#YoMeCuido. En tiempos de covid-19 la corresponsabilidad juega un papel fundamental para superar la crisis. Una crisis sanitaria, económica y social sin precedentes en el mundo. La pandemia ha ocasionado la muerte de 817.658 personas en el planeta y ha contagiado a 23’840.406.
El coronavirus también atacó al corazón de la economía: el comercio, las cadenas de suministro, los trabajos. Las empresas tienen problemas para mantenerse, mientras las familias luchan por salir a flote.
Para seguir adelante y empezar la nueva etapa de la reactivación no solo se requiere de voluntad política, sino de corresponsabilidad ciudadana, es decir, de la responsabilidad individual, de un compromiso personal, pero también colectivo, para cuidarnos unos a otros y así prevenir el contagio.
Han pasado 167 días desde que el Gobierno declaró el Estado de Emergencia en todos los establecimientos del sistema nacional de salud y activó el Comité Nacional de Operaciones de Emergencia (COE). En ese tiempo de confinamiento y de apertura gradual de las actividades económicas, el Estado garantizó la protección social, los servicios básicos y los alimentos.
Muchos ciudadanos entendieron la grave situación cumplieron las reglas y aceptaron las restricciones impuestas por las autoridades para enfrentar a ese enemigo común y microscópico, que se ha llevado a familiares, amigos, vecinos o colegas de trabajo.
En cambio, otros inflaron las cifras rojas del ECU 911. Por ejemplo, la capital registró el mayor número de aglomeraciones con 12.209, del 16 de marzo al 24 de agosto, mientras Guayaquil está a la cabeza en el número de fiestas con 2.189; libadores con 32.183 y escándalos con 43.610 durante ese lapso.
En esta nueva fase de reactivación, la corresponsabilidad, que implica el bien de todos y la responsabilidad común, de ciudadanos y autoridades, es primordial. También la conciencia social para seguir con esas tres reglas básicas que no son difíciles de cumplir: usar mascarillas, respetar el distanciamiento de 1,5 metros y lavarse las manos.
El Estado de excepción terminará el próximo 12 de septiembre y allí empezará un gran reto: la autoregulación.