. Les ayuda a  recargar  reservas de glucógeno corporal, lo cual se constituye en una de las  principales fuentes de energía del organismo durante la preparación y adaptación física. 

Según Maldonado, los carbohidratos, antes de un partido,  deben ser de absorción lenta (cereales, arroz, pastas y papas)  para asegurar la liberación de energía durante la etapa de desgaste físico. Esta dieta ayuda además a los jugadores que habitualmente  actúan   en    el  llano  a adaptarse más rápido a los  2.850 metros de altitud de Quito.       

Las naranjas y el banano son infaltables en la alimentación de los jugadores, son las frutas  predilectas en el desayuno.  Dentro de la dieta, el consumo de proteínas (pollo y pescado) también es fundamental  por su fácil digestión.

Reinaldo Rueda tiene reglas claras dentro de la concentración, que en algunos casos ayudan a fortalecer la  unión del grupo. Para el almuerzo y la cena reúne a todos en el comedor.  Ninguno de los seleccionados puede faltar o decidir comer antes o después que el resto.  

La única excepción es el desayuno. Los futbolistas pueden bajar de sus habitaciones y durante 90 minutos ingerir los alimentos que haya escogido el médico. Generalmente son jugos naturales, yogurt, galletas, pan y huevos.  “A todos les gusta comer bien. No son muy exigentes pero nosotros intentamos satisfacerles sus gustos”, aseguró   Consuelo.

El golero Alexander Domínguez es generalmente quien pone, con sus comentarios, la nota de humor,  de  la que se contagian fácilmente sus compañeros; y no cesa hasta que termine el almuerzo, que consta de  sopa, dos tipos de carne, arroz, ensalada, jugos y postre.

La  lechuga   acompañada   con   tomate y aguacate es la que más demanda genera, así como la gelatina. El restaurante está abierto 12 horas, desde las 07:30 y entre comidas acceden a sánduches y batidos. Por la noche la cena es ligera y solo consta de carne blanca, verduras, frutas y jugos.

Un ambiente en el que se “cocina” la estrategia táctica y  emocional

A diario,  y hasta dos veces en la misma jornada si así se lo requiere,  se hace el cambio de la ropa de cama (sábanas y fundas de almohadas) de cada una de las 36 habitaciones que existen en la Casa de la Selección.

Se tiene la dotación suficiente para cubrir con prontitud la exigencia de los jugadores concentrados.

No hay ningún requerimiento fuera de lo común. Cada seleccionado -así lo determinan las reglas del lugar-    lleva su pasta de dientes favorita, su jabón y hasta el champú de su elección.

En el segundo piso de la edificación, ubicada en el sector de  Monteolivo,  están todos los dormitorios dobles y triples. En los primeros guardan reposo los seleccionados del equipo absoluto; mientras que en los otros, por estos días, los jugadores del combinado nacional  Sub-17.

Cada habitación está dotada de un completo y confortable baño  con agua caliente. Tiene un minibar, un armario y una TV plasma con señal de cable. Además posee un balcón para disfrutar del aire libre y observar el Valle de Cumbayá, el lugar más cercano a Monteolivo.   Los  jugadores llevan sus propios implementos  de aseo y disponen de una   caja de seguridad para resguardar sus pertenencias.

Las toallas, que también son blancas, a más del logotipo de la FEF, llevan el número de la camiseta del jugador, y si son del cuerpo técnico, las iniciales DT, PF, entre otras. Tal como consta también en sus vestuarios y en sus chompas.

En el primer piso están las recámaras de los entrenadores y todos sus colaboradores. La habitación que ocupa el estratega Reinaldo Rueda es la más amplia, ya que tiene una sala de reuniones donde planifica el trabajo junto a sus compañeros.

Ahí revisa  los  videos y los juegos de los rivales. Tiene una completa colección de apuntes con los informes que se hacen de sus pupilos y también registros de los rivales.

Además, en este piso está toda la bodega exclusiva de la utilería a cargo de Richard  Buitrón. Ahí reposa la indumentaria deportiva.