El seleccionador de Ecuador  no quiere pensar en la posibilidad de disputar el repechaje para clasificarse al Mundial de Brasil. Lo que por ahora le inquieta son los partidos de octubre próximo contra Uruguay y Chile. Dice que ya empezó a pulir su nómina, pues por la premura del tiempo  tiene previsto revelarla a finales de este mes.   

Lograr una entrevista con Reinaldo Rueda es una labor que demanda constancia y mucha paciencia. Hay que marcar y marcar su número de celular y enviar decenas de mensajes de voz y de texto hasta que su casillero esté completamente lleno. Solo después de eso es posible tener una respuesta.   

Esta vez el estratega conversó con EL TELÉGRAFO en un centro comercial poco concurrido, ubicado al este de Quito. Era la primera vez que tenía un contacto más cercano con la gente  de a pie desde su regreso de Bolivia. Hasta la tarde del viernes pasado estuvo en su departamento, haciendo correcciones y reflexionando sobre lo que le espera a la selección en las eliminatorias.

En esta ocasión nadie se le acercó a pedirle un autógrafo, y menos para fotografiarse con él. Quizás el intenso frío y la lluvia que cayó la tarde del viernes pasado en la capital conspiró para que así fuese, o como él mismo dice, dejó de ser  “el muñeco al que todos querían”.

Obtener solo dos puntos en cuatro partidos deja un balance totalmente negativo, ¿se siente frustrado por  eso?                    
Si no logramos clasificarnos al Mundial, sí lo estaré. Por ahora, Ecuador aún depende de sí mismo. Lo que se esperaba  era sumar por lo  menos seis de los doce puntos que estuvieron en disputa. Lo ideal era ganarle a Argentina, empatar  en Perú y en Colombia y ganar en Bolivia. Ese fue el presupuesto que armamos y se trabajó para eso. Bajo la óptica matemática el balance es negativo, pero bajo desde el punto de vista  futbolístico  no  lo es porque  la selección ha mostrado actitud y  orden en la cancha. La hombría que tuvieron los jugadores no  ha sido suficiente, pero tenemos una relativa tranquilidad.   

Pero jugar bien no basta en el fútbol, los puntos son más necesarios que una buena presentación, considerando que selecciones como Chile y Uruguay han “despertado”. Coincido con  aquello. Por eso existe el dicho  “Goles  son  amores y no buenas razones”. Pero todo está claro, las selecciones que empezaron mal las eliminatorias han mejorado, nosotros debíamos mantener la regularidad de la primera fase, pero no lo hemos logrado, pese a que lo intentamos.

Después del partido contra Paraguay en marzo pasado se dijo que faltaban cuatro puntos para clasificar y restaban 6 cotejos. ¿Eso  generó  un exceso de confianza entre los jugadores?
Lo que  vivo después de ese partido es difícil y nos afectó no solo futbolística sino también emocionalmente. El empate contra Argentina nos desestabilizó anímicamente y lo mismo ocurrió después de la derrota en Lima ante Perú. Esas dos fechas fueron determinantes para nosotros. Intentamos reaccionar contra Colombia y Bolivia; fueron buenos juegos, pero creo que todo pasó porque no tuvimos a los jugadores en plenitud de condiciones para estos partidos definitivos. Las eliminatorias sudamericanas  son, quizá, las más  difíciles y se conjugan muchos factores. No estoy seguro si el exceso de confianza podría haber influido en lo que nos está pasando ahora.  

En este tipo  de torneos, ¿influyen más los factores físicos, técnicos o mentales?  
Todos esos aspectos tienen una relevancia significativa. Si un futbolista  no está mentalmente  tranquilo  será difícil que responda bien física y técnicamente. Nuestros rivales no solo son las otras selecciones, sino  también todos nuestros problemas.    

Usted mencionó después del empate contra Argentina en Quito que era necesario que los jugadores sean más  propositivos  que reactivos. ¿Hubo  cambios en ese sentido dentro del grupo?
Hemos reaccionado bien  ante la adversidad, pero no hemos podido ser propositivos en el sentido de iniciar ganando un partido y consolidar un resultado, eso nos cuesta. La jerarquía en el fútbol no se mide a partir de la capacidad para reaccionar y revertir un marcador, sino desde  el hecho de tomar siempre la iniciativa.         

¿Cree que el estar en el top ten mundial de las selecciones confundió a los jugadores? Usted mencionó que esto era  dirigido.  
Es normal  que eso haya ocurrido, es parte de nuestra cultura y creo que todo Ecuador se lo creyó. Se luchó, se trabajó, pero no sé si en el momento de jugar un partido se piense en el ranking, considero que ni el futbolista ni uno piensa en las ubicaciones cuando se disputa un partido. Yo utilicé en ese entonces una palabra que repetí mucho: distracción. Trabajé para evitar que ese ranking nos mareara, pero no sé hasta qué punto realmente eso desvió la atención de los jugadores seleccionados.

La inesperada derrota en Perú golpeó gravemente a la selección. ¿Por qué no lograron recuperarse anímicamente de eso?
La derrota con Perú nos dolió, pero se corrigió y se hizo un  gran juego contra Argentina, aunque recibimos un gol muy temprano y después Ecuador hizo un excelente juego, pero faltó definirlo.

¿Siente que su discurso ya no le llega a los jugadores con la misma  intensidad de antes?
 No lo he sentido así, hemos realizado el mismo trabajo, la misma dinámica con la misma exigencia. Yo siento que todo es normal como lo era en un inicio, con la diferencia de que ahora estamos más tensos porque en un partido vamos a poner a prueba todo el ciclo que empezamos.

A todos nos sorprendió ver en Barranquilla a Antonio  Valencia como capitán. ¿De quién fue la idea y por qué?
Fue una decisión mía, por lo que nos ha ocurrido con los arbitrajes en estos últimos partidos contra Perú, Argentina y Colombia. La intención fue tener a nuestro referente europeo cara a cara con los réferis y  presentarlo como capitán para hacer un poco más de presencia en ese sentido.

¿Se logró el objetivo?
Hay que esperar, hubo un penal a favor nuestro, pero tuvimos la mala fortuna de que no se concretó porque frente a Colombia y Bolivia se hicieron dos muy buenos juegos.

¿Los jugadores, y sobre todo Walter Ayoví, aceptaron de buena forma esa decisión?
Sí, no hubo ningún tipo de problema en ese aspecto. Todo el grupo respeta  a Antonio Valencia por lo  que  ha hecho en el Manchester United. Es un referente y un ejemplo para todos.

¿Se mantendrá entonces a “Toño”  Valencia de capitán en las dos fechas finales?
Eso todavía hay que analizarlo con el grupo,  lo decidiremos en la próxima concentración.

Hay quienes cuestionan que haya alineado como titular a Jaime Ayoví en La Paz. ¿Cree usted que se equivocó en convocar a algunos jugadores y, sobre todo, en los cambios que realizó en Bolivia?
Todo lo que hice fue acertado, lastimosamente nos faltó el gol porque hubo un buen volumen de ataque. Se buscaron los partidos, pero no fuimos precisos, no tuvimos tranquilidad y frialdad al momento de definir.

¿Cuál es el error más repetitivo y el  sector más vulnerable de Ecuador en este momento?
En los últimos juegos, no haber anotado de entrada y recibir goles que nos han costado encuentros y hoy nos están pesando. Respecto a la vulnerabilidad, es un tema que no existe para mí, ya  que al  equipo lo veo muy  parejo y ninguna selección ha sido superior.

Usted ha mencionado que la falta de gol es una de las limitaciones de Ecuador. ¿No cree que es  hora de pensar en un nuevo elemento como Fidel Martínez?
Hay que esperar la convocatoria, cuando cierre la lista ahí se conocerán los escogidos. Él estuvo bloqueado en el partido anterior, pero al final no me decidí por él tras analizar las opciones en esa posición. Joffre Guerrón viajó 24 horas desde Japón para acudir a la convocatoria y solo jugó 10 minutos en La Paz.     

Narciso Mina tampoco pudo mostrarse a plenitud. ¿Serán parte de la nueva lista?
Igual que todos, dependerá del momento que atraviesan para ver si son o no llamados. Al momento ninguno está descartado.

¿Están listos los jugadores para asumir la presión que existirá en el duelo ante Uruguay?
 En todos los partidos ha existido presión. Vamos a afrontar todo con mucha responsabilidad.